Interiorizaron el silencio, para después salir al mundo a comunicarse. La compañía teatral La Zaranda es un caso único de técnicas, procedimientos e historia. El grupo español de Andalucía lleva 40 años de investigación con un lenguaje propio para el teatro, crea sus espectáculos en comunidad y bastante aislados, trabaja con el uso simbólico de los objetos, la expresividad visual, la depuración de textos y la plasmación de personajes límites. Ahora, vuelve a presentarse en Buenos Aires con la obra El grito en el cielo, una pieza en la que por primera vez los artistas hicieron ensayos abiertos al público en la Bienal de Venecia, como una forma de compartir la cocina de su estética.
En El grito en el cielo aparecen en escena hombres «depositados» en un geriátrico, sin más esperanza que la sedación paliativa. Los tratamientos, las sesiones de rehabilitación y terapias (entre ellas las artes como ejercitación corporal o entretenimiento) ocupan rutinariamente el ocaso de sus días. Aunque están siempre dispuestos a sumar gente a su equipo, integran La Zaranda, Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez, Enrique Bustos, Paco de La Zaranda y Eusebio Clonge, siempre a cargo de la dramaturgia. Para esta propuesta, se sumaron al elenco Celia Bermejo y Iosune Onraita.
El mundo de La Zaranda es alegórico, sus personajes encierran mucho de simbólico por más que su encarnación sea cotidiana. Cuando, por ejemplo, abordamos la reclusión buscamos reflejar esa parte de nuestro ser que queda prisionera. ¿El alma prisionera del cuerpo como en el concepto platónico?», explica el dramaturgo Eusebio Clonge, acerca de la estética de su grupo y de esta obra en particular. «Eso dependerá de lo que cada espectador pueda ver. En esta obra, los personajes son ancianos en una residencia en espera de la muerte. Creo que es un futuro cierto para gran parte de la humanidad en este mundo que hoy nos rodea, de alguna manera el tiempo nos conduce hasta esa estructura que el hombre ha creado. Mucho se ha dicho sobre el que les damos voz a los que no la tienen, pero uno no elige los temas o los personajes, muy al contrario hay ciertos personajes que a uno lo visitan cuando escribe. Es el fondo temático que aparece sin cesar a la superficie y que era lo que Víctor Hugo llamaba estilo, explica Clonge.
El público que vea por primera vez un espectáculo de La Zaranda se encontrará con el planteo de las grandes preguntas existenciales, a través de la poesía. Dice Clonge :Yo creo que es lícito escribir de aquello que en verdad se nos escribe por dentro. Creo que el dolor , el sufrimiento de los otros, todo por lo que merece la pena sufrir, que al fin y al cabo es por lo que vale la pena vivir, nos sensibiliza ante un mundo cada vez más ruidoso e indiferente, en el arte creo que hay que poetizar y no politizar. Como reflejo de la época que cruza la política estará implícita en la obra, pero que sea como duda, que establezca preguntas, nunca tendenciosidad.
El grito en el cielo se presenta de miér. a sáb. a las 21 hs. y dom. a las 20 hs. en el Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815.