Ya está disponible la segunda parte de la serie inspirada en hechos reales, Iosi, el espía arrepentido, dirigida por Daniel Burman, que cuenta el entramado de los servicios secretos, la política, y los entramados más oscuros de la democracia actual. Los nuevos episodios de la serie abordarán el atentado a la AMIA y el tráfico de armas como principales nudos argumentales, pero también juega con la ficción y lo que pudo haber pasado con las personas involucradas en estos casos. La trama argumental basada en el libro homónimo de Miriam Lewin y Horacio Lutzky, el cual fue fruto de una ardua investigación periodística, tiene esos detalles que la destacan entre las mejores producciones locales.
“Es un privilegio poder contar esta historia”, comenta el protagonista Gustavo Bassani, quien hace de Iosi, el doble agente encubierto, que esta temporada además de infiltrarse en la comunidad judía para la Policía Federal, debe recabar información para el Mossad, el servicio secreto israelí. Pero además, debe lidiar con Saúl, un banquero y empresario bien conectado que es su principal fuente de información; este es el papel que le toca hacer a Alejandro Awada. “Hay mucha expectativa por esta segunda parte. Porque además de ser ficción de alguna manera colabora con pensar que es lo que nos pasa en la actualidad”, comenta el experimentado actor.
-¿Cómo se prepararon para esta segunda parte?
Gustavo Bassani: -Para seguir contando la historia, me enfoqué más en investigar porque quería saber bien cómo fueron los hechos históricos que contamos. Leí todo lo que pude sobre el atentado a la AMIA y un poco lo que pasó en Río Tercero, con las explosiones en fabricaciones militares, que algo tienen que ver con esta ficción. Traté de mostrar un Iosi un poco más maduro, que ya está en misión, que ya sabe cómo se hacen las cosas, y que en algún momento va buscar la redención. Es un tipo que en la primera parte aprende el oficio de espía y acá ya se está endureciendo. Sin perder la humanidad tengo que contar la humanidad de esta persona. Los vínculos y las relaciones son claves, lo humano es de lo más impresionante de esta historia.
Alejandro Awada: -Tengo un gran respeto por la primera parte y dejé que el personaje me dijera lo que tenía que hacer, cómo debía reaccionar a lo que pasa en esta segunda parte. Obvio que hablamos con el equipo, con el director para tener información de dónde ir. Pero de alguna manera indago en los pensamientos y lo que dice el personaje para reaccionar en consecuencia, cuando aparece el personaje no lo suelto y por ese camino fui.
-¿Sienten que colabora en el pedido de justicia y en el ejercicio de memoria necesario con estos hechos?
A. A.: -Sin dudas. De alguna manera me enorgullece y me fascina cuando podemos meternos con historias nuestras y ofrecérselas al mundo. Este es el caso. Que la puedan ver en 240 países es importante. Lo hicimos con mucha responsabilidad, mucha seriedad y mucha conciencia de lo que estamos contando. Nos divierte hacerlo, disfrutamos del trabajo, pero sabemos que es algo duro que nos tocó vivir y que es necesario para que el tema sigua activo en nuestro imaginario colectivo y no se olvide lo que padecimos. Y no repetir la historia.
G. B.: -Es importante que una ficción vaya hacia ese lugar, a buscar eso. Es una responsabilidad y lo hacemos desde un respeto a todo el pueblo argentino, que sufrió dos de los peores atentados de la historia latinoamericana, con dos años de diferencia, en el ‘92 y en el ‘94. Por un lado te da orgullo poder contarlo de esta manera, con este nivel de producción, con un ritmo atrapante, pero es triste lo que pasó y como todavía no se resuelve. Pero es parte de nuestra tarea es que el mundo lo vea y está bueno que esto haga fuerza y quizás la justicia ilumine donde deba para que se resuelva. Esperemos.
-¿Tener recursos de producción para contar una época es algo que suma o hace más fácil la tarea?
A. A.: -Creo que siempre se pone toda la carne en el asador. Uno como actor busca la misma verosimilitud más allá de los recursos, pero obvio que ayudan a poner en contexto, a darle una mejor continuidad, a meter a la gente en eso que paso o podría haber pasado en aquellos días. Pero uno siempre apunta a la excelencia.
G. B.: -Es más cómodo. Quizás en un proyecto más chico, son otros tiempos, tenés que buscar otras herramientas para construir personajes, pero hay que meterse en tema y darlo todo, siempre. Uno en lo cotidiano no se da cuenta que está en una superproducción hasta que la vez terminada. Lo que querés hacer es dar lo mejor para ser el personaje que te toque. Y acá todos estaban en esa sintonía. De hecho, sabemos que la primera parte se vio un montón, pero al grabar no lo pensás, a pesar que va ser muy bien recibida seguramente, uno lo hace para dar lo mejor, siempre.
-¿Qué sienten qué le aportan al público con su labor?
G. B.: -Creo que cada uno lo toma como le parece: creo que tenemos la gran responsabilidad de contar bien lo que nos toca, ser creíbles, pero disfrutando para tener también un aprendizaje en ese proceso. Esto es un trabajo en equipo. Porque si el cámara no te toma bien, lo tuyo se pierde. O si no hacemos todo para que el sonido o la luz este óptimo, de nada sirve si sé toda la letra o le meta toda la fuerza. Creo que como en la vida, este trabajo, es mejor si aprendemos a compartirlo y hacerlo bien, como corresponde, en equipo, todos tirando para el mismo lado. Para que todo salga de la mejor manera.
A. A.: -Pienso igual. Lo mismo. Si lográramos eso como sociedad, seríamos potencia mundial: veremos si alguna vez lo logramos.
Iosi, el espía arrepentido
De Daniel Burman. Con Natalia Oreiro, Gustavo Bassani, Mercedes Morán, Alejandro Awada, Carla Quevedo, Marco Antonio Caponi, Matías Mayer, Minerva Casero, Damián Dreizik, Moran Rosenblatt, Itzik Cohen y César Troncoso. La segunda temporada ya disponible en Amazon Prime Video.