Comparten la música, la vida y la lucha. Lo vienen haciendo desde hace años y en diferentes espacios. Y esa comunión es la que estos músicos cordobeses vienen a presentar el sábado 9 de noviembre. José Luis Aguirre, Mery Murúa, Paola Bernal, Vivi Pozzebón, Juan Iñaki y Jenny Náger serán los encargados de mostrar la rica escena de la música popular cordobesa actual al público porteño. Lo harán en el marco del Festival Los Años Luz Córdoba, que organiza el sello en el que todos ellos publicaron sus discos más recientes.
Se trata de artistas con una carrera sólida y reconocida que comparten un arraigo importante en la música folklórica y que conforman un colectivo artístico con una fuerte identidad territorial. Cada uno presentará su propuesta solista aunque después se entreverarán, como suele suceder. “La idea es sostener cada una de las improntas de los artistas y trasladar lo que somos debajo del escenario y la relación que tenemos”, explica Murúa.
La cantora y compositora sostiene que más que la música lo que los une es “un concepto con varias aristas”. “Es la construcción colectiva de un tiempo y de un espacio. Jenny, por ejemplo, no es folklorista, pero sí es una compositora que habla desde su lugar de un tiempo y de un espacio, que es este, que es hoy, que es ahora y que es acá en Córdoba. La Vivi tiene más raíces afro por ser percusionista, viene desde un lugar más étnico, pero también hace cuarteto. Para nosotros eso también es folklore, porque entendemos esa música como dinámica y que no está encasillada en el cancionero tradicional. Entonces, sí hacemos música folklórica de Córdoba, sí hacemos música folklórica de este tiempo, sí es folklore lo que hacemos”.
Murúa cree que vivir en Córdoba es lo que les permitió convertirse en colectivo. “Eso lo marca el territorio y estar en un lugar común. Quizás lo que pasa en Buenos Aires es que es una urbe tan grande y todo sucede a tanta velocidad, que cada uno está muy metido en la suya. Acá la cosa es un poco más pausada y hay más posibilidades de encuentros. Además, estamos muy involucrados casi todos nosotros en las causas ambientales y sociales, en las luchas colectivas. Somos como una familia”.
“Pertenecemos a una generación que tiene mucho de tradición y también cosas nuevas”, comenta Pozzebón, la única de los seis que actualmente reside en Buenos Aires. “Tenemos en común el folklore, que es muy potente en Córdoba, sobre todo el que viene del norte. Estamos colindantes con Santiago del Estero, sobre todo, con las chacareras, las zambas, los gatos. Y la peña es un denominador común que nos reunió y nos ha reunido a muchos de nosotres en distintos escenarios. Un poco antes de nosotros estaban el Raly (Barrionuevo), el dúo Coplanacu. Ellos fueron un poco antecesores nuestros. Y de ahí también salieron la Pao Bernal, Juan Iñaki, la Mery, el Jose, que son más los seguidores del folklore”.
“Yo tengo más del mundo afro-latinoamericano, que también tiene Juan. Y Jenny, que es la más despegada de lo folklórico, tiene también en sus canciones un montón de ese mundo solamente por estar ahí y estar relacionada con todos nosotros y con lo que suena en Córdoba. Creo que todos somos un poco embudos de distintas cosas que suceden ahí”, continúa. “Va a estar buenísimo mostrar toda esta escena y toda esta pluralidad de ritmos y de miradas, cada uno con su prisma”.
“Es muy significativo y muy importante que esta grilla tenga estos nombres, porque tenemos una relación muy estrecha que deviene de toda una herencia”, señala, a su vez, Iñaki. “Recuerdo desde siempre, desde que empecé este camino, esto de juntarse, de aprender haciendo. Yo, que empecé muy chiquito, me he encontrado montones de compañeros mucho más grandes que simplemente me invitaban a aprender haciendo, tocando, compartiendo. Todo eso para mí fue determinante también en la manera de hacer música y eso es lo que creo que también nosotros intentamos que se vea en el escenario”, agrega.
“Desde que tengo recuerdo, existe esta herencia de organizarnos, de juntarnos para hacer las cosas, sobre todo la música, en este caso”, dice. “Pero no ha venido desde una organización política como podría haber sido, por ejemplo, el manifiesto del Nuevo Cancionero, sino que simplemente nos hemos ido encontrando y hemos compartido la vida. Y del compartir la vida hemos compartido la música. Y de repente, en este tiempo, producto de muchos años de quedarnos a hacerla en el lugar en el que vivimos, pero también de viajar estoicamente a Buenos Aires a comunicar qué es lo que estamos haciendo, parecieran empezar a dar algún fruto y a tener otro relieve nuestros caminos, nuestras músicas, nuestras maneras de hacer las cosas”.
¿Qué tan importante es Buenos Aires para hacer música? “Los caminos artísticos son únicos. Hay artistas que no han necesitado irse a Buenos Aires e instalarse y que han podido hacer su camino sin ese anclaje. Raly Barrionuevo, por decirte alguien. En la música popular el territorio sostiene los caminos artísticos. Distinto es si quisiera hacer una carrera en canto lírico o en el ambiente del jazz. En cambio, el territorio argentino es tan amplio en su extensión que permite que el que hace música folklórica pueda vivir y trascender con su música sin moverse del lugar en el que habita”, sostiene Murúa.
Todo empezó con José Luis Aguirre
La relación de estos músicos cordobeses con el sello Los Años Luz comenzó con el disco Chuncano, de José Luis Aguirre, que ganó el Premio Gardel al Mejor Álbum Artista de Folklore en 2020, al que le siguió dos años después Suelto. Casi al mismo tiempo se lanzó Tamboreras por el mundo Vol I, de Vivi Pozzebón, que se llevó el Gardel en 2023 al Mejor Álbum Instrumental/Fusión/ World Music y Agua de Flores, de Paola Bernal, que obtuvo el Gardel 2023 a Mejor Álbum Artista de Folklore. Luego se incorporó Mery Murúa con Baile eterno Volumen 1, Premio Gardel 2024 a Mejor Canción de Folklore. Y este año, el sello editó Vórtice, de Juan Iñaki, y Hay un animal en mí, de Jenny Náger.
¿Cuándo?
Festival Los Años Luz Córdoba. Sábado 9 de noviembre a las 20 en La Tangente, Honduras 5317, CABA.