En una sala de ensayo sobre Eva Perón, a metros de la Autopista 25 de mayo, una banda de adolescentes hace sonar el tema El Viejo, de Pappo. Si no fuera porque el calendario marca que ya está cerca la tercera década del siglo XXI no sería nada original. Que toquen rock a contramano de buena parte de su generación no es lo único que hace especial a EscaLópez: son pibes que tienen entre 12 y 16 años pero ya se subieron a los escenarios del Cosquín Rock y del Teatro de Flores. “Tal vez para nuestra generación ya no sea lo más común tocar rock. Pero a nosotros es lo que nos gusta. Nuestros papás escuchan eso y nosotros lo adoptamos. La verdad que es lo que más nos llega. Cada canción es un mundo. La letra y la música te puede llegar de otra manera. Y nosotros sentimos más con el rock”, explican los chicos, todavía transpirados después de dos horas de ensayo.
¿Quiénes son los EscaLópez? Son dos parejas de hermanos que forman la banda hace apenas dos años. Manuel López, de 16, pone la voz y la guitarra. Fermín López, de 14, toca el bajo. El baterista, de 15, es Pablo Sturla. Su hermano Joaquín Sturla tiene 12, todavía está en la primaria y es el versátil de la banda: toca la guitarra y también la trompeta. ¿Por qué EscaLópez? “Es un juego de palabras entre el apellido y la comida. Nos llamamos López y nos gusta mucho el escalope de carne”, resumen Manu y Fer. Enseguida, los hermanos Sturla saltan para aclarar: “Nuestra abuela se llama López también, así que al menos en las raíces lo tenemos al apellido”. No es los único que los une: todos empezaron a tocar desde antes de los 10 años. Y siempre fue rock. “La Renga para nosotros es la base de todo. Después cada uno tiene sus gustos. A mí me gusta mucho Sueño de Pescado. A los chicos, Nagual. En ese sentido somos amplios”, cuenta Manu.
Quizá la mejor manera de sintetizar qué es EscaLópez es uno de los cover que eligen para hacer en cada show: El reino del revés. Sí, la canción de María Elena Walsh versión rocker interpretada por una banda de pibes. “La canción describe lo que dice el nombre: es un reino del revés. Y ahora nosotros vivimos en un país en el que las cosas se dan al revés políticamente. Cuando lo tocamos lo dedicamos a la memoria y la justicia de Santiago Maldonado. La última vez, en el Teatro de Flores, como había una pantalla detrás del escenario pusimos un lindo video. Lo armó Fer y quedó muy bueno, con todos los políticos chorros que están ahora dados vuelta, bailando al revés. La gente se copó mucho”, explican.
En otro reino del revés también parece elegir vivir EscaLópez. Cuando las bandas de garage son casi una antigüedad, cuando el freestyle se abre paso ante la canción estos pibes aún prefieren el rocanrol. “Los chicos de nuestra edad escuchan otro estilo de música. Ahora -dicen- son todos traperos. Nosotros también escuchamos trap y rap pero nos gusta más esto. Que nuestros amigos o compañeros vengan a un show es complicado. Tal vez les da vergüenza. O andá a saber qué. Pero de a poco los vamos trayendo también”. No son los únicos: el próximo 13 de octubre tocarán en El Camino, Lomas del Mirador, con otra banda de pibes que se llama Lunes Santo.
“Si se te derrumba algo seguí. No pares, seguí”. Esa es la frase de una canción propia que eligen para definirse a ellos mismos. Y aparece en sus remeras. Porque EscaLópez también tiene merchandising: remeras, calcos, pines y llaveros. “Nosotros tocamos por tocar y decimos lo que queremos nosotros. La letra y la música la hacemos Manu y yo en casa. Después en la sala lo armamos bien. Pensamos en cosas que nos van pasando en la vida y las escribimos. Manu que tiene alguna base y definimos bien qué hacer para que la letra pegue con la base”, explica Fer, el bajista. El segundo más chico de la banda también es el que tiene la receta para que cuando tocan ante mil personas, como en Flores cuando fueron teloneros de Los Gardelitos, no pesen los nervios: “Hay que pasar el primer tema. Tiene que ser el más fácil de tocar, o el que más sepamos. Si es uno nuevo o complicado ya entrás nervioso y todo el show se te hace difícil”. Para Joaco, el benjamín de la banda, no es tan fácil: “Es que soy muy ansioso. No sé qué hacer hasta que arranca el show. Ese día llegamos a las 4 y tocamos a las 8. Se me hizo larguísimo”. En eso coinciden: el del Teatro de Flores fue el mejor, pero el más emotivo fue el Cosquín Rock del último verano.
Diego Maradona tenía 10 cuando le contó a Pipo Mancera que su sueño era jugar un Mundial. Los EscaLópez tienen un par de años más pero los sueños más a mano: “Sabemos que somos niños, buscamos divertirnos. Pero es un proyecto que pensamos a futuro. Tuvimos la suerte de tocar en lugares lindos. Ojalá siga así. Queremos seguir tocando, hacer canciones, grabar discos y expresarnos. Si algún día la gente canta nuestros temas sería un sueño. Si a una persona le llegamos, ya sabemos que hicimos algo bien”.