El cantante bajista y guitarrista de grupos fundacionales como Almendra y Aquelarre, sigue teniendo la misma obsesión que cuando comenzó a empujar el carrito del rock local con sus amigos de la juventud: la musicalidad del idioma, y el poder de la poesía. Por eso él sabe que su género artístico es algo más que rock: según él, hace canciones. Así, sin géneros ni etiquetas Somos una generación influenciada por los Beatles. Éramos muchachos intensos que no salimos del conservatorio, éramos dedicados. Todo nos costó más, nos pasábamos horas buscando sonidos que necesitábamos para las melodías que se nos ocurrían, que excedían nuestra capacidad como instrumentistas. Pero influenciados por esos genios buscábamos recorrer todo una gama de colores por así llamarlos recuerda Emilio, quien cree que lo musical siempre va más allá de las letras y de los estilos.La música nos recuerda que parte de nosotros es espiritual y la realidad no es solo material sino también emocional. Pero cada uno elige que profundizar, afirma Del Guercio.
-¿Cómo se forma un criterio musical para llegar a tener un estilo propio?
– Creo que hay gustos sonoros que vienen por tradición, y luego cada tema va pidiendo lo que necesita. O algo más cargado o más despojado. A lo largo del tiempo podes formar un estilo, pero depende. Yo tuve unos inicios bien rockeros pero me gusta recorrer un universo amplio de géneros. El rock nacional tiene de atractivo que es muy variado e influencias de todo tipo de estilos, eso me hace sentir cómodo, sobre todo a esta altura de mi vida. Creo que la gente valora cuando uno le da algo que excede lo obvio y lo fácil.
– ¿Qué siente cuando alguien joven se fanatiza con uno de sus primeros temas?
-Es algo hermoso si eso aporta algo bueno para su vida. Pero no sé qué es exactamente lo que encuentra en aquellos temas, cuál es elemento estético que puede encontrar alguien de 19 o 20 años que sea compatible con su vida del siglo 21, porque todo ha cambiado mucho. En su momento nosotros voluntariamente buscábamos diferenciarnos de nuestros viejos, que escuchaban tango. Después, con los años nos dimos cuenta que el tango y otro tipo de músicas autóctonas estaban mucho más metidas en la música que hacíamos de lo que parecía. Mucho más de lo que creíamos. Creo que en toda la música lleva algo adentro que no se puede identificar pero que nos une.
-¿ El nuevo disco?
– Estamos grabando por estos días. Son canciones, algunas con una estructura más rockera, otras con toques folclóricos, bastante variado, tratando que exprese mis gustos. Espero que les guste las letras porque paso mucho tiempo dedicado a encontrar la palabra justa para cada cosa. Me gusta ser exacto, no solo en su sentido sino también en el aspecto de la sensualidad que debe tener la música, con esa interacción del sonido y lo que se dice. Me mata cuando algo escrito funciona y luego cantado no. Por eso creo que tarde tanto, mi último disco fue pintado en 1983. Espero que les guste.