El mundo parecía otro a mediados de la década del ‘90. No había redes sociales y los medios masivos tampoco eran los mismos, pero el fútbol, como siempre, generaba su impresionante atracción. Y si bien ya era un gran negocio, aún tenía aún algo de artesanal. La epopeya de alcanzar un triunfo deportivo en aquellos años, visto desde hoy, tiene otra mística. Por entonces, buena parte de Occidente aprendía un nuevo nombre, que hoy suena cada 10 minutos: Qatar. En esa ciudad en medio del desierto, en 1995, un puñado de chicos jugarían un mundial juvenil. Muchos jugadores conocieron la tristeza y la gloria, que marcaron un antes y un después en sus vidas. Con la potencia y la épica de ese recuerdo formidable, uno de sus protagonistas, Juan Pablo Sorín, decidió hacer una película.
Este domingo 6 de noviembre, en una función especial en el marco del 37° Festival Internacional de Cine, se presentará Érase una vez en Qatar, documental dirigido por Federico Rotstein e Ignacio Ceroi, con idea y producción general del futbolista y su mujer, Sol Alac. «Es emocionante recordar y mostrar lo que nos pasó de adolescentes: es un recorrido de todo ese proceso, desde la primera convocatoria a levantar la Copa. Es una mirada a esa etapa de la vida, por eso incluimos a jugadores de otros países, porque estábamos todos en la misma. Hablamos de la música que escuchábamos, de la ropa, de cómo recordar aquella experiencia única. Pasaron veitsiete años, para nosotros y para Qatar, que era otro país, nada que ver con el que es hoy», cuenta Sorín en charla con Tiempo.
El documental incluye registros inéditos, entrevistas a los protagonistas y textos escritos por Fabian Casas, que se escuchan a través de la voz en off de Santiago Motorizado. «Son dos aportes que nos gustaron. Lo de Casas surgió pensando en quién podría entender de qué se trataba la película, y Fabián tiene esa impronta, logró unos textos barbaros. Con Santiago nos conocemos, le gusta el cine y era alguien que venía de la música, a la que le damos importancia en la película, porque era un grupo al que le gustaba la música, la escuchábamos para darnos ánimo. Y además, no había mucho más entretenimiento que ese».
Para los futboleros, hay testimonios impresionantes: hablan Joaquín «Vasco» Irigoytía, Sebastián «Tomatito» Pena, Gustavo Lombardi, Mariano Juan, Francisco «Panchito» Guerrero, Guillermo Larrosa, Ariel «Caño» Ibagaza, Leo Biagini, Diego Crosa, Andrés Garrone y Julio Bayón, entre otros. Además de figuras internacionales como los brasileños Caio Ribeiro, Zé Elias y Luizão; y los españoles Raúl, Javi López Vallejo, Joseba Etxeberría y Vicente Del Bosque. Por supuesto, también están José Pekerman, Hugo Tocalli y el Profe Salorio, el cuerpo técnico ganador que transformó a la Argentina, y la palabra de los periodistas Walter Nelson y Alejandro Fabbri.
«Todos los equipos estábamos en dos hoteles; de hecho, comíamos con los rivales en la mesa de al lado. El Mundial iba a ser en Nigeria, pero por la inseguridad cambiaron el lugar y fue un torneo que se organizó en 20 días, era todo inusual. Fue en abril, y el calor era insoportable. Todos elementos que le dan mística a lo que logramos. Nos dedicamos a juntar videos, testimonios, para mostrar cómo las amistades que se hacen en una experiencia iniciática como aquella, son hermosas», admite quien fuera capitán de la Selección. «Fue alucinante, ese mundial nos marcó. Era una historia que merecía ser contada. José fue un aire fresco para los juveniles, y en todo ese proceso, hubo situaciones emocionantes, divertidas, complejas. Es la historia de unos jóvenes a los que les pasó algo muy fuerte que les transformó la vida: el paso de la adolescencia a la adultez. La película habla de los sueños, de las ganas y de cómo se forja la personalidad de futbolista, pero sobre todo, rescata el valor de la amistad, en tiempos donde el individualismo es muy fuerte».
La producción llevó un año de trabajo. «Es una historia colectiva, pero hecha de miradas propias, de cada uno de los que fuimos a ese mundial. Todos aportan algo, con una diversidad de miradas. Fue un gran esfuerzo, una suma de memorias. Tiene toques de ficción para acompañar o recrear metafóricamente lo que sentíamos».
Sorín sabe que el fútbol no es el mismo. «Los teléfonos y las cámaras cambiaron todo, nosotros no teníamos distracciones. Era compartir mirándose a los ojos, no mirando la pantalla. Eso lo queríamos contar. Fue la última selección amateur de juveniles que hubo, sólo algunos habíamos debutado. A nivel mediático, luego de este logro también fue diferente, las coberturas, las publicidades», recuerda el lateral izquierdo, aunque en aquel campeonato jugó de marcador central. «Fue el título más importante de mi carrera, y fue volver a ser campeones juveniles luego de 16 años, después de la Copa que había levantado Diego en Japón. La idea no era sólo mostrarlo periodísticamente, sino que en esta película quisimos hablar de la adolescencia, con su incertidumbre, su picardía, su esperanza, su deseo».
Para el exjugador, el fútbol es una metáfora de la vida y enseña que los logros sólo llegan si se trabaja en equipo: «Uno es mejor persona, porque tenés que tener en cuenta qué le pasa al otro, cómo podes colaborar para que le vaya bien, porque si a tu compañero le va bien, te va bien a vos, y eso es lo que nos decia José todos los días. Vale la pena el sueño colectivo y darle todo a tu pasión, aunque después pueda no ser todo color de rosa».
Sorín es un privilegio presentarse en un festival de tanto prestigio como el de Mar del Plata, y planea que la película pueda llegar pronto a las salas. «Es una oportunidad. Creo que el cine se parece al fútbol, porque el trabajo es en equipo, todos con un objetivo, es una aventura creativa». En pocos días, el excapitán volverá Qatar en su rol de comentarista para la televisión mexicana. «Juampi» sabe que habrá emoción: «Me ilusiona volver a un lugar en el que fui tan feliz. Tengo nervios y ansiedad porque a la selección le vaya lo mejor posible. Esta es una nueva experiencia, pero quiero repetir el éxtasis que sentí siendo pibe. Voy a disfrutar, como lo hice haciendo el documental y como lo hice como jugador».
Érase una vez en Qatar
Documental sobre el Mundial Juvenil de 1995, dirigido por Federico Rotstein e Ignacio Ceroi, con idea y producción general de Juan Pablo Sorín y Sol Alac. Dmingo 6 de noviembre a las 19.30, en Cines del Paseo, Paseo Diagonal, Diagonal Pueyrredón 3058, Mar del Plata. Entrada libre y gratuita hasta agotar la capacidad de la sala.