Natalia Casielles asegura que no puede olvidar aquella secuencia. El presidente Mauricio Macri en el balcón de la Casa Rosada improvisando un baile singularísimo con una sonrisa triunfal. Antonia y su madre, Juliana Awada, lo miran atentamente mientras una desinhibida Gabriela Michetti entona el clásico de Gilda No me arrepiento de este amor. Ese fue el disparador de Ningún pibe nace cheto, la obra de teatro que la dramaturga y directora creó junto a Juan Gabriel Miño, actor, dramaturgo, director y escritor, la cual se presenta los viernes en el C. C. Rojas.
Indagamos en mucho material de archivo compuesto por citas académicas, videos con registros de publicidades y programas de tele sobre todo en los ’70, ’80 y ’90. Nos dimos cuenta que lo que vimos en el balcón no es algo nuevo: se utiliza una imagen para convencer de algo a quienes los llevan al poder o son consumidores. Buscan atraer a las clases populares para que los voten, pero sin hacerse cargo de las problemáticas ni nada que ellos necesiten. Eso nos pareció terrible y empezamos a pensar en el marketing de la familia y cómo se puede llegar a que eso funcione culturalmente, asegura Casielles.
La sinopsis de la obra es concluyente: La utilización de la cumbia en la política y la imagen de una niña como objeto de marketing. Esa niña es la hija del presidente electo. Un presidente que baila y canta un karaoke de una canción de Gilda como su primer discurso presidencial. No es una ficción, es una realidad. Antonia no nació cheta, la hicieron. La obra se inscribe en el marco de Proyecto Familia, plataforma artística y de pensamiento sobre las familias contemporáneas ideado por la actriz Maruja Bustamante.
Gabriel Miño, por su parte, cuenta lo que se sintió: Aquella imagen en el balcón fue muy fuerte y se expresa día a día. Nos dimos cuenta que teníamos que tomar ese material, hacernos cargo y la idea fue cobrando forma de collage. Funcionaba algo sin que nosotros tuviésemos que hacer una bajada de línea específica, y creo que los que se está comunicando decanta por acumulación de información.
Ambos realizadores y actores coinciden en que el teatro es su manera de hacerse oír. Es una manifestación cultural de gran importancia para interpelar al pueblo y hacer catarsis, asegura Casielles. Miño agrega: El teatro es nuestro medio de expresión y tiene que ser algo vivo. La obra está constantemente en construcción y eso nos enorgullece. «