Lo esencial es invisible a los clics y al culto a las selfies. En los últimos 20 años Florencia Ruiz se las arregló para construir una obra por fuera de modas, tendencias, tutores y encargados. El algoritmo no la tiene entre sus protegidos, rara vez visita la televisión, nunca fue parte de la alta rotación de las radios, no es influencer ni le interesan las polémicas de ombligo que multiplican las redes sociales. Sin embargo, nada detuvo su convicción y su necesidad de hacer música a la medida de su deseo. El flamante Aullido es su octavo disco solista y otra expresión consecuente de un mundo propio que dialoga con lo que lo rodea y –sin embargo– nunca deja de sonar singular. Las once canciones que lo conforman funcionan como un puente a una sensibilidad extendida, alimentada de palabras, silencios, guitarras y emociones que se cocinan a fuego lento.

Florencia vive un fin de año agitado. El lanzamiento de Aullido demanda ensayos, presentaciones en vivo y nuevos planes que incluyen otra gira por Japón. Pero también transita semanas movilizantes desde lo familiar. Mudarse después de 14 años suele generar una avalancha de emociones y de cajas para embalar y desembalar. “Afortunadamente nos vinimos a una casa más grande y ahora tengo una sala acustizada que en la medida que ahorre será un pequeño estudio. Estamos muy contentos y jamás me quejaría. Pero bueno, nos estamos acomodando, hay muchas cosas por hacer, gente que va y viene, arreglos y desarreglos… Y calculo que esto seguirá por unas cuantas semanas. Pero entre medio de tantas idas y vueltas, polvo y desorden, estoy muy feliz porque ya pudimos salir a tocar el disco y eso reconforta el espíritu”, explica la cantante, guitarrista y compositora.

La forma de hablar de Florencia deja huellas que remiten a sus canciones: su tono templado pero firme, sus modos afectivos y a la vez siempre alertas empujan a la asociación libre. Pero quizás una de los rasgos que más la definen es la determinación. “No tengo otra forma de hacer las cosas –confiesa–. Ni se me ocurre. Me gusta hacer y hago las cosas con el corazón, sin importar el qué dirán o lo que suena en tal o cual lugar. No me gusta esa especie de arrogancia de los que hablan de carreras. Yo no corro: hago música. Tampoco creo en ese jipismo aguado de ‘el verdadero éxito es mi familia’. Amo la música, necesito hacer mi música, disfruto mucho haciéndola y me pone feliz que a otras personas les guste.”

Aullido (editado en vinilo por el sello suizo Tara Records) fue grabado en plena pandemia. Se trata de once canciones registradas enteramente por Florencia, que alternan guitarras eléctricas y acústicas, su voz, teclados y alguna percusión casi incidental. Expresan historias personales, dolores colectivos, reflexiones existenciales, derivas cotidianas, declaraciones de amor y bastante más. Y se desarrollan a partir de una Florencia más abismal que nunca: recuperando el espíritu experimental de sus primeros discos, pero con un lenguaje personal consolidado y muchos más recursos artísticos. No es sencillo etiquetar su música y ese es otro de los aspectos que la hacen más atractiva. Se pueden detectar rastros de Juana Molina, Flopa, Ariel Minimal, Adrian Belew, Luis Alberto Spinetta y/o PJ Harvey, por ejemplo. Pero se trata de sedimentos o insinuaciones. Florencia hace canciones, sí, pero que no dudan en ignorar estribillos si la música así lo pide y pueden abrazar aproximaciones más impresionistas y/o etéreas del sonido, las palabras y hasta sus significados.

“Este disco quizás es el más visceral que hice, un poco marcada por el período y la forma en la que lo grabé–reflexiona–. Lo grabé en el estudio de mi amigo Mariano Keselman y tiene un montón de instrumentos y efectos que yo no tengo. Me dieron muchas ganas de usarlos y así lo hice. Fue una forma de jugar e interpretar un espíritu más urgente. Pude llamar al Mono Fontana (con quien comparten un dúo notable) y hubiera grabado algo magnifico y exacto. Pero esta vez buscaba otra cosa.”

Aullido es un disco exigente y desafiante. No apuesta al amor a primera oída, pero se potencia escucha a escucha. Abre con “Alguien que no”, casi una suite que se alimenta de arpegios, teclados ominosos, cambios de climas, percusión, voces fantasmales, aullidos y silencios abismales.  “En los ojos del sol hay un día que no volvería a vos…, vos sos alguien que no”, canta. Es un retrato angustiante de una historia cercana de violencia de género. “Sombras en las canciones”, se sostiene en los rasgueos más amigables de una guitarra acústica, oficia de crónica cotidiana y reflexiona sobre los “días de confusiones y sombras en las canciones”. “Pena que me hizo bien” funciona casi como un exorcismo con la voz de Florencia pendiendo casi de un hilo, casi a modo de plegaria y/o búsqueda de redención. “Canción de amor de Flor” –otra vez acústica– le hace justicia al título y se desarrolla con un tono que parece conjugar angustia, confesión y celebración. El recorrido armónico y su voz  en “Bienvenide a irte” parecen evocar al Spinetta más concreto y confesional, entre arpegios que caen como cascadas. Los momentos cautivantes de Aullido afortunadamente van mucho más allá que un puñado de canciones seleccionadas.

Consultada por si alguna vez eso de no encajar en ningún género o estilo exacto la hizo sentir incómoda o postergada, la cantante responde con convicción: “Para nada. Siento afinidad con muchos músicos, admiro a muchos colegas… Pero nunca necesité ser parte de tal o cual movida. Nunca me interesó usar o tener un paraguas que me proteja. No sé cómo me ve la gente, pero me veo como una rockera a la que le gusta experimentar. No me interesan las convenciones ni las estructuras rígidas. Esas son cosas de la industria y yo no pertenezco a la industria. No lo digo con resentimiento ni desprecio, simplemente mi camino no pasa por ahí.” «


¿Cuándo?

Florencia Ruiz presenta Aullido. Florencia Ruiz (voz y guitarras), Marcelo Lupis (teclados), Bruno Marchetti (guitarras). Sábado 20 a las 21 en Quetren, Av. Olazábal 1784.

Florencia Ruiz – Aullido

1. Alguien que no.
2. Fuego.
3. Sombras en las canciones.
4. Bestia.
5. Pena que me hizo bien.
6. Canción de amor de Flor.
7. Lumbre.
8. Poción.
9. No dispongas demasiado de tu luz.
10. Bienvenide a irte.
11. Mi amor.


Todos los temas cantados, interpretados
y escritos por Florencia Ruiz.