Cuellos Blancos, el Caso Vicentín, un documental de Andrés Cedrón sobre el concurso de acreedores y la fallida expropiación de la cerealera ubicada en Santa Fe, se exhibirá los miércoles 23 y 30 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires. Será en la Sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543).
La película llega a Buenos Aires después de su estreno en la ciudad de Rosario, en Santa Fe Capital y en las salas INCAA de la provincia de La Rioja y Chacabuco, en provincia de Buenos Aires. También tuvo múltiples proyecciones especiales en universidades, escuelas, diversas salas del conurbano bonaerense y del interior del país.
Con guion del mismo Cedrón, director de la premiada La Caracas (2012), este documental de investigación revela la trama de delitos financieros ejecutados por el poder económico con la complicidad del poder político y judicial, dejando al borde de la quiebra a una de las empresas nacionales más importantes del país.
Se repasa su historia, las acusaciones de fraude, evasión, fuga de capitales y los beneficios otorgados por las políticas neoliberales de gobiernos militares y del gobierno de Carlos Menem. También se explica el modo en que la empresa cambia su matriz productiva inicial por la especulación financiera y la diversificación de negocios, a tono con las políticas neoliberales de la época. Por todo ello, Vicentin es un reflejo de la historia política y económica reciente de la Argentina.
El film muestra por primera vez los puertos privados del complejo oleaginoso de la Provincia de Santa Fe, que comercializan entre el 45 y el 50 % de las exportaciones totales del país. Solo 10 empresas concentran el 90% de las exportaciones del sector.
“Mientras las deudas de Vicentin se licuan con el paso del tiempo, la sociedad argentina no condena la responsabilidad empresarial, ni discute las leyes que benefician a los poderes económicos. No son señalados como delincuentes ni por los medios hegemónicos ni por la opinión pública debido a los lazos sociales entre los poderes existentes. Fácilmente, los ubica como víctimas de las garras del Estado o de un atentado contra la propiedad privada”, señalan los productores.