El próximo domingo 21 las 19, con entrada libre y gratuita en La Usina del Arte, el pianista y compositor de jazz Ernesto Jodos pondrá en escena por primera vez “La mirada detenida”, su más reciente obra. “La edad”, dice provocando una risa compartida al responder por qué, en esta época de plataformas digitales que proponen escuchar de a un tema de un autor y/o intérprete, él decide grabar un disco. “Vengo de escuchar discos –continúa, intentando una respuesta menos risueña–. Y todavía siento la música hecha en álbumes, y también de la idea de tenerlo, de algo físico con lo cual conectarme; una linda tapa, un lindo texto que haya adentro. Entonces todavía para mí el proceso de publicar música pasa por ahí. Es una apuesta comercialmente ridícula, pero es un objeto que todavía me gusta, y creo en ese formato. Si bien escucho bastante en la computadora, todavía me resulta extraño.”
De todas maneras, Jodos es cauto a la hora de evaluar si la tendencia actual es algo que perdurará mucho tiempo. “La industria va cambiando, y como el jazz –ya dijo Thelonious Monk–, no se sabe hacia dónde. Pienso en la época pre LP, hace más de 50 años, cuando todos eran simples, y eso era lo que sostenía a la industria y al músico. La idea del LP qué duró, ¿40, 50 años en la historia de la música? Y ahora volvieron a ser simples: en vez de estar en Youtube o Spotify un artista se tranformaba en conocido con tres simples. Lo bueno del LP es que es música de mayor longitud y complejidad estructural. Y eso el formato nuevo de la computadora no lo impide. Tal vez ahora la industria se ahorra de grabar los temas que son un relleno, como antes tenía que hacerlo con artistas de uno o dos hits cuando grababa un LP.”
Organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, el show se ofrecerá en la Sala de Cámara, a la que Jodos le tiene un especial afecto. “Para mí es una de las más lindas que hay en la Ciudad –resume–. Tiene un buen tamaño, el piano es muy lindo, se escucha muy bien. La idea es hacer sonar la sala a partir de hacer sonar bien las dinámicas. Y como acústicamente es buena no dependemos tanto de la amplificación. Se pueden apreciar bien los detalles, y eso hace que nos escuchemos y que el disfrute sea mayor. Y si nosotros disfrutamos, eso se expande y contagia al público.”
–En la gacetilla de difusión te citan: “El sonido del clarinete me permitió al fin separarme de algunos gestos musicales que ya no quería en mi música (al menos en este momento)”. ¿Qué gestos musicales querías evitar?
–La idea del solista frente a un ensamble acompañante es solo una de las posibilidades que imagino para tocar. El clarinete, y especialmente tocado por Inti Sabev, nos ayuda a encontrar otras maneras de relacionarnos. Por momentos más «camaristica» , en la que no es tan fácil entender quien lidera y quién acompaña.
El jazz, desde el común, siempre estuvo asociado a una etapa de la vida que no es la adolescencia, incluso la juventud. A partir de su etapa de difusión masiva a en la primera mitad del siglo pasado, fue considerada una música de cierta calma y sofisticación, alejada de la explosión que luego traería el rock: una música más para el goce que para el disfrute adrenalínico. “No creo que sea una música calmada –dice Jodos–. Puede ser que no requiera una cantidad de volumen muy alto, aunque tal vez sea menos física en cuanto a lo que se ve. En ese sentido, todas las personas, sean más joven o adultas, tenemos un lado que no es necesariamente físico. La idea de lo juvenil asociada con una cosa de descarga física es sólo una idea, no creo que sea verdad: por eso la mayoría de los jóvenes está casi todo el día sentada frente a una computadora (risas). Es una asociación que tiene una verdad y después tiene otras posibilidades. Creo que al público joven lo que le gusta ver es algo que no se vea acartonado, que es gente que está con buena energía y muy viva tocando en el momento, y si es posible algunos sonidos que no haya escuchado antes. Aunque todo esto no quiere decir que no haya grupos de jazz que son tremendamente aburridos.”
Pero eso no es único espacio que el jazz puede encontrar entre los más jóvenes. Como bien recuerda Jodos. “También cuando yo era chico los conciertos en ciertos lugares como el teatro San Martín o el Recoleta, que eran gratuitos, fueron muy importantes. Para mí y para mucha gente de mi generación. Descubrir música nueva, que no hubiera descubierto de otra forma”. El muy buen LP “La mirada detenida” merece la misma oportunidad.
-Ernesto Jodos presenta “La mirada detenida”. Domingo 21 de abril a las 19, en la Sala de Cámara de La Usina del Arte. Entrada gratuita (se reserva online en buenosaires.gob.ar/usinadelarte/entradas desde el lunes anterior al día de la función).