Él Mató a un Policía Motorizado lanzó “La Otra Dimensión”, su flamante disco que incluye temas nuevos acompañados por reversiones acústicas de canciones que forman parte de “La Síntesis O´konor” (2017).
El nuevo álbum propone un universo propio que trasciende a las canciones, dando lugar a una historia en donde habitan personajes recurrentes, enigmas y misterios que invitan a sumergirse en atractivos climas sonoros y poéticos cotidianos.
La banda cerrará el año este sábado en el Estadio Malvinas Argentinas. Santiago Motorizado habló con Tiempo Argentino sobre el presente del grupo, el futuro y mucho más.
–Desde la salida de “La Síntesis O´konor” (2017) la popularidad de la banda creció notablemente y encontraron nuevas formas estéticas. ¿Cómo están viviendo esta etapa de crecimiento?
–Vivimos un montón de cosas nuevas y cosas que ya vivíamos se hicieron más intensas. Fue un cambio fuerte en todo sentido, en la parte musical decidimos hacer un giro en nuestro sonido: empezar a explorar cosas que no habíamos tenido ganas de explorar. Cambió un montón la forma de producir las canciones. En los primeros años era todo mucho más visceral y más salvaje. Empezábamos a grabar algo y lo que probábamos sobre la canción, quedaba. Eso también está bueno, pero llegó un momento en que necesitamos hacer otras cosas.
–¿Los riesgos estéticos siempre los atrajeron?
–Se puede decir que sí. Pero los riesgos fueron cambiando a lo largo del tiempo. Comenzamos por un camino de cierta desprolijidad, donde lo despojado era un criterio muy importante para nosotros. Teníamos los ejes puestos en cosas muy puntuales: “si la canción tiene determinadas líneas melódicas y la letra nos parece bien, todo lo demás es una especie de acompañamiento”. Éramos más minimalistas y estaba bueno. Pero después nos coparon otras cosas y empezamos a ordenarnos un poco más.
–¿Esa primera etapa más minimalista les permitió llegar a este presente con más matices?
–Totalmente. No renegamos de aquello, estuvo buenísimo, pero para hacer realidad este cambio tuvimos que reorganizar nuestra forma de producir. Somos cinco músicos trabajando a la par y hay que ponerse de acuerdo. Con “La Síntesis O´konor” pasó algo que suele pasar: cuando una banda decide hacer un cambio radical en su sonido, que todos estén de acuerdo suele implicar momentos de conflicto previos. Cuando decidimos que el protagonismo de esas canciones iba enfocarse en las texturas y en ciertos climas muy cristalinos de detalles, eso nos llevó a decir: “Si queremos que esto quede bueno hay que trabajar con otras herramientas, tratar de aspirar a un estudio mejor que capte esta parte cristalina más sensible de la mejor manera”. Eso llevó a que evidentemente el disco tenga un sonido más hi fi, más amigable y las radios y eso llegó a más personas. Me gusta aclarar esto porque no es que dijimos “queremos sonar en la radio, queremos cambiar” sino que tuvo que ver con una elección artística.
–A veces los fans de los grupos no son muy receptivos a los cambios. ¿Cómo fue su experiencia?
–Muy buena. Algunos se sorprendieron bastante. Pero incluso quienes estaban esperando algo más crudo, más áspero, terminaron conformes y entusiasmados con “La Síntesis O´konor”. Por ahí en la primera escucha les chocaba, pero después veían que era una continuación de nuestro estilo, una evolución, pero con otra perspectiva. Y mucha gente que no nos conocía empezó a escucharnos.
–¿Cuándo tuviste el disco terminado en tus manos notaste que el cambio era importante?
–En la intimidad estábamos muy contentos porque fue un disco que planeamos mucho en la previa. Decidimos ir a grabarlo a Estados Unidos y para una banda como la nuestra es toda una apuesta económica y durante ese trabajo previo veíamos que estábamos llegando a un punto que nos copaba, después cuando vas al estudio te encontrás con la verdad de la cosa, pero en el proceso final sentimos ese placer de decir “planeamos algo y quedó mejor de lo que lo habíamos planeado”, y la verdad que fue mejor de lo que podíamos haber soñado.
–“La otra Dimensión” parece expandir esa idea de fábula o universo propio que proponen sus discos.
–Sí, porque además cuando hicimos “La Síntesis O´konor” planeamos quince canciones que eran parte de todo ese universo y sacamos «La otra Dimensión» con las canciones que quedaron afuera, acompañadas con reversiones que es algo que a mí me gusta mucho.
–En general cuando una banda saca un disco no está tan conectado con el anterior. ¿Es una forma de trabajar que los atrae?
–Me copa mucho el cine, soy muy fan de «Star Wars» y muy fan de cómo se crean sagas. Me gusta llevar ese concepto a lo musical, así se crean ciertos lugares de misterio e incertidumbre que lo va completando el público, y se genera una cosa de ida y vuelta que me copa que suceda.
–“La Otra Dimensión” genera muchas preguntas. Quiénes son los que están en esa otra dimensión…
–Esa otra dimensión son muchas cosas. Está inspirado en parte en la letra «La Casa Fantasmal» y también propone una especie de juego de espejos con «La Síntesis O´konor». Lo mismo pasa con la portada: está la música, están las letras, está el perro y de repente está esa chica que… ¿Quién es? ¿A quién representa?
–En las canciones se puede sentir una lucha contra cierta oscuridad.
–Sí, lo veo de esa manera. En el corte final de «La Otra Dimensión» siento como una especie de salida hacia un lugar más luminoso, la portada es más luminosa, me gusta ese contraste que se va generando.
–Ustedes son una especie de abanderados de la escena indie, pero ya llegaron el mainstream. ¿Cómo conviven con esa aparente contradicción?
–Vivimos con tranquilidad esta etapa porque nadie nos dice qué tenemos que hacer. Seguimos siendo independientes en el sentido más estricto de la independencia. Somos más exitosos, pero no negociamos nada con nadie. Eso para mí es fundamental, no podría llevar a cabo este proyecto de otra manera. Quiero rescatar que la independencia es un camino posible, después cada cual elige el camino que le sienta más cómodo.
–¿Ves a La Plata todavía hoy como un bastión de nuevas expresiones artísticas?
–Sí, pero lo que noto de los últimos años es que la crisis pegó mucho, no veo la efervescencia que había antes, en el estado de ánimo, en la venta de discos, en la venta de entradas. La cultura empieza a pasar a otro plano y es entendible, sobre todo las nuevas bandas que tienen que convivir con este contexto que es muy desfavorable, no pueden organizar sus propias cosas porque no hay recursos para llevar eso a cabo, entonces es difícil, esperemos que eso cambie rápido y que aparezcan esos espacio públicos que empiecen a darle difusión a las bandas nuevas que lo necesitan más que nadie.
El Mató a un Policía Motorizado presenta «La otra dimensión». Sábado 14 de diciembre en el Estadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350.