Una película sobre una película que nunca vio la luz; un relato de cine sobre el cine, pero también sobre distintas épocas de la Argentina: la que narra Esteban Echeverría en El matadero, la de los años ‘70, cuando un cineasta americano llega a La Pampa para rodar la historia de la primera revuelta de peones contra terratenientes del país y el tiempo en el que fluye la evocación de todo aquellos. De eso se trata Matadero, la película del director Santiago Fillol que marca los estrenos de la semana.

Es un recuerdo desde la actualidad de cómo fue ese rodaje maldito. En la película, los peones matan a los patrones como animales y se los comen, en un rodaje problemático, de un director experimental que, en 1974, al comienzo de la violenta persecución de la izquierda, contrata actores que son militantes clandestinos, mostrando todo lo terrible de la época, de una manera muy particular. Ganador de en el rubro Mejor Fotografía en el Festival de Sevilla y tras su paso por el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la película de Fillol (quien suele asociarse como guionista al director, productor y también escritor francoespañol Olivier Laxe) es una película con una triple temporalidad que fue lo primero que llamó la atención de los actores. “Me entusiasmó mucho el guión. Narra cómo se filma una película, algo para los que estuvimos en rodajes es interesante, y eso, en tres tiempos: el 1840 que cuenta Echeverría, que a su vez lo quieren contar en 1974, en un contexto político adverso, y luego la actualidad, con todos con sus matices y similitudes, para explicar un poco nuestro país. Eso ya es relevante, más allá de lo que le pasa a cada uno de los personajes”, comenta Malena Villa, una de las caras más reconocibles de la producción. En este caso hace de Vicenta, una asistente de dirección muy naif que es testigo de todo lo que sucede.

Con 26 años, la actriz y también cantante recuerda que en el rodaje tenían siempre en cuenta esos tres tiempos de la narración. “Mi personaje es la que cuenta la historia. Desde su punto de vista vemos todo lo que pasa, es su recuerdo lo que vemos. Ensayamos mucho cómo hacerlo, analizamos, buscamos referencias, lo cual fue muy enriquecedor. El director me propuso tratar de no actuar, sino que empatice con lo que les pasaba a los actores que hacen de actores, como para encararlo diferente, y eso estuvo bueno, fue algo distinto”. Vicenta muestra un arco dramático intenso: “Tiene una inocencia y unas ganas que va perdiendo a medida que avanzan los sucesos, terminando en una frustración, y lo interesante de la película es que muestra también cómo es sentir no haber podido reaccionar a tiempo para que ciertas cosas no pasen”.

Villa asegura que es algo que puede asimilarse a los que históricamente pasó en el país. “En esa época tan oscura de la Argentina, a muchas personas les pasó de no entender del todo lo que sucedía y por ende, tampoco saber qué hacer, y luego vivir con ese karma de no haber actuado. O sentir cómo una decisión inconsciente pudo haber afectado a otros. Son aristas distintas de lo real y concreto que sucedió, pero que muchas veces no se muestra, y en esta historia eso se retrata muy bien. Todo proceso histórico tiene muchos detalles mínimos que construyen algo más grande”. Villa afirma que la película muestra que las grietas no son nuevas y las lecturas políticas diferentes, son siempre muy interesantes. Para toda la sociedad, no importa de qué lado se sitúe cada quién, los años ’70 conforman una época traumática que dejó marcas. “No se trata de juzgar, pero cada espectador tomará como quiera lo que cada uno de los personajes realiza; eso es algo positivo en cine, creo yo. Hay una mirada diferente de la lucha de clases y la justicia social, y las posturas de cada uno, y las discriminaciones o visiones sesgadas. Pero explica un poco el mundo, no sólo nuestro país. Es una película muy humana”, admite Villa.

También destaca sobre el estreno de Matadero: “Es importante que se hagan películas como esta en la Argentina, de esta calidad, con esta fotografía y que lleguen a las salas. A veces es una lástima que muchas cosas que se hacen hoy en día no tengan tiempo de verse en pantalla grande, porque es otra experiencia. Las plataformas y demás son una buena herramienta, todos las usamos. Pero las películas en sala, es otra cosa.”

La actriz, que también canta y compone y que creció en teatros, yendo a ensayos junto a su padre, actor, conoce cómo pueden ser los vaivenes del arte. “Mi viejo siempre me decía que tenga un plan B, y bueno, es la música. Quizá se refería a ser contadora, no a un oficio que también puede ser inestable, pero lo hago intuitivamente y sin pretensioens. Me encanta tanto como actuar”. Malena Villa sacó su primer disco, La negación, en 2020. Sobre el futuro, para ella lo más importante es la motivación. “Tiene que haber deseo, anhelo de hacer algo. Pero trato de disfrutar los procesos también. Lo que está por llegar o lo que puede aparecer te mantiene viva, alerta, pero lo importante es el proceso”



Matadero
Un film de Santiago Fillol. Guión: Santiago Fillol, Edgardo Dobry y Lucas Vermal. Con Julio Perillán, Malena Villa, Ailín Salas, Rafael Federman, Lina Gorbaneva, Ernestina Gatti, David Szechtman y Eva Blanco. En las mejores salas.