Récords y más récords es lo que hasta el momento le deparó Game of Thrones a la cadena HBO. Los 16,5 millones de espectadores que vieron el último capítulo de la séptima temporada en directo marcaron un nuevo hito de audiencia en la historia de la serie, y también de la historia del cable en Estados Unidos. A eso se sumaron los 2,4 millones de tuits en todo el mundo (una nueva forma demedir los alcances de una emisión televisiva), que también fueron récord en la historia de la serie.
Pero esto es sólo un botón de muestra: la séptima temporada resultó las más exitosa (al menos en términos de audiencia, pronto se verá si acompaña en los Emmy). La señal consiguió aumentar su facturación por nuevos suscriptores -que en su mayoría se hicieron seguidores de la serie- en 106 millones de dólares (en Latinoamérica las suscripciones crecieron más del 29 por ciento durante el año). A eso se suma el nuevo promedio récord por capítulo: 31 millones de espectadores (aquí se suman los que ven los capitulos en diferido a través de la plataforma streaming del canal o de la repetición en el cable durante la semana, como también los que graban el episodio para verlo en otro momento).
En un delicado equilibrio por mantener las expectativas y que al mismo tiempo no decaiga el interés hasta 2019 (año del estreno de la última temporada) en un mercado en el que la volatilidad es ley, HBO pondrá al aire una nueva serie sobre el rodaje de la séptima temporada, algo que también se espera guarde ese delicado equilibrio como para no explicar el truco.
Las cifras le dan un respiro a la plataforma, cuyos directivos estaban algo preocupados por cómo reemplazar a la gallina de los huevos de oro -en términos económicos y artísticos- ante la proximidad del final de la historia. Ahora por lo menos tienen hasta el 2019. Mientras, la cadena puede seguir negociando con anunciantes a partir del número mágico (al menos para el mercado norteamericano): allí lo que importa es cómo mide la franja etaria 18-49, rango que encierra a los mayores consumidores, antes que por poder adquisitivo por disposición a adquirir productos y consumar salidas y gastos de todo tipo. Allí, y sólo para el primer capítulo de la séptima temporada, GoT tuvo 4,7 millones de espectadores, cifra que representa un crecimiento del 455% respecto al inicio de la historia, allá por el 2011. Para hacer una idea más precisa, en el cable estadounidense, conseguir 0,7 millones de espectadores en el target mencionado es alcanzar una buena cifra.