Años después de haber dado el batacazo televisivo con su famoso programa Intrusos, Jorge Rial se encuentra ante el cruel espejo de su vida pasada, víctima de esa especie de mecanismo de tortura mediática que supo crear. Luego de habr sido intervenido en Colombia por un cuadro cardíaco muy grave, el periodista volvió al país y prácticamente no apareció en los medios. Hizo un breve paso por su programa en Radio 10, donde contó que aún estaba convaleciente y que se iba a tomar la vida y la carrera de otra manera. Hubo quien imaginó que se reinventaría como autor de autoayuda a lo Víctor Sueiro. Quizás todavía sea posible.
Sin embargo, ante el silencio terapeútico del conductor, la tele, y en particular el canal América, vieja casa de Rial, recurrió a una de las testigos del acontecimiento: su hija Morena. La particularidad, el punto de inflexión de esta, en principio, historia de resiliencia y superación, es que la joven Morena, “More” a partir de aquí, no tuvo mejor idea que ventilar las internas que tiene con su padre. Entre ellas, la más estridente fue la negativa de Rial de financiar un local de estética a cargo de la joven. Ante la consulta de un panelista acerca de por qué no trabajaba de otra cosa, la joven lanzó el primer título/meme de esta historia: “No estoy para ir a trabajar a un supermercado”.
En ese momento, la TV olió sangre: detectó un personaje bizarro con el que golpear hasta más allá del KO a un famoso con el que guardaba cuentas pendientes. Ni más ni menos que el “método Rial” de la época de gloria de Intrusos. Entrevista en el piso, rumor, informe, rebote en otros programas, nueva entrevista en el piso: el rating sube, la gente habla, el rating sigue subiendo. Entonces, América encontró un tema con el que revitalizar dos programas que venían boyando en materia de rating: A la tarde, y el incombustible LAM. More Rial comenzó a circular por ambos programas lanzando todo tipo de munición surtida contra su padre, que incluyó episodios sobre su divorcio, las tenencias de ella y su hermana producto de ese divorcio, las relaciones de Rial con otras exparejas y varios etcéteras que incluyen acusaciones de violencia y amenazas judiciales contra quien fue la madre adoptiva de Morena y Rocío, la otra hija de conductor, entre otros.
Por supuesto, en el programa de Karina Mazzocco contaron con la participación especialísima de Luis Ventura quien -apenas unas semanas después de llorar la agonía de su examigo aprovechó la ocasión para “carpetearlo” como solo él sabe hacer. Mientras tanto, en las redes se multiplicaron los memes y recortes de video de More Rial haciendo caras y repitiendo barbaridades para el disfrute pop generalizado. Y como si todo esto fuera poco, luego de la visita de More Rial a LAM varias panelistas sufrieron el robo de sus tarjetas de crédito y dinero en efectivo. Sin mucha sutileza, las acusaciones recayeron en la hija de Jorge Rial.
Cambio de hábito
Alguien podría preguntarse: ¿Y Rial? Rial está descansando y recuperándose en España. Desde allí apenas si envío un chiste por Twitter: acusó a Ventura de ser su viuda despechada. El mismo Ventura respondió con un ramo de flores, aduciendo que eran para el funeral de su esposo. Aunque lejos de la ironía, un rato más tarde, confesó que “amó a Rial” pero que fue traicionado. Ni Alberto Migré hubiera construido una trama como esta.
Para el envío de Karina Mazzocco viene siendo un salvavidas: ante la peligrosa llegada de Mariana Fabbiani al canal y en medio de rumores que indican que no es del gusto del nuevo mandamás del canal, Marcelo Tinelli, no le viene mal tener unos buenos números para mostrar. LAM, por su parte, parece más preocupado por esclarecer el robo que por la relación Rial padre-Rial hija. Lo grosero que habrá sido el raid mediático de More Rial que el mismísimo Jorge Lanata salió a decir que le parecía una vergüenza y que no revestía ningún tipo de interés público. Bienvenido Lanata – por algunos segundos – al universo del periodismo con responsabilidad.
Este periplo de More Rial por los programas de América muestra una vez más cómo Frankestein termina devorando a su creador. Jorge Rial erigió un método de hostigamiento mediático en el que domó enemigos o castigó rebeldes. En algunos casos, apenas lastimó figuras porque le rendía en términos de rating. Luego de una salida poco rutilante y conflictiva de América, el canal encontró la manera de lastimarlo y, a la vez, de rascar algo de rating, que le venía siendo esquivo.
Veterano de 1000 batallas, conocedor de las reglas de juego que él mismo inventó y posiblemente enfocado en otras prioridades, Rial no pica por ahora en el juego y no responde. Tal vez sea una de las mejores cosas que aprendió en medio del recorrido.