El éxito de “Parasite”, la película surcoreana ganadora de cuatro premios Oscar (entre ellos el de Mejor Película Internacional y Mejor Película) generó un interés de carácter global hacia la industria del cine de esas latitudes. De esa forma, el suceso del film continúa con la estela, esta vez consagratoria, de lo que se conoció hace más de veinte años como el Nuevo Cine Coreano.
En ese contexto, el film del director Bong Joon-ho logró lo que nadie había logrado hasta el domingo pasado, es decir, transformarse en la primera película de habla no inglesa en llevarse el premio a Mejor Película. El hecho no es nada menor ya que el film compitió nada más ni nada menos que contra tanques de Hollywood por los que se pagaron toneladas de dinero en el mundo de las apuestas, como la película bélica “1917” y la última producción de Quentin Tarantino, “Érase una vez en Hollywood”.
No desde hace poco se habla de la existencia de una fórmula “coreana” en el mundo del cine, especialmente en Asia, y cómo Corea del Sur logró anular la penetración de Hollywood en su mercado para que sean sus películas las más vistas, algo que pocos mercados en el mundo pueden ostentar. En otras palabras, el cine surcoreano adaptó para sí las tácticas y temáticas del cine norteamericano, incluyendo factores netamente propios que hicieron que las producciones locales dejasen rezagadas a otras industrias.
Se trata de un proceso neto de expansión que partió desde la industria del cine local y que las autoridades gubernamentales del país asiático apoyaron sin reservas. De esa forma se inició un proceso de cambios sin precedentes que encuentra su inicio a mediados de los años noventa, ya que mucho del boom que registró la industria se vincula con una apertura en términos de censura primero, algo que lentamente le abrió las puertas a otras temáticas habitualmente rechazadas. Pero lo concreto es que Parasite atrajo al público de Occidente por su crítica directa hacia la sociedad de consumo capitalista por medio de una sátira feroz, así permitiendo múltiples interpretaciones según la sociedad en la que se observe el film.
Si después de haber visto Parasite alguno se quedó con ganas de seguir viendo cine Surcoreano, va entonces una acotada lista de películas que ostentan un innegable gen proveniente de esas latitudes.
Secret Sunshine (2007)
Esta película dirigida por el realizador Lee Chang-dong trata sobre la temática del dolor, donde una viuda se topa inexorablemente frente a una sucesión de tragedias nefastas. Se trata de casi un ejemplo perfecto sobre la extraña fascinación del puedo surcoreano sobre las fragilidades humanas. Elegida por muchos como la mejor película de 2007 y del siglo XXI, el film se alzó con el premio a Mejor Actriz en la edición del Festival de Cannes de ese año, situación que dejó a la protagonista Jeon Do-yeon en una posición inmejorable.
A girl at my door (2014)
Dirigida por la realizadora July Jung y protagonizada por la consagrada actriz Donna Bae, el film hace foco en las características de una relación lésbica, lo que terminó generando que su presupuesto de producción fuse muy reducido, razón por la cual ambas protagonistas prácticamente actuaron gratis. En la trama, Bae interpreta a una policía problemática que se mudó a una gran capital donde todos no duermen a causa de un alcholismo severo de la población. Ahí conocerá a una adolescente abusada de quien se ocupará y a la vez buscará a los culpables. El film de Jung fue una de las grandes ovaciones del festival de Cannes en 2014.
The handmaiden (2016)
En la Corea de los años treinta, la joven Sookee es contratada para trabajar y servir como doncella en una casa de una rica heredera de una familia japonesa. Su nombre es Hideko, otra joven que vive recluida producto de su relación con un tirano que la maltrata sostenidamente. Muy pronto, será la mujer maltratada la que tomará en cuenta que su joven doncella también se encuentra bajo la influencia de su cruel tirano. En definitiva, el film fue catalogado como un viaje oscuro y emocional desde el comienzo hasta su fin.
Train to Busan (2016)
Los coreanos también hicieron una películas sobre zombies. Se trata de Train to Busan, del realizador Yean Sang-ho, cuya mirada apocalíptica cautivó a los fans (y no tanto) del género terror. Esta historia narra como un padre divorciado decide encarar un viaje de placer junto a su pequeña hija, pero en el ínterin el mundo cae en un ataque zombie que desestabiliza al mundo entero. Las acciones se pondrán más radicales y violentas cuando los pasajeros encuentran que una mujer tiene una marca que aparenta ser la de una mordedura, razón por la cual el pánico se apodera de todos en pleno viaje.
Burning (2018)
Burning fue la primera película coreana que fue nominada al rubro Mejor Película Internacional en el mundo de los Oscars. El film adapta el cortometraje de Haruki Murakami sobre Steven Yeun, un hombre que se siente de manera moral obligado compulsivamente a quemar graneros. Esta película fue elegida por los grandes periódicos del mundo (entre ellos el New York Times y Los Angeles Times) como una de las mejores películas de 2018, coincidiendo con la gran mayoría de los críticos de cine como una de las mejores películas de la década pasada.