La Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI) convocó a una conferencia de prensa en Timbre4 en la que dio a conocer un documento en el que expuso “la cantidad de circunstancias que, en su conjunto, afectan de forma simultánea el desenvolvimiento de la actividad y los principales motivos por los que se llega a esta situación límite”.
“La verdad es que nos impactó bastante la convocatoria -cuenta Liliana Weimer, actual presidenta de ARTEI-. Sí esperábamos gente del medio, pero no nos imaginamos tanta gente, que desbordó el espacio de Timbre4. Hubo mucha prensa, nuestros maestros y elencos, pero también diputados y senadores. Y hasta ministro de Cultura de la Ciudad. Estamos muy contentos.”
Una satisfacción que se disipa cuando se empieza a hablar de algunas características de la respuesta política a la demanda. “Tenemos diálogo bastante seguido y buena escucha con Cultura, especialmente de CABA. Ellos sabían de la conferencia y nos dijeron que iban a ir, algo que nos pareció bueno. Y antes de ir nos avisaron del ministerio que habían conseguido algo.” Se trataba de una partida extra del presupuesto para paliar los efectos de los tarifazos que, asegura, los están “matando”. “Es una partida extra a la que nos corresponde por Proteatro, y es para todas las salas de actividad cultural”. O sea que incluye Centros Culturales y Clubes de Música. “Pero no es una solución de fondo”, aclara Weimer.
“Es un parche para ver si llegamos a fin de año con el tema de las tarifas. Porque no son los temas de fondo, que tienen que ver con una política general del gobierno, que hace que esté todo concatenado: no podemos aumentar las entradas pero igual el público baja, lo mismo que los alumnos de los cursos que damos.” Por ahora, desde Nación, Pablo Avelluto dijo estar dispuesto a discutir un cambio de tarifa 2 a tarifa 1 de luz (que bajaría las erogaciones de las salas), y Ciudad a dar una ayuda económica. Sin embargo, nada se sabe de liberar partidas de fondos por servicios ya prestados, como por ejemplo para el Fiba, que “fueron en verano y todavía no se liquidaron”.
ARTEI es una organización que nuclea a 100 salas de teatro independiente de la Ciudad. Y algunas de ellas “se han ido cerrando por distintos motivos: si no podés pagar el alquiler, tenés desalojo; si no pagás la luz, te la cortan; si tenés el matafuegos vencido, te clausuran”, sintetiza con elocuencia Weimer. “Ahora lo que estamos haciendo es suspender algunas funciones: si no hay mucha gente o la obra no viene bien, juntamos la actividad en otro día.” Algo que hay que calcular muy bien, ya que si quieren cobrar las partidas asignadas por ley, deben cumplir una serie de requisitos, entre los que ofrecer determinada cantidad de funciones al años es fundamental. O sea que, según el momento del mes y la etapa del año, pueden suspender más funciones o hacerlas a pérdida total.
Esa es también la razón por lo que la fecha límite de todo es fin de año: ahí hay que rendir cuentas para cobrar el subsidio, al que no podrían acceder si suspenden su actividad antes del 31 de diciembre. “Dependemos de una política general nacional. Si se revierte, y no estoy hablando de quién gane las elecciones -entiendo que el estado tiene que estar presente en la ciencia, la cultura y la educación-, tenemos posibilidades. Incluso tal vez nos resulta más fácil que a la ciencia, porque nuestro presupuesto es menor, entonces se ‘arregla’ con menos; y por nuestro valor simbólico: tal vez les parezca que el hecho de que se vean salas cerradas los afecta más que se vayan científicos”, reflexiona.
Por eso se le hace difícil decir si de esta crisis se saldrá como la del 2001, aunque no le faltan esperanzas. “Sabemos que podemos llegar a estirarnos en malas condiciones, estamos acostumbrados a trabajar de manera precaria. Es lo que sabemos hacer y lo que nos gusta. Y en los últimos 20 años el teatro independiente creció muchísimo y tenemos demandas del exterior y de festivales. Confío en el talento de nuestros compañeros y compañeras y todo esto se convierte en otra cosa. Pero no es como aquella crisis, así que no se puede asegurar.” A fin de año se sabrá.
