Con la falta de cordura como tema central, una obra que supo convocar al público en el teatro off ahora salta a la calle Corrientes para ir por más. Se trata de La Fiebre, escrita y dirigida por Mariana Chaud que con el protagónico de Julieta Zylberberg propone dar a conocer ciertas zonas de nuestra psiquis para entender a la locura.
La Fiebre fue estrenada formalmente a finales de 2019, pero esta vez regresa al escenario del Teatro Metropolitan Sura (Av. Corrientes 1343) por sólo siete funciones, en las que será posible observar a Zylberberg interpretando a un personaje que siempre trata de despegar los pies del suelo. “El reestreno de esta obra se produce en un circuito súper distinto del que veníamos, porque estábamos en el ruedo independiente, podríamos decir. Decidimos hacer este ciclo en el Metropolitan y está buenísimo, sobre todo porque tenemos acceso a un público diferente, numeroso y en un escenario muy grande, entonces se trata de una nueva obra. Las partes musicales en este espacio suenan diferentes y muy hermosas, de manera que nos sentimos como renovados en todo sentido”, afirma Julieta Zylberberg.
Esta reposición se da luego de un recorrido por otros espacios donde la obra se estuvo fogueando para este flamante reestreno. “En los huecos que tuvo la pandemia nosotros siempre pensamos en La Fiebre, porque es una opción muy pero muy linda y por eso la hicimos hasta en cuarentena vía streaming, y luego cuando se calmó el tema volvimos al teatro pero de manera acotada, con pocas funciones. Surgió más tarde y desde el teatro Metropolitan si queríamos hacerla de nuevo y nos pareció bien. Nuestra idea es seguir con la obra, siempre y cuando mis otros trabajamos me lo permitan, pero en definitiva, queremos hacerla siempre”, aclara la actriz.
Teniendo en cuenta que el público se renueva, enseguida Julieta se presta para dar a conocer algunas situaciones que bien pintan a La Fiebre de cuerpo entero: “Creo que esta propuesta puede describirse como un drama musical sobre la soledad. En escena se cuenta la historia de Azucena, un personaje que está en un brote, y a la que se la ve en diferentes momentos de su vida, en los que también puede estar brotada con sus amigos en el Tigre, en el hospital, o caminando por la calle con o sin rumbo extraño, viviendo en la casa de un tío que la cuida a duras penas. En el medio de todo eso, la historia no es nada lineal, sino que el relato va y viene todo el tiempo. Al mismo tiempo la protagonista vive con Fiebre, su tortuga, con la que comparte pensamientos de la vida, el pasado, y muchas otras cosas”.
Lo que se percibe al hablar con Zylberberg es la atracción que le despierta la obra creada Chaud, algo que enseguida ella se encarga de dejar en claro: “Esta obra me encanta y la disfruto muchísimo. El tema que se trata en escena es algo que me interpela absolutamente, porque la locura nos puede llevar a estar desvinculados de la sociedad, porque son hilos que una vez que se cortan, te dejan afuera de todo eso. Creo que nadie está exento ni muy alejado de la locura. Ayer pensaba lo bueno que es hacer esta obra, porque yo sí estoy en esta sociedad, siendo madre y trabajando. Pero creo que la seducción de cortar con todo siempre existe y más de lo que uno se permite aceptar. Siento que la vida es difícil cada vez más y más, y esa idea siempre está en la gente, porque parece que existe una sola forma de estar en el mundo y eso siempre pesa”.
El personaje de Azucena que encarna Zylberberg da la impresión de ser parte una personalidad múltiple, a raíz de sus constantes cambios. “Es un personaje que se va soltando y que corta, en pasos, su vínculo con la realidad. Más allá de eso, es un rol que no vive en el delirio absoluto, lo que le permite al espectador observar diferentes niveles de esa locura que yo llevo al escenario. La locura es siempre algo oscilante”.
La fiebre
Una obra de Mariana Chaud. Con Julieta Zylberberg. Música original: Lucas Martí. Miércoles a las 20.30 en Teatro Metropolitan Sura, Av. Corrientes 1343.