El primer sketch en el que apareció fue el del inolvidable poeta bizarro Luis Almirante Brown. Ivana Acosta entró al programa de Peter Capusotto y sus videos por un casting al que fue a probar suerte, y cuando quedó elegida para sumarse al célebre envío del cómico, su vida cambió: ser parte del elenco de uno de los éxitos televisivos más importantes de los últimos años le valió un reconocimiento popular inesperado. “No sabía quién era Diego, no lo conocía, ni nunca había visto nada de él. No entendía bien la onda de lo que tenía que hacer, pero Pedro Saborido me explicó y listo, arranqué. Todo fue rápido. Era 2007, y a partir de ahí estuve en todas las temporadas”, puntualiza.
Hoy en día, y después de muchas otras intervenciones en tele, radio y cine, Ivana Acosta tiene una productora artística para eventos, reuniones sociales y empresariales, que ofrece shows de baile, de magia, música en vivo y distintos números. “Es un trabajo que me tiene muy ocupada, me gusta. Por suerte la gente me reconoce”. Vive por Zona Norte, hace mucho deporte y siempre está abierta a nuevos proyectos. “Hay que estar activa, siempre en movimiento. Por mi trabajo actual estoy en contacto con actores, cantantes, bailarines con los que hacemos propuestas coreográficas y también pensamos muchas de otro tipo. Trato incorporar y compartir con colegas y amigos todo lo que aprendí. Trabajo haciendo desde presentaciones de productos hasta fiestas, y lo bueno es que me da tiempo para pensar qué puede aparecer. Estoy entusiasmada craneando cosas nuevas”, asegura en relación a planes que intentará concretar en 2023.
Nacida en Córdoba capital, en el barrio Alto Alberdi (es simpatizante de Belgrano aunque sea de Boca y, claro, fernetera), Ivana Acosta siempre quiso ser artista. Las maestras le preguntaban qué quería estudiar cuando fuera grande, y ella decía, sin dudar: “Quiero bailar y actuar”. Con eso en mente se fue de su provincia a los 21 años, ya contando con algunas incursiones en teatro y una formación en danza. En Buenos Aires empezó a remarla: “Iba consiguiendo cosas aisladas como bailarina, algún bolo como actriz, nada concreto”, cuenta de esos tiempos. De entre los primeros trabajos a los que accedió, Acosta recuerda un concurso para seleccionar bailarinas para un show del Puma Rodríguez. “Fui y quedé. Debuté nada más y nada menos que en el Luna Park, pero luego de nuevo vino una época en la que no pasaba nada, hasta que empecé a hacer castings para la tele: los hacía mientras trabajaba en una oficina de administrativa”.
En 2001 Roberto Pettinato llevaba adelante Petti en vivo (por El Nueve, cuando era todavía Azul Televisión), junto a Coco Sily, Daniel Aráoz, Fernando Peña y seis bailarinas que danzaban al ritmo de una banda en vivo. Una de ellas era Ivana. Pero el programa no duró, por la dura competencia que enfrentaba con la primera edición de Gran Hermano. También hubo otras apariciones para Acosta: en La movida del verano, junto al Muñeco Mateyko; o como bailarina en algunos programas de Julián Weich, además de algunas participaciones en ShowMatch. Ivana, incluso, logró estar al frente de un programa de gimnasia en la ya desaparecida Utilísima Satelital. Como cordobesa, también logró ser parte de sketches con su coterráneo Yayo Guridi, en Sin codificar. “Iba surfeando la ola y golpeando puertas, de pura inquieta que soy. Y cuando menos lo esperaba, encontré un lugar que me permitió ir creciendo como Peter Capusotto y sus videos. El humor me permitió encontrar un camino propio”.
El trabajo como partenaire de Capusotto fue paulatino como su carrera: arrancó con gestos mínimos, hasta que logró que la incluyeran como un personaje más, demostrando su capacidad para hacer reír. Ese crecimiento significó una experiencia determinante. “Cuando uno le pone poca expectativa a las cosas, es quizás cuando más funciona; y con Peter Capusotto me pasó eso. Lo hice como un laburo más, y terminaron dándome un lugar interesante dentro de la dinámica y estructura del programa. Me gustaría que vuelva, porque todavía está vigente”, admite la actriz.
Después de trabajar con Capusotto, Acosta hizo teatro en Carlos Paz y también cine, entre otras cosas. Para la pantalla grande filmó Peter Capusotto y sus 3 Dimensiones, y también la película Fontanarrosa, lo que se dice un ídolo, un proyecto en el que varios directores rosarinos dirigen cuentos del gran escritor. Más allá de eso, en el tiempo en el estuvo fuera de la tele, Acosta incursionó en radio, publicidad y, en los dos años de pandemia, produjo muchos videos que compartió en sus redes. Ahora, manejando su empresa y poniendo en marcha iniciativas vinculadas a su vocación, la actriz concluye: “Quiero volver con nuevos planes, estoy más segura que antes y sé que pue surgir algo interesante”.