Para este año, El Nueve se propuso renovar su programación de la tarde reforzando el perfil familiar que lo supo caracterizar, y que se despega de formatos que otras emisoras de aire repiten con insistencia. Esto se reflejó de distintas maneras. En principio, Todas las Tardes, el programa conducido por Maju Lozano, fue adelantado a las 14, luego del siempre rendidor Telenueve al mediodía. A continuación del programa que encabeza la conductora, se dio el primer estreno vespertino: Médico de familia, a cargo del Dr. Jorge Tartaglione. A las 17. 30 llegó la segunda novedad, Escuela de cocina, con el regreso a la TV de Jimena Monteverde. Estos cambios buscaron no sólo renovar la grilla y profundizar el estilo del 9, sino sobre todo despegar de las propuestas que potencien el conflicto o el escándalo, más aún teniendo en cuenta el desembarco de Marcelo Tinelli en América, que -se supone- profundizará ese tipo televisión. Y si bien pierde en la comparación con la emisora de Intrusos, que tiene en ese horario al más rendidor de su grilla, en las generales del rating diario se alternan en el tercer puesto, mientras que en el mensual, los distancia un diferencia ínfima que El Nuevo busca salvar para recuperar del todo esa posición.
Todas las Tardes, además de cambiar de horario, renovó escenografía y se incorporaron panelistas como Dora Cordero y David Kablin. En cuanto a la dinámica del programa, se incorporaron también las coberturas de policiales, con un móvil que siempre busca testimonios y un periodista en piso que se encarga del tema. En este sentido, la emisión le da prioridad a los casos de violencia de género o los conflictos entre vecinos de barriadas populares. Es menester marcar que el parecido con el segmento que tiene a su cargo Mauro Szeta en el programa de Vero Lozano en Telefe, prácticamente en el mismo horario.
Médico de familia, por su parte, respeta la tradición de envíos históricos como los que llevó adelante Alberto Cormillot o el recordado Mario Socolinsky, siempre con un grupo de colaboradores que rotan según lo que se trate en cada jornada. El Dr. Jorge Tartaglione ya participó en varios programas y tuvo una fuerte presencia en la grilla de Telefe durante la pandemia del COVID-19. El programa tiene una realización muy cuidada y profesionales de excelencia, entre ellos, la periodista especializada en ciencia Nora Bär. El esfuerzo por retomar temas de coyuntura con una mirada médica enfocada en el bienestar, así como incluir cuestiones vinculadas a la salud mental y mucho otros cruciales para la suld pública en general, es más que destacable. Casi en el otro extremo, a la misma hora que Tartaglione sale al aire Karina Mazocco disecciona cadáveres mediáticos en vivo y en directo, pero Médico de familia resiste la competencia con bastante dignidad y el rating oscila entre 1 y 3 puntos, lo cual sumado al prestigio que le da a la pantalla, para el canal implica un buen resultado.
En tanto que Escuela de cocina trajo a Jimena Monteverde de nuevo a la TV luego de un discreto paso por El 13-que incluyó bailaren el programa de Tinelli y cocinarle a Mirtha Legrand, hay que decir que además el formato significaría, para la chef, un ascenso. El programa se ajusta a la perfección a los prototipos, con un grupo considerable de cocineros que rodean a la figura principal, acompañados por un locutor muy participativo. Todo tiene un aire a Cocineros Argentinos, aunque el ingrediente telúrico que caracteriza al clásico de la TV Pública, en El Nueve cambia por un tono canchero, ágil y muy dinámico.
Hay que decir que en cuanto a El show del problema, que lleva varias temporadas con Claribel Medina al frente, en el último tiempo no mostró los resultados de antes. Hecha esa excepción, en suma, los ajustes de este año lograron que la audiencia acompañe la propuesta de El Nueve de una manera más marcada que antes. Estas iniciativas son diferentes porque intentan abrir la ventana para que el televidente por fin encuentre cierto sosiego, enterándose de temas de salud, distrayéndose con recetas sabrosas y accediendo a la información desde otro ángulo, en vez de atragantarse con chimentos y golpes bajos. Un cambio que, por supuesto, siempre es bienvenido.