El humor circula por múltiples carriles y se resignifica según su tiempo y circunstancias. Ezequiel Campa es uno de los pioneros del stand-up en la Argentina. Junto a Malena Pichot recorrió buena parte del país y visitó Uruguay, Chile y EE UU, luego se lanzó solo, siguió creciendo y hoy con el unipersonal Cheto y choto suma cataratas de risas y salas llenas. Sin embargo, en los últimos meses su carrera explotó en las redes sociales de la mano de Dicky del Solar, un rugbier cristiano y antiabortista, que aboga por los valores del deporte y el derecho a usar camisas Legacy y trajes de baño con palmeras.
El nacimiento de Dicky no fue casual: es un reflejo de la vida de Campa y de la sociedad argentina. «Eran los días del debate por la Ley del Aborto, tuve que ir a San Isidro para hacer unos trámites y me encontré con montones de árboles con listones amarillos. Pregunté qué era y me dijeron que representaban a la bandera vaticana y expresaban el rechazo al aborto legal y gratuito. Me pareció todo tan careta e hipócrita que se me ocurrió armar un personaje que visibilizara esa mirada del mundo. Así nació Dicky del Solar, que empezó a circular en videos a fines de 2017, después protagonizó la obra Dicky del Solar, hablemos de valores y desde hace rato sólo aparece en redes simplemente porque me gusta hacer el personaje», explica el humorista y actor.
El brutal asesinato de Fernando Báez Sosa perpetrado por un grupo de rugbiers de la localidad de Zárate azuzó todavía más las repercusiones de Dicky. Campa confiesa que la muerte de Báez Sosa lo conmocionó, pero que no fue una sorpresa. «Se veía venir. Casos de golpizas ejecutadas por rugbiers hay cada dos por tres. Incluso me acuerdo de que hace casi 15 años en Ferrugem (Brasil) mataron a un chico correntino de apellido Malvino. La situación nunca mejora, al contrario», reflexiona. Campa conoce muy bien el paño. Jugó más de 12 años en el CASI –entre los 6 y los 19– y se fue hastiado de un ambiente que no lo representaba. «El mundo del rugby está teñido por la hipocresía y el clasismo –señala–. Está la violencia del juego, que si te la ponés a pensar es bastante absurda. Pero sobre todo lo que viene en el club y afuera. Esa cosa de manada, de impunidad, que es avalada por padres y autoridades de los clubes. Si analizás los casos de violencia, casi todos tienen cosas en común: manada, pegar a traición y echarle la culpa a la víctima. Lo de salir a buscar pelea de a muchos es algo muy viejo. Pero con la profesionalización del rugby los pibes son mucho más peligrosos porque tienen otra contextura y en muchos casos están llenos de pastillas. Por estas cosas, cuando toma conciencia, la gente sana se aleja del rugby».
Gran parte del éxito de Dicky del Solar tiene que ver con una observación aguda del ambiente del rugby, pero también con una caricatura que elude los trazos gruesos. «Pasa muy seguido que mucha gente cree que Dicky es una persona real y por las redes le responde en consecuencia. Ya sea para felicitarlo o para criticarlo. Es muy divertido y trato de responderles como Dicky. Antes lo hacía siempre y ahora cuesta un poco porque la demanda se multiplicó. Eso me dice dos cosas: por una lado que logré recrear el tipo de humor que me gusta, el que no se pierde en subrayados. Me acuerdo que cuando apareció Borat no teníamos del todo claro si era un personaje o qué. Después conocimos a Sacha Baron Cohen y se entendió todo. Me encanta que con Dicky pase algo similar. Por otro lado, estas confusiones, el hecho de que Dicky sea posible como persona, habla bastante mal de la sociedad en que vivimos.»
Mientras tato, Campa sigue girando con su espectáculo de stand-up Cheto y choto, en el cual Dicky no aparece ni un solo segundo. «En el stand up soy clásico –explica–. No me seduce incluir personajes ni nada por el estilo. Me gusta pararme y ser yo, con mi guión y mirada. El stand-up tiene menos tradición en la Argentina, pero es una forma única de expresarse y compartir. Los temas son casi siempre los mismos: la vida, la muerte, el amor, el sexo. Pero a través del humor podés eludir un montón de barreras, prejuicios y solemnidades. En el stand-up la estrella es la cabeza del humorista». «
¿Dónde?
Ezequiel Campa sigue presentando Cheto y choto. Sábados a las 22 en el teatro Chacarerean, Nicaragua 5565.