Una profunda historia de amor que pone de manifiesto la realidad de las infancias trans en nuestro país: ese es el tema excluyente de Yo nena, yo princesa, la película del director Federico Palazzo basada en el libro Yo nena, yo princesa: Luana, la niña que eligió su propio nombre, de Gabriela Mansilla. En el texto, la autora narra la experiencia de su hija Luana, la primera niña trans del mundo a la que se le permitió rectificar su DNI de acuerdo a su autopercepción de género, y sin que mediaran acciones judiciales. “Es como si esa cadena de valentías tuviera una conexión con la lucha de la producción de este film, que se animó a realizar registros fílmicos en plena pandemia”, reflexiona el realizador. “Hoy, los derechos de Luana se visibilizan por medio de un hecho artístico y cinematográfico, y eso, a todos los que fuimos parte de esta producción, nos pone felices”, concluye el cineasta.

El film, que cuenta con las actuaciones de Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena, pone en pantalla la dinámica de un matrimonio con dos hijos mellizos, quienes -como la mayoría de los niños y niñas- van al colegio, tienen amigos y pasan el día jugando. En ese espacio lúdico con sus pares, uno de los hijos de la pareja, Manuel, elige interpretar siempre roles femeninos. La situación, una más de tantas que los padres advierten, los obliga a tomar conciencia acerca de algo tan disruptivo en sus vidas como insoslayable. Más tarde y con el transcurrir de los minutos, el director pone en pantalla la lucha de una madre que, mientras exige el respeto de la sociedad, se enfrenta también a su marido, que se resiste a la idea de que Manuel se transforme en Luana.

La posilididad de filmar Yo nena, yo princesa surgió a partir de la convocatoria que recibió Palazzo por parte de los productores José Paquez y Fernando Sokolowicz, quienes le enviaron el libro de Gabriela Mansilla convencidos del gran material que tenían entre manos. “Cuando leí el libro sentí que había un mapa de la vida de la autora, entonces pedí conocerla y meterme en su casa”, recuerda el director. “Luego, y gracias a su generosidad, surgieron muchos encuentros, porque ya pensaba en una película. Siento que esta historia es como un grito identitario, que conecta con lo que le puede suceder a muchas otras personas”, describe el realizador. Y comparte el impacto y la riqueza que significó, desde el vamos, el testimonio de la madre de Luana: “El libro escrito por Gabriela fue lo suficientemente poderoso como para transformarse en una película hecha y derecha”.

En pantalla, la niña trans Isabella G.C. interpreta a Luana, y su incursión actoral fue algo deliberadamente pensado por Palazzo. Así lo explica el director: “No sé si ella nos encontró a nosotros o fue al revés, pero lo cierto es que yo sentía que debía ser la protagonista de esta película, y la producción lo aceptó enseguida”, repasa con entusiasmo. “Yo estaba convencido de que para tener un rigor, para contar la verdad de lo sucedido en esta historia, el protagónico tenía que ser para una niña a quien en algún lugar le pudiera resonar, desde lo identitario, de qué se trataba esta tarea”, recalca el cineasta con convicción. “Inevitablemente, eso conectaba con la necesidad de que el protagónico fuese para una niña trans”. En cuanto al desafío de dirigir a niños y niñas, Palazzo comenta que se precocupó por lograr un espíritu lúdico, el cual siente que se ve reflejado en el film.

El protagónico de Isabella es especial en más de un sentido: “Tenemos dos elementos que son constitutivos en esta película”, subraya el realizador: “por un lado, es la primera vez que se le otorga, respetando el derecho a la identidad, el DNI a una niña trans en el mundo, y también es la primera vez en el mundo que una niña trans protagoniza una película”, dice enfático.

Sin dejar de observar ciertas repercusiones que podría tenerYo nena, yo princesa, Palazzo espera que su trabajo ayude a generar conciencia social y a desterrar prejuicios en relación a la problemática de las personas trans. “Es una tarea difícil. Nos han explicado siempre que somos personas binarias, sin lugar para mucho más. Pero la condición humana tiene una diversidad mucho más grande que lo que nos enseñaron de chiquitos, y ese es el camino que debemos seguir recorriendo”.


Yo nena, yo princesa
Una película de Federico Palazzo. Guión: Federico Palazzo y José Paquez. Con Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C., Valentino Vena y elenco. Duración: 120 minutos.