Con la excusa de celebrar el Día de la Música, el reconocido multiinstrumentista, compositor, productor y arreglador Mariano Otero, tocará en Bebop Club el 1 y el 22 de noviembre. Lo acompañarán Rodrigo Domínguez en saxo, Juan Pablo Arredondo en guitarra y Carto Brandán en batería. Presentarán nuevas músicas de su próximo disco, que esperan sacar en unos meses. 

Otero tiene una gran trayectoria en el jazz, pero también incursiones en otros géneros. Es graduado de la Escuela de Música Popular de Avellaneda y la prestigiosa Berklee (Boston, Estados Unidos). Tocó con Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez y Vicentico, entre otros. Como arreglador y productor trabajó con diversos artistas bien distintos: Nahuel Pennisi, La Vela Puerca, El Kuelgue, Rayos Láser, a Natalie Pérez, Juan Ingaramo, Zoe Gotusso, Mi Amigo Invencible, Rosario Ortega y Marilina Bertoldi, entre muchos otros. “Siempre  me muevo por impulsos creativos y la energía de las ganas. No le doy bola a la trayectoria o la carrera, sigo mi instinto”, revela el músico.

-¿Cómo definís estas nuevas canciones que vas a mostrar?

-Es algo más minimalista. Es un repertorio de  baladas rotas, son composiciones más tranquilas que las que venía haciendo. Es lo que siento y lo que me sale ahora. No pienso tanto, me dejo fluir. No hay tanta gente mirando lo que hacemos, entonces eso me da libertad. No siento ningún tipo de presión a la hora de escribir música, por eso todo lo que hago refleja mi momento. Y ahora estoy así, más tranquilo. Me cansé un poco de tocar música intensa, como tuve en otros discos míos y tenía ganas de tener un proyecto más cercano a la música que siempre me pongo en mi casa o en el auto. Siempre estoy escuchando artistas como Jakob Bro, Joe Lovano, Paul Motian, que hacen canciones con menos notas, menos arreglos y estos temas que vamos a tocar se parecen a eso. Suceden menos cosas. No necesito demasiado en este periodo.

Mariano Otero.
Foto: Gentileza Manuel Pose Varela

-¿Menos es más?

-Menos es menos, pero en este momento me viene muy bien (risas). La verdad que estoy todo el día grabando y produciendo en el estudio, distintas cosas, con diferentes personas y eso me lleva tiempo y esfuerzo. Me encanta, pero para la música propia no te queda tanta energía. No tengo una rutina como solía tener cuando toda la energía estaba puesta en mí. Si me gusta algo anoto, después le doy un rato y si puedo hago algo. Pero estudio o practico quizás más con los de los demás que con lo propio. Me gusta esa dinámica y dio como resultado este tipo de canciones que vamos a presentar. Ahora trato de absorber lo que voy haciendo, aprendiendo de los demás y encontrando el lugar para hacer algo propio, pero sin demasiadas pretensiones, más que disfrutar de ese compartir.

-Por el estilo que haces, ¿estas constantemente buscando innovar?

-Estoy todo el tiempo haciendo música. Y con gente diferente, escuchando cosas nuevas: eso me mantiene entusiasmado. Estoy 10 horas por día en el estudio y eso me da energía para la búsqueda, no es algo consciente. Pero también me gusta tocar con mi grupo, porque me obliga a juntarnos a ensayar, tocar, probar e intentar grabar algo. Ponerse una zanahoria para perseguir. Es la posibilidad de perfeccionar las ideas e ir a lugares nuevos. Pero no tengo muchas pretensiones. En algún momento era más ambicioso en lo que quería para mi música. Pero ahora lo veo desde otro lado: tocar o crear música original es una opción, pero no es lo prioritario. Es algo que disfruto y se suma a otras cosas que disfruto también hacer, como trabajar sobre el universo creativo de otros. Creo que el tiempo te modifica las necesidades, los años te serenan, los intereses y las oportunidades fluctúan. Me gusta hoy en día no estar tan al palo, tener más tiempo para la contemplación, hoy tengo una necesidad de hacer música con más espacio para que todo decante diferente.

