Casi un año después de la conquista de la tercera Copa del Mundo para Argentina, dos películas llegaron este jueves a las salas de cine en simultáneo, dos propuestas bastante diferentes en cuanto a su formato para contar, básicamente, la misma historia: el increíble mes que la Selección y el país entero pasó entre el duro comienzo del Mundial de Qatar, con la derrota ante Arabia Saudita, hasta su histórico e inolvidable final, con el triunfo frente a Francia.

Elijo creer, una de las dos propuestas, codirigida por Gonzalo Arias y Martín Méndez, es presentada como la película oficial de la AFA y tiene por detrás al Grupo Octubre y a la plataforma Amazon Prime Video. Muchachos: la película de la gente, dirigida por Jesús Braceras, es una producción de Pampa Films para el grupo Disney. La primera utiliza como narrador a Ricardo Darín mientras que la segunda lo tiene a su viejo compañero de El secreto de sus ojos, Guillermo Francella. Hasta allí, todo casi idéntico.

Pero hay diferencias claras. Elijo creer, como película oficial, cuenta con la posibilidad de tener imágenes exclusivas de la Selección: entrenamientos, entrevistas a los jugadores y un acercamiento más directo a la intimidad del grupo. Muchachos, casi sin acceso a esos materiales, se apoya más que nada, como lo dice su subtítulo, en videos filmados por la gente, tanto en los estadios qataríes como en las calles argentinas y, especialmente, con grupos de amigos o familias que se filmaron a sí mismos mirando los partidos por televisión, con mucha estética Instagram o TikTok. La otra diferencia es el tono. Con la voz de Darín, Elijo creer ofrece una narración más tradicional –escrita por el propio Méndez, experimentado guionista de series–, que es periodística pero excesivamente solemne y que raramente logra atravesar la formalidad algo fría de toda la propuesta. En Muchachos sucede casi lo opuesto. Con textos del escritor Hernán Casciari, a lo que se apuesta es a la emotividad pura y dura, al borde de la manipulación sensiblera, algo que la voz de Francella incrementa a cada segundo.

Los dos, a su manera, son productos fallidos. Quizás el más problemático sea el de Elijo creer, porque tenían muchísimos más materiales a disposición y han hecho poquísimo con eso. Más allá de algunas escenas íntimas y reveladoras en las que se ve a Lionel Scaloni analizando sin casete la derrota con Arabia Saudita, a Rodrigo De Paul entrenando en privado para recuperarse de la lesión que tuvo promediando el torneo o una arenga y emotivo llanto del utilero del equipo, el resto son las clásicas entrevistas en estudios en las que raramente se revela algo que no supiéramos.

Más allá de algunas salidas ocurrentes –en general, cortesía del «Dibu» Martínez, aunque también aparecen De Paul, Lionel Messi, Angel Di María, Nicolás Otamendi y Enzo Fernández, entre otros–, lo que dicen allí no es muy distinto a lo que dijeron en las incontables notas previas. Y no alcanzan siquiera a emular a algunas de las mejores y más emotivas vistas por TV meses atrás. Y en lo que respecta a la narración de los partidos en sí, quizás aquí haya algún detalle más específico respecto a lo futbolístico –las jugadas más conocidas, los goles, las complicaciones en partidos como el de Países Bajos y el de Francia–, pero nada que un buen resumen de los centenares subidos a YouTube no hayan ya mostrado.

Con menos recursos

Con menos recursos y obligados a pensar cómo contar de otro modo la epopeya mundialista, Muchachos supo encontrarle una vuelta más o menos original. Se podrá discutir el procedimiento de usar clips grabados por la gente, pero lo cierto es que muchas de las imágenes que aparecen aquí no están tan vistas, más allá de las que se viralizaron en su momento. Quizás no tengan demasiada relevancia real, pero hay cierta gracia en ver cómo reaccionan familias, amigos y vecinos en las casas, las calles o en las temblorosas filmaciones hechas por teléfono en las propias canchas y en Doha. Ese humor, nervios y pasiones reemplazan lo que a la película le falta, que es acceso directo. Con menos no es que logre mucho más, pero se las rebusca bastante bien. Es más efectista, sí, y hay que reconocer que más efectiva también. De hecho, utiliza mejor las rivalidades y pequeñas historias (como el «Andá pa’allá, bobo», o los conflictos con Lewandowski o el técnico de Países Bajos) que en Elijo creer. Quizás los goles y grandes jugadas aquí pasen rápido y no con la mejor calidad técnica, pero también es cierto que todos los conocemos de memoria.

Muchachos incluye imágenes exclusivas.

El problema que sí tiene Muchachos pasa por su tono sentimental, demagógico y por un relato recargado de impostada emoción y una serie de comentarios que bordean el patriotismo más ramplón. Pero Elijo creer no mejora eso con un texto analítico futbolístico más o menos profundo, sino con un relato chato, plagado de lugares comunes («la bandera ondea en el horizonte» y ese tipo de cosas) que hasta al propio Darín le cuesta imprimirle personalidad. Y eso, considerando la gran cantidad de excelentes escritores argentinos que han sabido escribir sobre el Mundial, es un desperdicio.

Material conocido

Da la impresión que ninguna de las dos películas aprovechó el año que pasó desde el Mundial para crear algo a la altura de ese plus que debería dar el tiempo. Es que, más allá de las entrevistas, buena parte de lo que se muestra aquí podría haberse subido a las redes pocas semanas después del evento. Y en algunos casos se hizo, especialmente los videos virales en los que participan influencers y algunos famosos. Queda la impresión de que ambas películas prueban que hay más humor y originalidad en salirse de los formatos clásicos y dejar que sea la propia gente, con sus desmadres y locuras, las que lleven adelante el relato.

Ambos documentales, de todos modos, servirán para que los que quieran ver la epopeya mundialista en pantalla grande puedan revivirla y hasta disfrutarla con otras personas en el espacio compartido de la sala de cine. Que las películas no estén a la altura de las expectativas no impide poder disfrutar de la experiencia, de la épica y de la emoción de ese mes increíble que vivimos los argentinos hace un año. «





Elijo creer

Guion: Martín Méndez. Narrador: Ricardo Darín. En cines.


Muchachos

Guion: Hernán Casciari. Narrador: Guillermo Francella. En cines.