Un permanente desfile de artistas populares y pobladores jujeños se reflejaba en el último adiós a la entrañable coplera humahuaqueña, Candelaria Cari, fallecida este domingo a los 87 años.
El velatorio de la cantora se desarrolló hoy en una sala de responso ubicada en pleno centro de la capital provincial, hasta donde llegaron músicos, sus pares copleras, amigas, vecinos y así despedir a la mujer declarada “Patrimonio Cultural Intangible” por las autoridades de su Humahuaca natal.
Candelaria Cari integró junto a Ernestina Cari, el legendario dúo Las Hermanas Cari, quienes a lo largo de los últimos 40 años pisaron desde el escenario Atahualpa Yupanqui de Cosquín, hasta teatros de Israel, el Vaticano y el Anfiteatro Municipal en su terruño.
Caja en mano llevaron en alto el canto ancestral de la copla, acompañadas en muchas oportunidades del sonido charango de Jaime Torres, el acordeón de su coterráneo Fortunato Ramos y la voz de Tomás Lipán.
Reconocida por ser una “anfitriona de brazos abiertos”, recibía en su casa de la calle Monteagudo en San Salvador de Jujuy o bien en su hogar a metros de la terminal humahuaqueña a cada persona dispuesta a compartir.
Allí de manera genuina transmitía toda su sabiduría entre ceremonias a la Pachamama, invitaciones carnestolendas, rondas de coplas, y las elaboraciones de las ofrendas de pan para sus fieles difuntos, eran parte del convite donde no faltaba un delicioso tamal o un vasito de chicha, otra de sus múltiples facetas.
Determinante voz en las filas de la centenaria comparsa quebradeña la Juventud Alegre, fundadora luego de la agrupación Los Alegres de Humahuaca y ferviente defensora del “Jueves de Comadres”, Candelaria Cari, se erigió como una referente cultural ineludible en Jujuy.
“Seremos comadres en esta vida y en la otra y nos respetaremos siempre por el bien del ahijado”, es el manifiesto eternizado por las Hermanas Cari en la previa del desentierro del diablo de la alegría y que ratifica lazo afectivo entre las mujeres de esa región.
A lo largo de sus años se desempeñó como maestra rural en diversos parajes de la quebrada y puna jujeña, al tiempo que fue una de las pocas mujeres que ocupó una banca en el Concejo Deliberante de su pueblo.
La artista popular falleció este domingo luego de permanecer internada dos días en un sanatorio privado de la capital jujeña por problemas que afectaron su salud.
Tras conocerse su deceso la Municipalidad de Humahuaca declaró asueto administrativo para esta jornada al tiempo declaró a Candelaria Cari como “Patrimonio Cultural Intangible” de la comuna, ubicada a 120 kilómetros al norte de San Salvador.
“En adhesión a esta jornada de dolor se silenciarán todas las cajas de copleras y copleros a lo largo de toda la geografía provincial; elevando nuestras plegarias para que, junto a la mamita de la Candelaria, abracemos en la oración a toda su familia, rogando para ellos cristiana resignación. Humahuaca la va a extrañar”, expresa el comunicado del Ejecutivo local.
Por su parte, simpatizantes de la agrupación los Alegres de Humahuaca expresaron: “Nos ha dejado una de las fundadoras y promotora de esta entidad”, a lo que agregaron, “te despedimos, te decimos adiós para que desde allá nos mires y nos cantes unas coplas, picarescas, llena de amor y alegría, nos hagas bailar y reír contagiando tu alegría”.
El cantor, José Simón, también apuntó: “Desde mi niñez tengo en mi memoria hermosos recuerdos de ella. Vuela alto Candelaria y regálanos una copla que tranquilice nuestras almas”.
También su sobrina y artistas plástica, Florencia Cari, manifestó: “Hoy las cajas están silenciadas porque alzó vuelo Candelaria Cari. Atesoramos su tan importante legado cultural que junto a Ernestina nos supieron dar. Vuela alto tía Cande, que aquí tu copla florece y crece”.
El cantautor, Adrián Temer, eligió uno de sus poemas para rememorar a la cantora con caja, denominado “Encuentro” y que inicia de la siguiente manera: “La copla y la pachamama se encuentran en la garganta de la coplera, mientras la pacha sube por el sentimiento a la copla la trae el viento rescatada de algún rincón del silencio”.
Los restos de Cari ya reposan en el Cementerio El Jardín del Castillo, a las afueras de la capital provincial, tras celebrar una ceremonia religiosa mezclada entre el canto de sus tradiciones y después de recibir la última ovación del que participaron gran cantidad de familiares, artistas y pobladores jujeños.