En un tono apacible -tal vez expectante sobre lo que deparará la contienda político electoral- se desarrolló la ceremonia de entrega de los Martín Fierro 2019 sobre la programación del año anterior. En la 49 edición que también fueron el cupleaños 60 del galardón, ganó la ficción (100 días para enamorarse), hubo un llamado a los legisladores para que se pongan de acuerdo y legislen una ley sobre aborto legal, seguro y gratuito (Carla Peterson) y una alocución en defensa de los pobres, en especial de sus facultades como seres pensantes, amantes y deseantes (Lizy Tagliani).
Todo arrancó con un show de Tini Stoessel y unas palabras de Jorge Ventura, que mucho no se quejó de las ausencias, pese a que en la semana había denunciado una “operación terrorista” para boicotear la ceremonia, luego de que Marcelo Tinelli, Adrián Suar y Santiago del Moro habían anunciado que no concurrirían. Como suele ocurrir en la gran familia televisiva el agua no llegó al río y todo se desarrolló de manera amable y feliz (ésta de acuerdo a lo que la televisión entiende como tal).
A la hora de recibir su premio como mejor actriz de ficción por 100 días para enamorarse, Carla Peterson dijo: «El premio lo recibo en nombre de todos los que hicimos 100 días…, porque nos animamos a hablar de un montón de cosas. La televisión tiene un poder enorme, y yo creo que este programa aprovechó ese poder para devolverle a la gente algo muy bueno»; y finalizó con: «Quiero agradecer a todas las mujeres que salieron a la calle y hablaron de algo que solo a las mujeres nos pone en peligro. Es una realidad, aunque no nos guste. A mí no me gusta hablar del aborto, ninguna mujer quiere atravesarlo pero es una realidad. Pónganse de acuerdo, lleguemos a un acuerdo para que las mujeres no sigan muriendo. Gracias actrices argentinas, gracias por su trabajo colectivo». El aplauso no se hizo esperar y la conformidad de la mayoría tampoco: la gala de vestidos verdes del año pasado no había agradado a los organizadores ni a varios de los presentes, y la actitud de Peterson y el resto de las actrices que comparten la iniciativa se tomó como un intento de acercamiento de posiciones.
Luego vino el tan comentado beso con su amiga y compañera de programa y de lucha en Actrices Argentinas, el colectivo que emprende acciones en pos de la ley del aborto y en contra de las situaciones de abuso de género. Pese a todos los comentarios, el beso estaba pautado, lo mismo que el de los protagonistas masculinos del programa creado por Sebastián Ortega y producido por su productora Underground para Telefe (Juan Minujín y Luciano Castro), aunque con mucha menos repercusión. Acaso por eso de que el machirulismo sigue primando en la tele vernácula, goza más con un beso de chicas que con uno de chicos. En fín. La observación puede no responder a eso, pero no hay dudas de que el machirulismo manda: no hay otra explicación para el premio a mejor programa humorístico a Polémica en el Bar. Peterson respondió con carita de ‘qué se le va a hacer’ cuando las cámaras la enfocaron mientras lo miembros de Polémica… agradecían en el escenario.
El otro momento saliente de una noche más cercana a la monotonía de la pantalla abierta en general que a las emociones de 100 días…, fue el de la actriz y humorista trans Lizy Tagliani, quien al recibir su premio dijo: “Cuando veo tratar a los pobres como si fuéramos personas que ni siquiera saben pensar, les cuento a todos que sabemos y conocemos mucho más de lo que todos creen. Lo único que nos falta o lo que me faltó en ese momento fueron recursos, personas que nos ayuden a salir adelante. Las oportunidades de la vida que quizás todos tuvieron y que a veces nos cuesta tener a nosotros. No somos brutos, necesitamos posibilidades». Y todos aplaudieron en sala Pacífico del Hotel Hilton.
Es dudoso que en APTRA se hayan enterado del reciente estudio que se publicó sobre las preferencias de los Centennials o Generación Z, como se llama a las pibas y pibes nacidos en el cambio de siglo en adelante (1998 y más), una generación que ya no mira televisión, aunque consume parte de sus contenidos por otras vías. Allí se decía que prefieren los liderazgos femeninos, se consideran feministas independientemente del género que sienten tener, les gusta la política como acción y consideran a la pobreza como uno de los dos temas más importantes en sus vidas. Una llamativa coincidencia con los puntos salientes del Martín Fierro de ayer. Como decía el maestro: la respuesta está sonando en el viento; y es sabido que el viento se disfruta más de chico.