Un western hecho y derecho con toda la impronta argentina. Basada en los propios relatos del perito Francisco Moreno, la historia se centra en el momento en que consigue escapar de los mapuches, que lo habían hecho prisionero y lo habían condenado a muerte al encontrarlo culpable de espionaje. Casi una hora y media de persecución para entender mejor que muchas lecciones de historia de la secundaria, cómo y por qué la nueva nación conformada según el espíritu burgués de la Revolución Francesa, avanzó sobre una cultura de siglos que había ocupado y dominado la Patagonia. En esa persecución estructurada a la manera de un western clásico, la dupla realizadora Francisco D´Eufemia y Javier Zevallos encuentra algunas respuestas y sugiere nuevas preguntas sobre el triunfo de los Huinca (como los mapuches llamaban al hombre blanco) sobre una nación de importante desarrollo social.
Pero Fuga de la Patagonia también tiene el talento de poder actuar a nivel individual sobre sus personajes, sobre qué los iguala y los separa, las traiciones a las que se ven obligados por las circunstancias y las que, por decirlo de algún modo, deciden libremente por no acordar con sus respectivas jerarquías. Evitando el lugar común pero sin renegar de él, esquivando las sugerencias del sentido común, que siempre se cree universal, el film plantea más puntos de encuentro que desencuentro entre algunos de sus protagonistas, en un juego posicional que es explotado acertadamente por un estilo narrativo que hace de la combinación de sus elementos su mayor acierto. D´Eufemia y Zevallos saben cuál es el plano mejor, el diálogo adecuado, el movimiento de cámara necesario para poder contar el todo. Olvidan los lucimientos y no se encandilan con los valores de los elementos per se: es sus posibilidades combinatorias los que los vuelve imprescindibles o descartable. Y eso, en cualquier cine, pero últimamente en el argentino en particular, se ha vuelto difícil de ver.
De esa manera consiguen transmitir esa tierra de nadie/ territorio sin reglas en que se va convirtiendo la Patagonia, una conversión de la que la intromisión del hombre blanco, por más Perito Moreno que se sea, no es inocente. Porque no se trata de problema de voluntad, sino, como recuerda su perseguidor (el mapuche Francisco Sayhueque) durante un momento del film, de cómo un elemento puede desencadenar una serie de acciones según el momento en que es introducido en una realidad.
De otra manera: un blanco de las características de Moreno en otro territorio u otro tiempo no habría provocado el enrarecimiento del ambiente que el blanco Moreno produjo con sus incursiones y expediciones a fines de la década del ’70 del siglo XIX. En la transmisión de esa complejidad con gran sencillez está su mejor y mayor logro: poder transmitir que algo se rompió entonces, y aún no se pudo reparar.
Fuga de la Patagonia (Argentina, 2016). Dirección: Francisco D’Eufemia y Javier Zevallos. Guión: Javier Zevallos. Con: Pablo Ragoni, Gustavo Rodríguez, Bernardo Morico, Hector Bordoni, Jorge Sesán y Claudio Mattos. 82 minutos. Apta para mayores de 13 años.
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