La nueva ficción de la Televisión Pública se llama La caída. La tira semanal que reemplazó a la segunda temporada de El Marginal –cuyo último capítulo superó los 10 puntos de rating– desarrolla la historia de un hombre que en pleno festejo de sus bodas de oro descubre lo inimaginable: su mujer es su hermana y su suegra, su madre. De ahí en adelante, la trama avanzará hacia lugares donde todo es cuestionable.
Protagonizada por Juan Leyrado (como el doctor en Biología Horacio Feinn), Claudia Lapacó (su esposa Sara, docente), Julieta Díaz (Andrea, la hija mayor) y Gabriel Corrado (su marido), la propuesta dirigida por Mario Segade se extenderá por nueve capítulos y reflejará esa debacle familiar con mucho de drama y bastante de humor. «Para mí este proyecto es algo que fue muy querido. Tiene un libro muy interesante y, en un contexto de tanta depresión como el actual, es gratificante laburar y poder hacer lo que a uno le gusta. Tenía muchas ganas de trabajar en la TV Pública porque llega a todo el país. A medida que iba leyendo los guiones me fui entusiasmando cada vez más con el proyecto y estoy muy feliz de que ya esté en pantalla», revela Julieta Díaz.
Más allá de trabajar por primera vez con un director como Mario Segade, Díaz asegura que la participación de Leyrado, Lapacó y Corrado fue otro de los factores que la sedujo para sumarse al proyecto. «Por supuesto que el elenco pesó en mi decisión porque había gente con la que nunca había trabajado. Y cuando nos pusimos a filmar y estábamos todos, la sensación se potenció: ¡Es un elencazo! Si a eso le sumamos que Mario también escribe junto con Virginia Martínez, todo se da de la mejor forma», detalla la actriz.
En relación a la historia de La caída, Díaz sintetiza: «Lo que más me atrae es que se trata de una historia de personajes. El recorrido de una familia endogámica tan unida por un lado, pero por otro con las cosas muy mezcladas. De alguna manera, es una tragedia griega vista desde lo cotidiano. Los diálogos son otra parte muy valiosa: se dice mucho siempre. Andrea es la hija mayor del matrimonio y tiene la exigencia de continuar el legado desde lo familiar, pero también desde lo profesional, porque su padre es médico y a ella le piden lo mismo. Con mi marido (Corrado) tuvimos dos hijos y desde afuera todo es perfecto, pero después ellos también serán parte del terremoto familiar».
El humor es uno de los factores que descomprime tamaña situación familiar. «Me gustó mucho ese aspecto que tiene la serie porque ingresa desde la distancia. No hay payasadas ni tiene una cosa de sainete. El humor aparece desde la intensidad de los diálogos. Por eso La caída es algo así como una comedia dramática o un drama cómico. Esos toques de humor son fundamentales, le dan un equilibrio muy atractivo a la historia. Es muy interesante sonreír y hacer reír desde una ironía, pero sin caer en lo liviano», destaca.
En un contexto televisivo donde la ficción sigue estando muy rezagada, este tipo de propuestas permite al menos dar pelea a la era de las latas que cada vez conquistan más y más horas en la TV de aire local. «Esos productos enlatados siempre fueron un problema para los trabajadores locales de la televisión, ya sean actores, productores, directores, escritores o técnicos. No está mal ofrecer ciertos productos que vengan de otros países, pero la realidad es que en nuestros días y con tan poca ficción que se está haciendo en la Argentina, siempre constituye una dificultad extra que se siga apostando a tantos productos de afuera. Yo no soy productora, pero si me pongo en ese lugar me doy cuenta de que generar proyectos lleva mucho de apuesta. El materializar programas de ficción y producirlos es algo que tiene que ver con nosotros, sobre todo porque se cuentan historias nuestras, cosas de esta parte del mundo que si no las contamos nosotros no las cuenta nadie», concluye Díaz. «
El compromiso no se mancha
La caída