Los hermanos sean unidos. Es la ley primera para The Magic Numbers. Con 20 años de historia trajinando escenarios, el cuarteto de rock indie parido por dos parejas de hermanos siguen dando cátedra de hermandad. ¡Tomen nota, Liam y Noel!

La banda nacida y criada en el West London a principios de los 2000 anda de nuevo por Buenos Aires. Juegan de locales en estas pampas con siete shows sobre el lomo desde su germinal visita de 2010. Su fiel hinchada se apretuja en el Teatro Vorterix. Jueves, están enamorados, entre humos de marihuana, latitas de birra salvadoras y espíritu hippie chic.

Con puntualidad británica, sale al ruedo la banda piloteada por los hermanitos Romeo y Michele Stodart. Los custodian sus fieles escuderos Sean y Angela Gannon. Prenden el fuego sagrado con dosis parejas de pop soleado, retro californiano y rock jipón. Con el tridente “Forever Lost”, “Ride Against the Wind” y “Love’s Game”, el teatro de Colegiales se transforma en un pub del Haight-Ashbury sesentoso. Efímero veranito del amor en tiempos de la cruel primavera de la motosierra.  

Hombre al frente, Romeo hace gala de su elegante saquito flower power. Lo custodia su fiel hermana Michele agitando el bajo pesado y la larga melena de aires Janis Joplin. En “Take a Chance” te preguntan “¿Qué vas a hacer cuando todo se desmorone?” La respuesta flota en el aire mil veces respirado del boliche. El muchacho de la remera de Black Sabbath cierra los ojos y repite el mantra: “Bailar, bailar, bailar…”

Los mágicos repasan sin prisa pero sin pausa clásicos de clásicos de sus seis discos de estudio. El último, Outsiders, es de 2018. Hay promesas de nuevo material para el año próximo. Suenan anticipos que no defraudan.

Encantan con sus juegos de voces los Magic Numbers. Un hechizo hipnótico cuando la tecladista Angela o Michele dirigen orquesta. Al fondo, Sean garantiza una pared sólida desde los bombos. La pista está flotando cuando llegan “Sweet Divide” y su himno “Love Me Like You”.

Falso cierre, la hinchada pide más y los británicos hacen magia con “Mornings Eleven”. De yapa, se despachan con un cover épico de “Canción para mi muerte” de Sui Generis que les garantiza el pasaporte argentino hasta sus últimos días. Son bienvenidos, hermanos.