Inquieto como siempre, Luciano Cáceres por estos días encara un nuevo desafío: su primer unipersonal, que también representa una vuelta al teatro off, de donde surgió. Se trata de Muerde, pieza escrita y dirigida por Francisco Lumerman, que lo tiene como protagonista. Un thriller entre el policial y el drama, que se podrá ver en la sala Moscú, en el corazón de villa Crespo, donde se cuenta la historia de un joven con retraso madurativo abandonado por su familia en una carpintería, criado como si fuera un perro. “Me gusta ser parte del teatro independiente, tiene que ver con mi formación. Me gusta por la potencia que tiene y la libertad creativa. Francisco Lumerman, director, actor, autor que admiro y conozco desde hace mucho, me propuso esto de arriesgarme con mi primer unipersonal”, cuenta el actor.
Rápidamente se pusieron de acuerdo. “Con el oficio de ambos, se dio todo natural. Fui con la letra sabida y él me ayudó a acomodarla, nos pusimos de acuerdo en el uso del espacio y demás detalles. Armamos un equipo compacto para una historia dura”. En los 50 minutos que dura la obra, se ven la violencia y los abusos recibidos por el protagonista, así como su manera de entender el amor y demás detalles de su vida que se van abriendo. “Todos lo maltratan y le dicen ‘tonto’, lo que lo obliga a andar mucho de noche, y así desarrolla la habilidad de ver en la oscuridad, lo que hace que quienes los desprecian, le pidan favores. Es fuerte y es un desafío estar solo en el escenario, pero con un gran material”, comparte Cáceres, que venía de hacer teatro oficial con la obra Elsa tiro, en el Regio, donde pudo dirigir y actuar:
“Ahora quería una obra que nos permita viajar, poder hacerla si me toca grabar en algún otro lado e ir a festivales, algo que me gusta mucho. Es una obra todo terreno” comenta el intérprete que actualmente es parte de la tira Buenos chicos, de El Trece, y que este verano hará temporada en Mar del Plata con El beso, dirigida por Nelson Valente, donde compartirá con Luciano castro, Jorgelina Aruzzi y Mercedes Funes.
Además, estrenó en la última edición del Festival de Cine de Mar del Plata el film La educación de los cerdos, décima producción de Eduardo Pinto, un policial que transcurre en los años ‘90 que muestra cómo un padre delincuente quiere arrastrar a su hijo hacia el crimen. La filmaron en las localidades de Bolívar, 25 de Mayo y en Daireaux, y pronto se estrenará en salas. “Fue una experiencia tremenda“, expresa Cáceres sobre el trabajo que comparte con Tupac Larriera, Pasta Dioguardi, Pablo Pinto y Cumelén Sanz. “Esta es una peli que muestra la violencia naturalizada en el trato, en las formas de ser, establecido como algo común y corriente. Mi personaje es un tipo que no acepta las aspiraciones de su hijo, de hacer su propio camino con el arte, con el dibujo. Es de esos que esperan salvarse haciendo la fácil. La película va por el lado del policial y por otro, muestra esta relación”. De nuevo, se trata de una iniciativa independiente, “con actores y técnicos locales, con locaciones reales, me encanta ese espíritu artesanal”, dice el actor.
Arte en constante movimiento
También se refiere al momento actual del país y los planes de ir contra la cultura, el INCAA y otras instituciones vinculadas al arte y el espectáculo nacional. “Siempre logramos alta calidad artística, aún viviendo en una crisis casi permanente. El apoyo del estado es necesario para mantener esas ganas de hacer, así como lo privado también tiene que tener la chance de crecer. La responsabilidad está en uno, en luchar para no quedarse quieto. A mí no me paraliza lo que podría pasar, al contrario, me da más ganas de juntarme con los compañeros para hacer cosas”.
De su larga experiencia en el oficio, el actor resume: “Ahora me interesan otros temas, es distinto a cuando empecé. Aprovechar lo vivido, los años de trabajo, para elegir bien lo que quiero. Soy un tipo de acción, me siento impotente cuando no estoy en actividad, entonces lo creativo sale solo, porque siempre ensayo, pruebo o trato de asociarme con los que quieran hacer. Hay que ocuparse. Nunca me vino nada de arriba, siempre salí a buscar. Todo se da paso a paso, nada se da de un día para el otro.”
Claro que la televisión o el teatro comercial, le dan popularidad. “Siempre hay algo que ordena desde lo económico, que se hace por el mango y que te permite encarar desafíos personales o conocer a otros compañeros, para ir más por otro lado. Y está bien. Eso es lo que hay que lograr, que pueda haber más posibilidades”. Para Cáceres la clave está en las nuevas generaciones. “Poder trabajar con jóvenes te renueva las ganas de que pase algo, arriesgando en cada escena, te mantiene despierto, deja la llama encendida. Y quizá ayudás, como cuando yo miraba a (Héctor) Alterio u otros actores más grandes con los que me tocó compartir. Los nervios hay que mantenerlos vivos, nada sale de taquito. Los pibes jóvenes tienen una claridad y una soltura espectacular. Quizá por tener más información y menos represión de muchas cosas. Se aceptan las diferencias, tienen más ideas de lo que está pasando en el mundo. Hay una libertad muy potente en el hecho creativo”.
Muerde
Unipersonal escrito y dirigida por Francisco Lumerman, protagonizado por Luciano Cáceres. Viernes 24 de noviembre a las 22.15, y sábado 25 de noviembre a las 19. En Moscú Teatro, Juan Ramírez de Velasco 535.