-¿Sentís que la música colabora para evadirse de las dificultades que nos toca hoy afrontar?

-Depende de cada uno y de lo que escuches. Considero que la música logra sacarte del mundo un rato. Pero te puede conectar también. Si escuchas Silvio Rodríguez, vas a reflexionar sobre lo que te dice. Y en un momento como este, que decirte. Pero lo instrumental es distinto. La música cantada, con letra, se puede  entender directamente, se puede opinar y llevar para algún lado más determinado por la intención del autor. Se pueden trazar líneas con la realidad, pero en la música instrumental como la que hacemos nosotros es diferente. Por momentos a mí me sirve para apagar todo y estar en el aire, en paz, en trance, en otra dimensión. Puedo conectar y desconectar.

Otero es multiinstrumentista, compositor y productor.
Foto: Gentileza Laura Tenembaum

-¿Y esa capacidad de formar imágenes mentales o trasladar a ciertos universos con un sonido cómo se explica?

-No sé. Siempre me pregunto eso, cómo puede ser que lloremos al escuchar cierto tipo de sonidos o cómo nos podemos emocionar o llenarnos de adrenalina con cuerdas y percusión tocadas de cierta manera. Es un poco el encanto de todo esto. Es un efecto tan profundo y maravilloso que se logra con la música que no sé si se puede explicar. Pero se siente. Es hermoso y emocionante vivirlo. Me sigue deslumbrando lo que se genera cuando tocás: en uno y en lo demás. Me sigue pasando lo mismo que cuando era chico. La clave  no es luchar contra eso, sino dejarse llevar.

-¿Con la inteligencia artificial eso puede morir?

-Es un tema complicado. Creo que es mejor cuantas más herramientas haya para la creación. Pero el tema es cómo manejarlo. Creo que el futuro va ser mejor, y el talento siempre va estar jugando un rol, aunque quizás será distinto a los talentos del pasado. Si mirás para atrás, decís cómo con tan pocas herramientas se lograban cosas tan maravillosas y como los límites fuerzan a la técnica a mejorar, en todas las artes. Por ahí la falta de recursos te exige más, para resolver con poco, y tener tantas facilidades anula un poco la búsqueda de la creatividad del artesano. Pero bueno, no pienso que se involuciona, creo que todo se va moviendo, y cómo perdemos cosas vamos ganando otras. Si algo que te llevaba mucho tiempo lo resolvés más rápido, tenés más tiempo para ocupar en otra cosa. El que tiene la necesidad de ser creativo, va encontrar el camino, con más o menos herramientas, creo que siempre fue así. Podes dejar el teléfono o la compu y hablar solo con la gente que te cruzas y hacer lo que quieras hacer con lo que tengas a mano: la posibilidad está. Es cuestión de ver qué querés hacer.

-¿Cómo te llevás con el camino recorrido?

-Para mí es todo un presente continuo. Lo que hice lo hice con todo, y es parte de lo mismo. En cada cosa que hice lo di todo, como lo que hago ahora. Trabajé con Fito y Vicentico, pero es lo mismo que ahora que estoy esperando a los chicos de El Kuelgue para seguir haciendo lo que estamos haciendo. Siempre trato de pasarla bien y dar lo mejor. Nunca me regodeo con lo que me pasó, no miro para atrás. Estuvo bueno y me trajo hasta acá, pero pensar en la trayectoria me embola un poco. No me copa el autohomenaje. Me importa lo que estoy haciendo ahora, y lo que quiero hacer después. Tengo una primicia: sale en un mes un disco que grabé con Leo Genovese en Nueva York, en dúo. Pero en el fondo, nada es tan importante.

Mariano Otero 4tet en vivo

Con Rodrigo Domínguez, Juan Pablo Arredondo y Carto Brandán. Viernes 1º de noviembre, a las 22:30 en Bebop Club, Uriarte 1658.