El periodista, productor y conductor televisivo Gerardo Rozín murió durante la noche del viernes, en Buenos Aires. Tenía 51 años y padecía un tumor cerebral.
La dolencia de Rozín se había conocido en los últimos días a través de un comunicado difundido por Telefe, el canal donde trabajaba, en el que alertó sobre su «delicado» estado de salud y anunció que se había pospuesto el estreno de la séptima temporada de «La Peña de Morfi» que iba a comenzar el próximo domingo.
La muerte de Rozín impactó de inmediato en las redes sociales, donde se sucedieron los mensajes de despedida de artistas, músicos, compañeros de trabajo y personalidades de todos los ámbitos.
El presidente Alberto Fernandez expresó en Twitter su pesar por el fallecimiento y reconoció a Rozín como un «inmenso profesional», y la Asociación Argentina de Actores destacó su labor por haber «apoyado y difundido siempre a los artistas de nuestro país». También el Club Rosario Central hizo público su pesar por el deceso de uno de sus reconocidos hinchas. Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Marcelo Tinelli entre mucho otros, también despidieron al periodista con mensajes de dolor y afecto.
Allegados al comunicador nacido el 18 de junio de 1970, que se formó en el Canal 3 de esa ciudad santafesina y en la redacción de Rosario/12, confirmaron que su familia lo acompañó estos últimos días en su casa.
Dueño de un personal estilo, Rozín alcanzó popularidad en la pantalla de Telefe con ciclos como «Morfi, todos a la mesa» y «La Peña de Morfi», desde donde recuperó la música popular tocada en vivo en la TV abierta. A lo largo de su trayectoria, Rozín también condujo «Tres poderes, «Esta noche libros», «Gracias por venir» y fue productor de “Sábado Bus”, el programa de Nicolás Repetto que marcó su salto a la pantalla chica. Desde ese rol, también trabajó en «Hora clave», «Georgina y vos», «Mañaneras», «Es por ahí» y se desempeñó como gerente de programación de Azul TV, una de las tantas denominaciones legadas al canal de Alejandro Romay, actualmente llamado El Nueve.
Pero sin dudas fue en «Morfi, todos a la mesa» y «La Peña de Morfi», sus dos últimos envíos que se emitieron por Telefe, donde Rozín configuró acabadamente su perfil como animador jovial, entrevistador cálido y enorme difusor de la música popular argentina a la que le dio un espacio en vivo que se le sigue retaceando.
En marzo de 2017 al filo de iniciar la tercera temporada de «Morfi…», su creador le dijo a Télam que la apuesta era «reforzar lo que lo construido para afirmarse como el show de la mañana en televisión».
«Básicamente lo que queremos es más de lo mismo pero más lindo: nos llevó un tiempo acomodarnos al cambio de horario e incorporar periodismo sin perder el humor ni las recetas», comentó Rozín en ese reportaje. Además, explicó el impacto emocional de sus entrevistas indicando que «soy curioso de verdad y trabajo cada reportaje como si fuera el primero que hago. Para cada charla me pongo un objetivo y salgo a buscar un tono o un tema para divertirme o una confesión».
Un año y medio después, al analizar la buena audiencia lograda con los recitales de música en vivo en «La Peña de Morfi», Rozín señaló a esta agencia: «Que hubiera música en vivo fue un lío para todo el mundo pero terminó siendo muy bueno para los músicos y para la gente del canal implicó mostrar que se puede montar un show con un buen sonido. En definitiva fue muy motivador para todos».
Sobre el espíritu de ese espacio configurado como un gran escenario musical, añadió: «El objetivo es mezclar consagrados con buenos pero menos populares y eso dio resultados curiosos aunque el manual de la TV te dice que no».
Entonces descartó la comparación con Juan Alberto Badía (y sus ciclos como el emblemático «Badía & Compañía) y sostuvo: «Soy como un Badía sin talento. En realidad yo me siento más cercano a Juan Carlos Mareco, de quien era fanático y lo considero mi referente».
Y también definió su estilo indicando: «Para lo que es la industria tengo un ciclo muy afortunado. Hace 10 años empezamos a hacer una televisión más artesanal que lo que el medio pide y logré salir por otro lado produciendo cosas a partir de géneros televisivos que por ahí estaban en desuso y los repusimos a nuestra manera».
Antes del inicio de la pandemia de coronavirus, cuando «La Peña…» preparaba su quinta temporada, Rozín arriesgó que el suceso del espacio se debía a que «se trata de una mezcla y que nos lo tomamos en serio. Hay compromiso con el trabajo. Todo está muy laburado y es muy divertido. Y, en el plano musical, siempre intentamos sorprender. Hay una profunda búsqueda por la excelencia».