El teatro en Buenos Aires siempre ofrece alternativas de calidad a las propuestas que habitualmente presentan las salas comerciales. Jíjop, una historia bailada, es una obra para toda la familia que desafíal as convenciones, al tratarse de un espectáculo donde conviven lenguajes escénicos como el teatro físico, el teatro negro, la máscara neutra junto a otras herramientas expresivas y las danzas urbanas, que transportan al espectador a un universo de fantasía netamente surrealista. “Esta es una obra que comenzó despacio, pero que ahora está tomando mucho impulso. Arrancamos en el off a pulmón, con producción propia, pero también eso representa el alma del espectáculo. Es algo que no queremos modificar. El crecimiento se dio desde la intimidad del laboratorio de creación y ahora estamos en presente tan motivador, con funciones en la Sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza”, dice Gabriel Páez, director y autor de la idea junto al actor y bailarín Emiliano Larea, quien es el protagonista.

En escena encontraremos a Jíjop, un muñeco que cobra vida en la estantería de un carpintero. Asombrado por esa capacidad, escapa hacia el mundo exterior, donde aprende mientras observa cómo la sociedad en la que vive lo transforma todo con el único fin de obtener oscuros beneficios mercantiles. “Se puede decir que la propuesta nació de las ganas de innovar. Recuerdo que de la improvisación surgieron varias cosas que luego se llevaron hacia el guión, pero también hay mucho del laburo previo que Emiliano tuvo todos estos años, como un guerrero escénico. No teníamos en mente esta obra, sino que se fue develando paulatinamente y con mucho trabajo detrás. Fue fuerte confiar en el proceso que genera la improvisación para saber qué queríamos contar y la manera en que debíamos hacerlo junto a su dramaturgia”, aclara Páez.

Para los que todavía no la vieron, Jíjop es justamente una historia con mucho ritmo, que toma elementos de otras clásicas, para reformularlas y crear algo nuevo. “Es una mezcla de Pinocho, Frankenstein y Tiempos Modernos, de Charles Chaplin. El personaje se va transformando mucho, el muñeco que cobra vida y se escapa comienza a teñirse de toda la oscuridad de la ciudad, lo humano y la negatividad del entorno. Nosotros creemos que es una apuesta para toda la familia, no solamente para los chicos”.

Clown, teatro negro y físico, baile son algunos de los elementos usa la puesta. “Nuestra idea siempre tuvo en mente a una multiplicidad de disciplinas. Con Elástico, una obra anterior que hicimos, ya teníamos esa visión. Sin embargo, acá el baile está más presente y nunca pensamos en hablar sobre el escenario. El objetivo era contar algo sin utilizar ningún tipo de palabras, porque contar la trama de manera física era más que importante para nosotros. Hacer este tipo de teatro de características mudas era fundamental”. Desde luego que no fue un meta fácil: “Lograr esa súper economía de palabras es arduo. Si bien fue adrede, también teníamos en cuenta que eso es algo dificultoso para que se entienda una dramaturgia. Las palabras son poderosas y prescindir de ellas nos llevó un tiempo. Cuando estábamos en el laboratorio de la obra nosotros entendíamos lo que buscábamos con ese efecto, pero desde afuera no sabíamos si el mensaje llegaría con esa intención. Afortunadamente, lo logramos”.

Jíjop, una historia bailada se destaca en la catelera porteña como algo dferente. “Llegamos del teatro off para disfrutar ahora este presente, en una sala céntrica como en la que estamos. Del debut, de la primera función que hicimos en El Galpón de Guevara hasta estos días, la obra creció mucho, inclusive hoy es un poco más larga que antes, pero el espíritu de lo que cuenta sigue estando intacto”, concluye Páez.



Jíjop, una historia bailada

Una obra con idea original de Emiliano Larea y Gabriel Páez. Intérprete: Emiliano Larea. Dirección: Gabriel Páez. Sábados a las 16 y domingos a las 15 en el Paseo La Plaza, Av. Corrientes 1660.