Con el sello de Damon Lindelof, uno de los cerebros detrás de Lost,se despide con su tercera temporada esta serie de la cadena HBO, que se consolidadó como una desoladora exploración sobre el dolor y la angustia.
Tras la impresionante factura de la segunda temporada, con una escena inicial que dejó boquiabiertos a sus seguidores, las esperanzas de hallar alguna pista en Jarden, una ciudad que se vanagloriaba de no haber perdido a ninguno de sus habitantes, ya han quedado atrás. Decidimos trasladar la acción a Australia porque es el fin del mundo geográficamente hablando, explica Lindelof. Tiene sentido que allí ocurre el fin del mundo emocional, afirma el creador. Tomamos muchos riesgos en la temporada final, eso es lo que nos entusiasma como guionistas. Queríamos que la serie fuera emocionalmente auténtica y creo, personalmente, que es lo que conseguimos, dijo Lindelof durante entrevistas a medios Norteamericanos.
Todavía quedan muchas respuestas por conocer, muchas cosas que descubrir en los últimos 10 capítulos de una de las obras más intensas y perturbadoras que ha dado la televisión. Con The Leftovers sólo hay una cosa clara: el final ya está aquí y hayque ver que nos pasa ante esa inminencia.
Es un final completamente diferente del que yo podía anticipar. Es muy gratificante. Tienes que verlo para entender lo que quiero decir, adelantó Justin Theroux en un encuentro con los medios en Los Ángeles. Aunque la misteriosa premisa de The Leftovers arrancaba en torno a la repentina desaparición de 2 % de la población mundial, esta serie no apunta a la lógica cerebral de resolver cada uno de los enigmas de su narración sino que aspira a retratar a sus personajes en un viaje a los sentimientos más puros: amor, fe, soledad, confusión, tristeza y dolor.