En un mundo al que la incertidumbre parece llevar a la obsesión por el orden, el Festival Internacional Festival Internacional de Cine LGBTIQ+ Asterisco se propone “como una bolsa de gatos: es hermoso ser una bolsa de gatos, gatas y gatxs”, dice Diego Trerotola, director de la octava edición que comienza el próximo 28 de octubre y se extiende hasta el 7 de noviembre.
“Que esté Paul Bartel, que era casi un lumpen en la industria de Hollywood y que hizo películas con restos de películas que sobraban de otras filmaciones, y que también haya un foco en Libertad Leblanc, que se la pensó siempre como vedette y diva, trash, y la reivindiquemos como una pionera queer”, puntualiza Trerotola a modo de ejemplo de la heterogeneidad del festival. De la gran Leblanc (“que a seis meses exactos de su muerte comienza el festival y ya la queremos reivindicar”), programaron tres películas –Derecho de gozar, Furia en la isla y Testigo para un crimen–, que tienen relación con la actual muestra en el Parque de la Memoria, Desobediencias sexuales, imaginación política en el arte contemporáneo argentino con fotos de los teatros de revista que “reivindican esa desobediencia sexual que había en el erotismo de la vedetonga, digamos, con actrices que habilitaban lo queer a partir de esas imágenes. Libertad Leblanc fue eso y politizó eso, porque lo hacía como hecho político y me parece que muchas veces se la denostó y se la puso como en un escalón inferior a Isabel Sarli”. En ese trío está la inédita Derecho de gozar. “Una persona que haya hecho una película así, con un feminismo del goce, una idea que va a venir mucho tiempo después y que justamente lo reivindicó Pino Solanas a favor del aborto y quedó como un discurso icónico es alguien a homenajear.”
El Malba, el Kirchner, el Conti, La Manzana de las Luces y Hasta Trilce serán las sedes presenciales que vuelven luego de la virtualidad del año pasado. La plataforma Cont.ar tendrá a su disposición una selección de películas que participan de esta edición, mientras que la Sección Competitiva Películas en Proceso se proyectará íntegramente en la plataforma MICA (Mercado de Industrias Culturales). “Me parece que el espacio el cine da esa posibilidad de volver a la comunidad, y para un festival de cine LGBTIQ+, donde la comunidad es una forma de generar conocimiento, de compartir experiencias, de formas de lucha y resistencia, es más necesario”, puntualiza Trerotola.
A diferencia de la mayoría de los festivales, que buscan películas según las secciones desarrolladas históricamente, Asterisco se confecciona a partir de las novedades que va presentando el colectivo LGBTIQ+: “No hay jerarquías sino que buscamos que todas las películas tengan volumen. No queremos miles de películas sino que cada tenga su lugar, su espacio, encuentre su público en los diferentes lugares de Buenos Aires; salir de los centros. Pensamos lo queer como algo que sucedió siempre, no que está pasando ahora, por eso visibilizamos las películas de Paul Bartel y el cine mudo. Todos están en la misma jerarquía porque siguen activando cosas en el mismo sentido de búsqueda del cine.”
Esa búsqueda se sostiene en la idea de que “no hay película que no la vea nadie: nos encontramos con gente que dice esa película la vi en Asterisco; o que se encuentre con algo que diga: esta cosa marciana ¿por qué no sabía que existía? Es un poco lo que trabajamos. Y también que alguien vaya y se pregunte por qué esto que conocía nunca lo había relacionado con lo LGBTIQ+; incluso gente enojada porque tenía una idea muy restringida de lo queer. No queremos un Festival doctrinario en el sentido que te diga qué es lo LGBTIQ+, más bien tratar de hacerte pensar por fuera de esos carriles un poco hegemónicos, y pensar el cine sobre todo.”
Que no haya jerarquía no significa que falte dirección: por el contrario. De ahí que la película de apertura sea Nuestros cuerpos son sus campos de batalla, de Isabelle Solas, que sólo se dio en dos festivales y ya tiene el mayor premio de uno, el de Guadalajara. “Tiene algo muy particular: se filmó en Argentina durante años y siguió a diferentes activistas travestis trans con una mirada muy interseccional, como muy pocas películas mostraron. Es muy conmovedor. Y llega a un nivel de intimidad total con las mujeres trans. Logramos que la directora pueda venir a reencontrarse con las protagonistas y los lugares en los que firmó. Esta película se vuelve ejemplar porque el mundo está mirando el activismo trans argentino, por las luchas que históricamente tuvo y por las leyes de vanguardia que tenemos, como la de identidad de género. Para mí es un hecho histórico que hayan podido capturar un montón de acciones que hicieron y siguen haciendo el movimiento trans en Argentina.”
Octava Edición de Asterisco, Festival Internacional de Cine LGBTIQ+. Del 28 de octubre al 7 de noviembre. Sedes: Malba, Centro Cultural Kirchner, Centro Cultural Conti, La Manzana de las Luces, Hasta Trilce; plataforma Cont.ar y Mica (Mercado de Industrias Culturales).
Cinco películas destacadas
El pan nuestro de cada día (EE.UU., 1930). Dirección: F. W. Murnau. Duración 90′. Película muda con música en vivo.
Carrera mortal (EE.UU., 1975). Dirección: Paul Bartel. Duración 84’.
La cruz del sur (Argentina, 2002). Dirección: Pablo Reyero. Duración: 87′.
Derecho de gozar (Argentina, 1968). Dirección: Leo Kanaf. Duración 83′.
Nuestros cuerpos son sus campos de batalla (Francia, 2021). Dirección: Isabelle Solas. Duración 100′.