Desde su estreno allá por 2006, quedó claro que “Peter Capusotto y sus videos” era “un programa de rock: entre el caos, el orden caótico y coso», tal lo que definieron sus propios creadores desde la hora cero. Así, el fabuloso experimento servido por Diego Capusotto y Pedro Saborido siempre marchó con guarnición de grandes bandas, solistas y rarezas, con que el coleccionista y melómano Marcelo Iconomidis proveyó desde siempre al ciclo. Pero además, el espíritu de la rebeldía se coló en un tendal de geniales personajes, entre ellos y en el podio, Pomelo, sospechosamente parecido, aunque único, a muchos rockstars de por acá nomás. A continuación, algunos de sus desastres para el recuerdo.
Cumpleaños, elecciones y eternidad
Más actual, casi imposible. El ídolo puede tener la virtud de componer trescientos estribillos prácticamente sin variaciones, pero no puede soplar las velitas, ni tampoco aprender cómo cuernos se vota. ¿Será por eso que decide quitarse la vida?… ¡Habrá que ver si lo logra!
Denunciante denunciado
Siempre a la vanguardia, Pomelo se queja a Defensa del Consumidor acerca de la calidad de su marihuana. Imagínense lo que pasa (o mejor, véanlo).
Pomelo y las fans
Si hay rocanrol y drogas, también tiene que haber sexo. Pomelo abre su casa a las «nenas», pero el resultado está lejos de ser lo que su mente enfermiza espera…