Esta ambiciosa biopic histórica de 20 millones de dólares de presupuesto y dos millones de espectadores en los cines franceses reconstruye (con las lógicas libertades artísticas) la historia de Rafael Padilla, más conocido como Chocolat, primer artista negro en Francia y gran innovador de las rutinas de payasos en plena Belle Epoque de París a principios del siglo XX. De origen cubano y con pasado de esclavo, Padilla encontró en el payaso Foottit (James Thierrée) el hombre que vio su potencial y también le marcó los límites de su crecimiento, pese a que juntos hicieron historia.
La película es una superproducción francesa de 20 millones de dólares, que llevó dos millones de espectadores en su país de origen y que cuenta con una extraordinaria recreación de época, aunque sólo en lo formal. Centrada de manera excesiva en la figura de Chocolat, no permite ver, ni siquiera sugiere, que el clima libertario que dominó la mayoría de los años previos a la Primera Guerra Mundial, fue lo que posibilitó su ascenso. Esas diferencias que se suelen hacer para separar a los hombres de su tiempo, en su miedo porque no se reconozca el talento del individuo, terminan convirtiendo lo que fue una épica (de Chocolat y de todos los que hicieron posible su tiempo) en un cuentito de gran simpatía pero no tanto entusiasmo.
Algunos blancos malos frustraron al pobre negro bueno, podría ser una de sus moralejas; la ambición desmedida lleva a malos finales, otra. Sin embargo, tanto lo que permitió su ascenso como facilitó su caída fueron los cambios en los climas de época. Si la opulencia de los años previos a la Gran Guerra habilitaban lugares para todos más allá de su color, los de miseria posteriores a la contienda los cerraban. El racismo y la xenofobia suelen tener más raíces materiales que ideológicas, y el film, surgido en el actual momento reaccionario europeo, se perdió la oportunidad de dar cuenta de ese estado de cosas sin descuidar el homenaje al enorme Chocolat.
Incluso podían haber dado más espacio a su incidencia en el incipiente desarrollo del arte cinematográfico, ya que también fue uno de sus protagonista al actuar en muchos cortos que hacían al entretenimiento popular. Y en la formación de este arte, Francia aún tiene mucho para reclamar reconocimiento por el lugar que tuvo.
Así y todo, la película alcanza a entretener de punta a punta, sobre todo porque permite conocer la historia de un personaje tapado por el olvido o por la relectura de la historia que suelen hacer los que sufren con la alegría popular
Monsieur Chocolat (Chocolat. Francia, 2016). Dirección: Roschdy Zem. Guión: Cyril Gely. Elenco: Omar Sy, James Thierrée, Clotilde Hesme, Olivier Gourmet, Frédéric Pierrot, Noémie Lvovsky, Alice de Lencquesaing y Olivier Rabourdin. 119 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.