Maternidad sin idealizaciones

La maternidad no es un cuento de hadas y su día a día está muy lejos de las experiencias edulcoradas que suele evocar el inconsciente colectivo. Desde que tuvo hijos, la directora y guionista Amparo Aguilar quería aportar su perspectiva del lado oculto de la maternidad. “Me pasaban muchas cosas, que yo veía que le pasaban a otras, pero que nadie explicitaba. Entonces pensé que estaría bueno que no haya secretos y que se hable en público de esas vivencias. Como hago cine, salió esta peli, con el desafío de medirme en los recursos para que vaya directo al grano.”

Aguilar quería evitar la típica intervención de médicos, psicólogos y obstetras e ir por el lado más genuino: de mostrar a mujeres madres de todo tipo. Malamadre reúne  distintos relatos, con entrevistas profundas a mujeres de diferentes clases sociales de Latinoamérica, el film va sumergiéndose en aquello que no nos contaron sobre la maternidad. Con música de Lucy Patané, la directora armo un compendio de opiniones y experiencias con mujeres de todas las edades para también ver cómo los mandatos sobre el asunto pueden cambiar con los años.

“Queríamos también que los hijos sean de distintas edades para ver todo los problemas que se pueden enfrentar, con la famosa mutación de preocupaciones dependiendo la etapa que le toque”, destaca Aguilar. Para la cineasta la tarea de madre no es fácil sobre todo porque “en público todas somos madres excelentes y en privado estamos llenas de contradicciones. Cometemos errores, no logramos conciliar armónicamente lo que creemos que debe ser con lo que en realidad nos sale. Los mandatos son distintos para todas, pero siempre existen. Hay un ideal de la ‘buena madre’ que empuja a las mujeres por un camino muy angosto y poco realista”.

Por supuesto se entrevistaron más mujeres de las que se ven en pantalla y se armó una selección con experiencias distintas de maternidad, con distintos formatos de familia y crianza, como  principal eje de búsqueda. “Hay algunas que conocía y fueron las primeras, la punta de lanza para lograr que mas chicas se abran, porque al principio pensábamos que no íbamos a conseguir quienes estuvieran dispuestas a hablar de estos temas tan personales. Pero terminamos hablando con más de 30 madres, y dejamos 12 testimonios, más el mío y el de mis hijos que también aparecen en el relato”.

Aguilar  se siente satisfecha con el trabajo logrado: “este documental busca encontrarnos con ese vínculo  fundante que es la maternidad, para repensarlo e identificar cuáles son los mandatos que lo atraviesan, y cuáles trascienden a la madre. La verdad, siempre digo lo mismo: son escasas las reivindicaciones públicas que nos cuidan y acompañan. Entonces las diferencias de clase se vuelven terriblemente crudas: la liberación femenina es para las ricas, quienes por otra parte, llevarán la carga del abandono y la culpa. La sociedad no contiene a las madres. Más bien se da un fenómeno de lenta e invisible expulsión de los espacios sociales: el trabajo, las instituciones educativas y la vida social en general”.

Antes que madre, Aguilar era una activista por los derechos femeninos y en esa búsqueda de la caída del patriarcado se dio cuenta que debía poner en el tapete este debate que las mujeres tienen con lo impuesto por el exterior, en contradicción con sus sentir a la hora de afrontar la tarea. “Hay que  pensar también la maternidad, no sólo el derecho a elegir ejercerla o no, sino también como acompañar y como ejercerla si  así se decide. Este documental comenzó a filmarse  hace dos años y la idea surgió bastante antes. Por suerte las mujeres madres hoy marcamos más la agenda, pero hay  mucho por hacer en ese sentido.  Por eso junté mi costado de activista con el de madre y el de creadora para darle forma a Malamadre.”  «