No todo es lo que parece: el glamour puede ser una trampa y la fama tiene sus costos. Esto es lo que descubre una joven a punto de abordar un vuelo desde Roma, cuando una tormenta y un paro de pilotos la lleva a pasar la noche en un hotel de lujo. Entre los pasajeros varados que se hospedarán allí está Michelle, una estrella de cine argentina que le abre la puerta a una aventura, a una noche inolvidable, hasta que todo se complica. Los secretos de la actriz, su lado oculto y sus crisis personales quedarán expuestos y todo se tornará alarmante.
Ese es el eje central de la acción frenética que se desarrolla en Noche americana, una comedia negra de suspenso de Alejandro Bazzano, quien tras dirigir varios capítulos de La casa de papel y otras importantes series españolas tuvo la oportunidad de hacer su primer largometraje. Para protagonizar su ópera prima, el realizador eligió a Florencia Raggi. “Me encantó el ritmo del guión, cómo la película empieza como una comedia romántica y te deja pensando en la hipocresía de la fama y el dinero, casi como si fuera un policial negro. Me tiré de cabeza para dar todo, como hice siempre, pero esta vez con esa presión extra de no tener un rol que acompaña sino de estar en el centro de la acción”, comenta la actriz.
“Es una película multigénero, te lleva de la risa a lo incómodo, de la seducción al dolor. Era un proyecto complejo para hacer y eso siempre es algo bueno para una actriz, los desafíos para saber si sos capaz. Es una película bien lograda, que puede unir la comedia romántica, con el drama y el thriller. Es un cuento muy entretenido, que te deja pensando por qué hacen lo que hacen estas personas. Tiene esa verdad que genera compasión o críticas a las decisiones que se toman por parte de los personajes, y eso solamente pasa con un buen guión”.
Para Raggi, en este caso está llevada al extremo la idea de que la fama puede tener muchas trampas. “Es verdad que genera envidias, trae problemas personales y hay gente que hace cualquier cosa por lograrla o mantenerla. Pero no es siempre así, depende de cada uno de y lo que uno busca. Pero está bueno cómo lo desarrolla la peli, porque es una noche intensa donde pasa de todo”, comenta la actriz que comparte elenco con varios uruguayos, algunos españoles y los argentinos Rafael Ferro y Alan Daicz. “Que tenga esa presencia latina potencia la película, que tiene un ritmo bien europeo pero con el aporte nuestro”.
A los 23 años, Raggi dejó las pasarelas para dedicarse a la actuación. Estudió con Julio Chávez, Raúl Serrano, Cristina Moreira, entre otros. Fue parte de Poliladron, y de ahí fue convocada para coprotagonizar Carola Casini, una serie también de Polka. Desde entonces, la actriz no para. “A veces trabajo más, a veces menos de lo que me hubiese gustado, pero siempre con la tranquilidad de saber que este es mi camino. Creo en la perseverancia y en la pasión. Siempre me dejo sorprender, las cosas llegan en el momento que tienen que llegar. La madurez me dio la paciencia de esperar o generar lo que sea necesario para sentirme bien y conforme con el trabajo”, afirma la intérprete de 49 años.
Filmada en Montevideo a fines del 2020, Raggi comenta lo que significó hacer el trabajo de Noche americana en plena pandemia: “fue todo un desafío hacerlo en ese contexto, aunque los cuidados no pudieron con la pasión. Estábamos con tantas ganas que no teníamos problema de hisoparnos todas las semanas, o estar aislados o cuidando el distanciamiento y el uso de barbijo. La locación parte fue una sola para la mayor parte de la filmación, así que eso ayudoó”. La películase rodó mayormente en el Hotel Radisson de la capital uruguaya. “El temor no impidió que tengamos cuidado, pero que podamos trabajar bien. Además, en Uruguay había menos casos de COVID en esa época”.
Raggi cree que estar al frente de una historia no es algo que le pese, porque su carrera se fue haciendo lentamente, sin apresurarse. “Yo me preparo mucho para cada personaje, miro la historia general e intento aportar, no observo sólo lo que me toca. Me apasiona mucho ver los detalles de cada trabajo que elijo. Es la gloria cuando encontrás el lugar para poner tu mirada, para que todo sea más natural y más ameno. No es fácil cuando no pasa, porque yo lo hago con devoción y para que salga lo mejor posible. Por suerte, sea por lo que sea, siempre trato de elegir papeles que me permitan aportar”.
Para ella no sólo la historia es esencial sino también la producción. Ya se trata de cine, teatro o televisión, esos dos elementos hacen siempre la diferencia. “Uno puede hacer cosas por distintos motivos, porque necesita trabajar, porque es convocada por un buen director, o porque hay amigos en el elenco, pero siempre hay que tener en cuenta que lo importante es que sea interesante lo que se cuenta. De eso se trata esta profesión: que en cada personaje haya algo que mostrar y decir”, sintetiza la actriz. “La mirada del espectador define y completa nuestro trabajo. Pero siempre tenemos que intentar entretener al otro moviendo algo dentro suyo, dándote algo interesante”.
Raggi es la protagonista femenina de Ella en mi cabeza, obra en la que comparte escenario con Joaquín Furriel y Juan Leyrado, uno de los éxitos de la cartelera porteña de este verano. “Trabajar con Javier Daulte como director era un sueño, y que además me toque hacerlo con dos actores que admiro, es una fiesta. Sigo aprendiendo junto a ellos y en el fondo lo que quiero es seguir creciendo como actriz”.
Noche Americana
Dirección: Alejandro Bazzano. Guión: Rodrigo Spagnuolo. Con Florencia Raggi, Luis Cao y Sofía Lara. Desde el jueves 17 de febrero, sólo en cines.