Con la brevedad como estandarte y un ritmo narrativo que no permite pestañear, la nueva serie de Netflix busca un lugar entre las preferidas de las audiencias. Sky Rojo reúne rostros conocidos, productores experimentados y recursos de una receta infalible para entretener. El viernes estrenó su primera temporada, de dos ya confirmadas.
Sky Rojo es el nombre de un burdel español donde viven esclavizadas mujeres provenientes de diferentes lugares del mundo. El dueño del lugar, Romeo (Asier Etxeandía), es presentado como un estereotipado mafioso que disfruta maltratarlas y estafarlas. Coral (Verónica Sánchez) Gina (Yani Prado) y Wendy (Lali Espósito) son las tres protagonistas de la historia, mujeres de carácter que logran enfrenta a una mafia que se dedica a la trata.
Todo comienza en medio de una discusión no planificada, cuando Gina es agredida por Romeo y entran en escena Coral y Wendy para defenderla. De un modo exagerado y cinematográfico, entre las tres lo atacan y escapan hacia una libertad que les será complicada ya que son perseguidas de cerca por Moisés (Miguel Ángel Silvestre) y Cristian (Enric Auquer). Desde allí, el devenir de las heroínas las llevará a buscar ayuda con curiosos personajes secundarios, al tiempo que se va conociendo más de su pasado y de las circunstancias que las llevaron al difícil presente. El guión consagra su efectividad con cierta perspectiva de género, un lenguaje explícito para referirse al sexo e historias de amor tan subyacentes como potentes.
Conocemos a Lali Espósito como una de las cantantes más populares de la Argentina, que también cuenta con éxitos televisivos como Casi Ángeles y Esperanza mía, donde no tuvo grandes oportunidades para demostrar su ductilidad en la actuación. En Sky Rojo logra destacarse con el personaje más irreverente de los protagonistas, una argentina que decide emigrar dejando un pasado de carencias en la Villa 31 y una historia de amor que la atormenta. Por su parte, Coral es una misteriosa mujer que se erige como la voz en off que cuenta la historia, quien desde el primer capítulo logró ganarse la confianza de Romeo para conseguir el trabajo que buscaba, pero de la cual falta saber sus motivaciones y lo que esconden sus silencios y adicciones. La otra es Gina, también latina inmigrante, madre de un hijo que cuida su abuela en su país, está embarazada, enamorada de un cliente y es quien lleva la peor parte al momento de decidir escaparse.
La industria cultural, por definición, propone en sus producciones algo archiconocido y que a la vez no haya existido nunca. Así, bajo formas probadas y estereotipadas perpetúa cierta fórmula del éxito. Sky Rojo es una comedia de acción que recurre a los clichés del género, pero que por momentos los cuenta mejor que muchas otras series contemporáneas. Los productores de La casa de papel dejan ver su sello no solamente en marcas de la enunciación, como un personaje relatando la historia en off o la aparición de giros inesperados, sino también en la apuesta por el entretenimiento ficcional que conoce a sus audiencias como si las hubiera creado.
La propuesta estética es sutil, tiene la pretensión de narrar todo el tiempo con cada elemento del lenguaje: le aporta relevancia a la paleta de colores de los escenarios, y apuesta por los planos precisos y la música que recurre a clásicos para asociarse a emociones en el final de cada episodio. Con elementos ya conocidos en el género de acción, la serie despliega una forma de contar que apela al ritmo del tráiler, del videoclip y de la publicidad. En ocho capítulos de media hora, logra una velocidad narrativa que atrapa. No se trata de una serie ineludible, pero es una de las propuestas de puro entretenimiento más interesantes de la temporada. «