El sábado a las 21 Lucio Mantel presenta su quinto disco, «Todas las formas de estar». Que podría ser también todas las formas de ser, o de haber estado o sido, o de ser al mismo tiempo. Un relato compuesto de nueve canciones en las que el tiempo es uno de los actores fundamentales, y la sensación que deja es por cierto novedosa: ya no vale la pena tanto reconocerse de una sola manera verdadera, sino reconocer que es imposible ser uno solo. Pero para tener esa sensación hay que escuchar el disco, o ir a su presentación en La Tangente.
-¿Qué te llevó a este disco?
-En primer lugar el formato, que es el que más me interesa. Me gusta la construcción coral que hacen las canciones. Coral en el sentido de cómo funcionan, que hacen una narración coral. Entre todas se desprende un color, una situación. Soy fanático de la canción y en este disco un poco tiene todas las formas. Tiene que ver con que cuando compongo una canción estoy trabajando en múltiples faces que tengo, como tenemos todos. Me gusta que las canciones, cada una con su diferencia y su impronta, formen una relato más general y abierto.
-¿El protagonista es el tiempo?
-Puede ser. Escribo mucho sobre el tiempo. Creo que también hay otra cosas, como la distancia. Lo que más interesa es que tiene una canción que hace de leitmotiv, que es la primera. Es la primera vez que me pasa. introduce la distancias, formas de investigar, de componer, cantar, producir, de pararse frente a una idea de canción.
-¿Es posible que el disco también hable de la imposibilidad de ser uno solo, ya que en realidad todos somos varios a la vez?
-No lo había pensado así, pero me encanta (risas). De alguna manera la afirmación «todas las formas de estar» es la misma por la positiva. Está bueno verlo así, como la imposibilidad de ser uno solo.
-El disco también da la sensación de universos paralelos, de un tiempo no lineal.
-Hay una idea de tener una mirada del tiempo y del espacio y de la propia percepción de uno mismo en muchas dimensiones; incluso saliendo de la linealidad. Igual todas las formas de cantar de producir, de componer, se traducen de manera más palpable.
-Da la sensación de que tuviste muchas más canciones para hacer el disco. ¿Qué dejaste afuera?
-El disco estuvimos dos años haciéndolo, fue cambiando el elenco desde que empezó con Axel Krygier. Con él hicimos cuatro canciones, fue como bastante lento y pausado. En un momento porque estaba viajando mucho por Europa y otros países y cuando volvía acá me encontraba con que Axel estaba muy ocupado y yo quería seguir. Por eso la otra parte la produje con Manu Schaller, con quien hice Confín. De alguna manera el trabajo fue ampliando su registro estético y trabajamos como 20 canciones. Y quedaron afuera varias canciones distintas por distintos motivos.
-¿Cuál fue el criterio para descartar?
-Cuando hago un disco pienso más en la idea no de encontrarme con las mejores canciones, sino con las que hacen un disco. Si hay canciones que me resultan muy parecidas entre sí y repiten algo de lo que ya está, las saco por otras que contrasten y así darle otro recorrido al disco. Una canción es algo bastante impredecible, empieza como que la va a romper y en el camino se va diluyendo, no funciona. Y a lo mejor una que sale espontáneamente termina teniendo todo lo que querés. Hubo bastante de eso.
-¿En el registro de la voz trabajaste algo en especial? Aparece como fácilmente identificable.
-Siempre siento que mi principal instrumento es la voz, más allá de que técnicamente no la tenga tan buena. No la estudié tanto como la guitarra por ejemplo. Si es fácil de identificar es que canto desde que nací. Al principio cuando uno empieza imita lo que hacen los otros y cuando vas creciendo te vas alejando de las referencias y te vas encontrando con vos mismo y con una forma de decir, en el instrumento que sea. No es algo muy consciente, no lo busqué. Sufro bastante con mis dificultades técnicas, pero en contrapartida me parece que encontré una forma de decir, que es lo que siempre quise. Mi profesora dice que tengo mucha técnica porque tengo una organización para cantar, que tal vez no es el que dice la academia, pero hay una organización con la que puedo cantar y cantar un rato largo y salir de gira. Igual hay muchísimo por trabajar.
Este músico que compartió formaciones y escenarios Fito Páez, Liliana Herrero, Loli Molina, Fernando Cabrera, Palo Pandolfo, Ana Prada, Mariana Baraj, Axel Krygier y Ramón Ayala entre otros, tendrá para el próximo sábado la compañía de “Krygier, que se cargó esas cuatro canciones al hombro y le puso todo ese color tan particular, y después hay invitados que son a confirmar. Somos la banda eléctrica con la que estuvimos presentando Confín, que es un disco orquesta. Y para esta presentación habrá un trío de trombones siguiendo con esta idea de todas las formas de estar: vamos a tratar de mostrar la parte más enérgica del disco, con más volumen; esos trombones le dan una sonido muy particular”.
Seguro que será toda una experiencia.
¿Cuándo?
Lucio Mantel presenta «Todas las formas de estar» el sábado 24 de agosto a las 21 en La Tangente, Honduras 5317.