El cantante estadounidense Mark Lanegan falleció hoy a los 57 años, dejando detrás una carrera que lo tuvo como fundador del movimiento grunge y una marca personal como una de las voces más expresivas del rock, tanto por su trayectoria solista como con su exbanda Screaming Trees y con su paso por Queens of The Stone Age, entre varios proyectos dentro de su inquieta vida.
«Nuestro querido amigo Mark Lanegan murió esta mañana en su hogar de Killarney, Irlanda. Fue un cantante adorado, compositor, escritor y músico. Tenía 57 años y lo sobrevive su esposa Shelley. No hay más información disponible por el momento. La familia le pide a todos respetar su privacidad en este momento», indicó un vocero de la familia a través de un comunicado en la cuenta de Twitter de Lanegan.
Nacido en el Estado de Washington, en la Costa Oeste de Estados Unidos, en 1985 fundó Screaming Trees en Ellensburg, ciudad cercana a Seattle, metrópolis donde se originó el grunge y que hizo famosas a bandas como Nirvana y Pearl Jam, entre varias más, unos años más tarde. Tan grande fue la influencia de Lanegan, que fue el propio Kurt Cobain quien explicó que había sido el vocalista de la ronca voz quien lo inspiró cómo cantar «Where Did You Sleep Last Night?».
Durante los diez años de carrera lanzó junto con su banda siete discos, en los cuales el sonido fue variando entre el grunge y el stoner, con grandes toques de punk rock. Sin embargo, su voz oscura y su impronta estática en el escenario lo alejaban cada vez más del revoleo de melenas propia del rock and roll y en 1990 editó su disco debut en solitario, «The Winding Sheet», en el cual demostraba que las distorsiones ya le quedaban chicas.
Con un formato de guitarra y voz, Lanegan se acercaba a la versión crooner que en su momento habían mostrado Tony Bennett o Bing Crosby, pero con un halo de adicción a las drogas imposible de disimular y que lo mantuvo ajetreado durante un largo periodo de su vida.
Con pesar, vio suicidarse a sus amigos Kurt Cobain y Layne Staley, situaciones que lo hicieron reflexionar sobre la vida que llevaba y que reflejó en su libro autobiográfico «Devil in a Coma», en el que también cuenta las secuelas que le dejó el haberse enfermado de Covid.
A medida que se alejaba del rock lo hacía a su vez de las discográficas, los representantes, los canales de televisión y los grandes sponsors. Fue a partir de los 90 cuando decidió cimentar su carrera de manera independiente, perfil que en una entrevista con esta agencia, en 2020, dejó bien en claro a razón de la supuesta democratización que da internet a la música: «¿Por qué no ‘democratizar’ los zapatos, las hamburguesas, los autos, las casas? -dijo a Télam- Ese es un cuento de hadas de mierda. Podría tener escuchas de medio millón en un año y aún ganar más dinero trabajando a tiempo parcial en McDonalds».
Luego de «The Winding…», como solista sacó discos memorables, que si bien mutaban en cuanto al género musical, eran guiados por su voz, expresión y poesía, como en «Whisky for The Holy Ghosts» o «Bubblegum», en los que se puede notar tanto la influencia del folk-country en el primero, como ese coqueteo al krautrock en el segundo, que después tomó giros más directos con producciones como «Blues Funeral» o «Gargoyle».
Pero como le pasó con Screaming Trees y el grunge, Lanegan no podía encasillarse y si bien para su carrera solista quería mantener un estilo, decidió romper nuevamente los moldes y juntarse con la ex Belle and Sebastian Isobel Campbell para editar dos discos de folk oscuro y otros dos con Duke Garwood, además de formar The Gutter Twins junto a Greg Dulli y cantar con el dúo de música electrónica Soulsavers junto a Dave Gahan, de Depeche Mode.
Aunque quizá sus participaciones más resonantes fueron con Queens of The Stone Age, grupo para el cual cantó y formó parte en las giras de los discos «Rated R», «Song for the deaf» y «Lullabies to Paralyze».
Su último disco fue «Straight Songs of Sorrow» (2020), editado luego de hacer lo propio con sus memorias sobre los diez años en Seattle en el libro «Sing Backwards and Weep» (prologuedo por Moby), que siguió a «I Am the Wolf», el cual reúne canciones, junto a una explicación de la época de cuándo las escribió.
«No estoy seguro de saber cuál es la diferencia entre un recitador o un cantante -dijo en 2020-, pero puedo decirte esto: excepto por el canto no tan bueno que hice en los 80, siempre sentí que mi boca sabía qué decir y mi voz sabía cómo sonar».