Hay algunos que ya hablan de que 2022 será recordado por muchos años en el universo del fantástico: al regreso en forma de precuela de Juego de Tronos, el viernes se suma la de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (The Lord of the Rings: The Rings of Power). Por Amazon Prime Video y desde esta noche, la producción le va a contar al público histórico y a los nuevos cómo fue que surgieron los anillos que tanto poder como perdición le dan a esos seres en parte humanos, en parte algo parecido a ellos, no tanto en las formas sino más bien en sus sensaciones, sentimientos y emociones.
Surgida de la obra de J. R. R. Tolkien, y desarrollada por J.D. Payne y Patrick McKay, está ambientada en la Segunda Edad de la Tierra Media; una Tierra Media que quienes tuvieron oportunidad de ver algunos episodios de la que será la serie más cara de la historia, dicen que se presentó muy diferente de la que en su momento el mundo admiró en la trilogía cinematográfica de Peter Jackson. El asunto, de hecho, ya despertó algunos comentarios de desaprobación en las redes.
Los primeros episodios tuvieron el beneplácito de la mayoría de las críticas, de acuerdo a lo que recogieron sitios especializados. Y si bien destacan el impacto visual, señalan que sólo hacia el final hay cierto impacto, como ya parece ser el modelo narrativo de toda serie que pretenda algún éxito, en un remedo, sin el mínimo sonrojo, de las famosas telenovelas de los ‘60, ‘70 y ‘80 del siglo pasado. Pero aquí hay que explicar muchas cosas y presentar a muchos personajes para entusiasmar a un público que, en el mejor de los casos, conoce la gran trilogía de Peter Jackson, pero se sospecha que está lejos de haber leído alguno de los libros, aunque por supuesto siempre hay alguien.
Con Galadriel a la cabeza de la narración (el personaje que en las películas de Jackson hizo Cate Blanchet y que aquí está en manos de Morfydd Clark), el gran villano es Sauron, el señor oscuro que, en la Segunda Edad, forja todos los anillos y se los regala a las humanos, elfos y enanos: excepto el verdadero anillo del poder, que son el centro de la trilogía de Jackson. De todas maneras, no son los anillos los principales objetos protagónicos de esta primera parte, sino las figuras misteriosas, las situaciones peligrosas y, sobre todo, las tramas políticas: el acceso a rutas comerciales y a las tierras más promisorias productivamente están en el centro de las disputas. Así, los dos grandes relatos del fantástico de los últimos tiempos tienen su principal atractivo en la trama política que les da dirección y sentido.
A un costo de mil millones de dólares para las cinco temporadas que ya se aseguró que tendrá la serie, Amazon Prime pagó 250 millones de dólares por los derechos para usar el universo Tolkien. Sin embargo, por esas cuestiones de los derechos, pero más de los negocios, Prime Video no puede hacer ninguna referencia a El Señor de los Anillos, como si se tratara de una historia diferente, por más que todo el mundo sepa que es la misma, y las asociaciones no falten. De hecho, unos cuantos dicen que por eso La Tierra Media es tan distinta a la que recreó Jackson.
El trailer muestra un gran despliegue visual, lo mismo que la constante apelación épica de Galadriel, todo el tiempo arengando a ir por el sueño, la libertad, dejar un rastro que quienes vendrán después puedan recordar. De eso, de hacer soñar, dijeron muchos que estuvo hecha la obra de Tolkien: quedar en la memoria, en el recuerdo de otros hombres y mujeres a los que hizo fantasear con sus historias en la Tierra Media. En el siglo en el que casi todos dan por cierto que la Inteligencia Artificial y los robots formarán parte de nuestro cotidiano, el fantástico vuelve a tomar la centralidad del relato en dos series que apuestan a establecer el sino de la década.