Documento completo de la Asociación Argentina de Teatro Independiente
ARTEI, organización que nuclea a 100 salas de teatro independiente de CABA, expone la cantidad de circunstancias que, en su conjunto, afectan de forma simultánea el desenvolvimiento de nuestra actividad y los principales motivos por los que llegamos a esta situación límite.
Hoy nos encontramos, como gran parte de la Cultura Independiente de esta ciudad, en estado crítico. En nuestros espacios trabajamos más de 25.000 personas, entre actores, actrices, vestuaristas, iluminadores, productores, sonidistas, docentes y muchos más. En nuestro circuito se realizan más de 700 funciones semanales llegando a miles de espectadores. Muchas de nuestras salas hoy no sólo son espacios de producción de obras sino también espacios de trabajo y formación para nuevas generaciones de artistas. Somos parte de un movimiento de gran envergadura y reconocimiento tanto en nuestro país como en el exterior.
Es importante destacar que nuestra actividad está protegida y fomentada por ley lo que nos permite acceder a subsidios para el funcionamiento de nuestros espacios. Subsidios que tan solo cubren entre el 5 y el 30% de nuestros costos de funcionamiento y a través de los cuales nos comprometemos a brindar una contraprestación que favorece el desarrollo de la actividad teatral.
Como consecuencia de la grave situación económica que atraviesa el país, el valor promedio de nuestras entradas no logra superar los $200 (cuando para la subsistencia y mantenimiento de las salas queda menos del 30% de ese monto). Esta circunstancia, sumada a las otras que se denuncian en este documento, ha tornado inviable el desarrollo de la actividad en nuestros teatros.
El cierre y la desaparición de nuestros espacios no solo generaría una mayor cantidad de desocupados sino también una pérdida en el debate y la pluralidad cultural afectando a toda la comunidad teatral en su conjunto.
Los espacios hemos disminuido la cantidad de funciones, cursos y ensayos, por lo que estamos funcionando de hecho con cierres parciales. Defendemos nuestra existencia porque en ella se aloja la posibilidad de que el acto creativo NO quede reducido meramente al rédito económico.
Defendemos nuestra existencia porque formar parte de la escena independiente es una elección de trabajo autogestionado, de creación colectiva y de cómo vivir el teatro. Es el Estado quien tiene el deber de proteger, acompañar y fomentar nuestra actividad y nuestros espacios. Nuestros institutos fueron creados para eso y sus leyes están vigentes. ¡Exigimos su cumplimiento!
Denunciamos la constante disminución en el presupuesto de Proteatro en términos reales provocando un desfinanciamiento del instituto que redunda negativamente en el otorgamiento de subsidios a la actividad y en el cumplimiento efectivo de su función.
Denunciamos el atraso sufrido en los pagos de los subsidios del año 2018 del INT debido a su crisis institucional y por la cual no se pudo ejecutar el total de su presupuesto.
Denunciamos la falta de pago de las prestaciones que las salas han brindado y brindan a distintos organismos del Estado para la realización de Festivales como el FIBA.
Exigimos (como lo venimos pidiendo desde hace años) el pago en tiempo y forma de los subsidios de los distintos institutos antes mencionados.
Denunciamos el grosero aumento de las tarifas de servicios eléctricos que nos arrojan de una manera violenta al cierre de nuestros espacios.
En los últimos 2 años el aumento de la tarifa eléctrica fue del 300% y el aumento del valor de las entradas no logró superar el 25%.
Responsabilizamos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Gobierno Nacional por la situación de emergencia y precariedad que estamos viviendo todos los que trabajamos en el Teatro Independiente y por poner en riesgo todo el aporte que nuestro sector realiza al desarrollo económico, social y comunitario y a la cultura independiente de nuestra ciudad.
Expresamos la necesidad de poner un freno y hacemos llegar nuestro reclamo a las autoridades gubernamentales que tienen el deber de sostener políticas culturales que fomenten, protejan y mantengan la relevancia que tiene el sector teatral independiente como patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires y el país en su conjunto.
#EL TEATRO INDEPENDIENTE DICE BASTA