Alfredo Remus, uno de los más grandes contrabajistas de la música argentina, animador de la escena jazzera local y con una rica trayectoria que incluye el haber acompañado a un amplio abanico de artistas que contempla a Mercedes Sosa, Vinicius de Moraes, Tony Bennet, Sandro y Leonardo Favio, entre otros, murió esta madrugada a los 84 años, en medio de una larga lucha contra un cáncer.

La noticia fue confirmada por la nieta del artista al periodista especializado Claudio Parisi, quien justamente mañana iba a ser uno de los participantes en un homenaje que se le iba a realizar al músico en el auditorio de Radio Nacional.

Sin embargo, según confió el periodista, el homenaje había sido levantado en las últimas horas cuando el propio músico informó que no iba a asistir por no sentirse en óptimas condiciones de salud, a raíz del tratamiento que se estaba realizando.

La última actuación de Remus había sido en 2021 en el marco del ciclo por streaming Jazz Online, que se realizaba desde Jazz Voyeur. Remus tuvo una intensa actividad artística desde la década del `60, y a pesar de haberse desarrollado especialmente en el ámbito del jazz, también participó en producciones ligadas a la música popular y el folclore, como el caso de la «Misa Criolla» de Ariel Ramírez, o la segunda parte de «La Fusa», la célebre grabación de Vinicius de Moraes en el mítico local marplatense.

Entre las figuras con las que colaboró con su contrabajo aparecen rutilantes nombres como Mercedes Sosa, Tony Bennet, Gato Barbieri, Enrique Villegas, el Tío Los Panchos, Leonardo Favio, Sandro, Alberto Cortez, Susana Rinaldi, Antonio Carlos Jobim y Paul Gonsalves, el reconocido músico que era parte de la orquesta de Duke Ellington.


Pero Remus también dejó una importante discografía como solista que se inició en 1968 con «Trauma» y se extendió hasta 2006 con su «Tributo a Bill Evans», uno de sus grandes ídolos, según contó a Télam en una charla mantenida en abril pasado.

Con motivo de la publicación de un sello estadounidense de los dos discos de Bill Evans grabados en vivo durante sus visitas en 1973 y 1979, Remus rememoró justamente su contacto con el mítico pianista, cuando se lo presentó el periodista Nano Herrera, en el lobby del Hotel Claridge, donde se hospedó la primera vez.

«Cuando Nano Herrera nos presenta, Bill Evans me hace repetir mi apellido, se quedó pensando unos segundos y me dice: ‘Remus, yo tengo un disco suyo en Nueva York’. Casi me muero. Resulta que Horacio de Dios, que era muy amigo mío, había llevado varios discos de músicos representativos del jazz y, entre ellos, había alguno mío. El asunto que Evans lo tenía, lo escuchó y le gustaba, así que imaginate que fue un mimo terrible para mí, que soy ‘billevariano’ de la primera hora», recordó el contrabajista a pedido de esta agencia.

También destacó que desde aquella oportunidad mantuvo un contacto bastante fluido con el contrabajista Eddie Gómez, a quien volvió a ver en algunos viajes que hizo a Estados Unidos.


Pero fundamentalmente, Remus dejó su sello en la escena del jazz local, a través de sus innumerables colaboraciones y sus participaciones en sesiones de improvisación en diversos reductos.

Allí pueden inscribirse los encuentro en la casa del pianista Eduardo Lagos, a los que Hugo Díaz bautizó como «folkloréishons», por donde solían pasar figuras como Astor Piazzolla, Oscar Cardozo Ocampo. Oscar López Ruiz y Domingo Cura, entre otros; y hasta donde se acercó Vinicius de Moraes en su primera visita al país, antes de sus shows en La Fusa.

Lo cierto es que toda esta trayectoria convirtió a Remus en un referente para todos los contrabajistas locales. Hasta las primeras horas de la tarde, aún no se había definido el lugar en donde serán despedidos los restos del músico.