El próximo miércoles 6 de diciembre Buenos Aires tendrá la oportunidad de disfrutar a una de las intérpretes más singulares del Río de la Plata, una voz que desacopla el sonido del río, siempre tan varonil, para dotarlo de una dulzura y una ternura que nadie parece notar, al menos a primera vista. “Es una gran alegría poder volver a cantar en Buenos Aires -dice Diane Denoir desde su Montevideo natal, que lo tuvo que abandonar cuando el golpe de 1973 en Uruguay para mudarse a la Argentina primero y Europa después-. Y me alegra mucho cantar en Bebop, porque es un lugar muy lindo, muy piola, de jazz. Para los melómanos tiene un entorno lindo, casi de café concert”, elogia el lugar que acogerá su música y su estilo sin igual.
“Y voy con un trío que me encanta, que es mi banda actual, con el que nos entendemos muy bien, tenemos muy buena conexión musical –agrega–. Nunca tocamos igual y nunca cantamos igual, siempre metemos cosas diferentes, incluso en los ensayos. Hay un intercambio y una buena conexión entre los cuatro que me encanta: no ser rutinaria y ser una cosa rica y colectiva que te moviliza.”
Denoir, por esas cosas de la vida, aunque más de la política de esta parte del mundo, grabó un fantástico álbum en 1966 en el que combinó de manera magistral la bossa nova, la chanson francesa y melodías beat. Y después, durante décadas, no pudo grabar más. “En este momento estoy haciendo canción urbana latinoamericana, de lo que se llama canción urbana como la que hacíamos con Eduardo Mateo (el otra artífice de ese gran álbum), ahora le llaman sólo al rap canción urbana. Y a mí me gusta mucho porque son letras que me importan y hago algunos segmentos digamos de la mujer, la libertad, la negritud. Esos temas me importan y me importa decirlos. Más que cantante soy intérprete, por eso me interesa decir. Un buen repertorio tiene que tener riqueza musical y contenido en las letras.”
Como sus contemporáneos de la vieja escuela, para su repertorio Denoir no piensa mucho en aquello que el público puede estar esperando: “A mí me parece que el cantante, el intérprete es un comunicador que tiene que darle al público algo que al público sí le interese, pero que no quiere decir que sea lo que ellos creen que está de moda, necesariamente. Y eso sintetizarlo y devolvérselo al público con mejor calidad, en la medida de lo posible, con mejor factura de fabricación. Me parece que depender de lo que le guste al público es una limitante y yo no quiero entrar en eso. Respeto a los que lo hagan, pero no. Creo que tengo algo para ofrecerles y si les interesa, qué mejor, bárbaro. Pero no condicionarme a lo que les guste.” Un principio, por decirlo de algún modo, que va más allá del gusto. “El público a veces no sabe que existen otras cosas. Entonces por qué no darles otras cosas, que si les intersa bárbaro, y sino, no pasa nada”, puntualiza.
“Nunca pensé que ‘Como un pájaro libre’ iba a trascender de esa manera”, cuenta sobre el tema que compuso con Adela Gleijer y que en principio tomaron Claudina y Alberto Gambino y después la tomó Mercedes Sosa para hacerla universal: los avatares políticos de la región que tanto condicionan y maltratan, a veces, como el pájaro de la canción, permiten que el mundo conozca hasta dónde llega el deseo de libertad y solidaridad de sus habitantes. “La hicimos en 1972, en un momento en el que comenzaba la represión en Uruguay y estábamos preocupadas, pero nunca pensé que iba a trascender, porque era una canción que se hizo con una intención chiquita, local: pero era un momento, lamentablemente, de dictaduras, pero si sirvió de herramienta para llamar a la libertad, bienvenido.”
No tiene pensado entrar a un estudio, pero puesta a jugar dice que le gustaría grabar dos discos diferentes: “Uno sería lo que no pude grabar, y ahí pondría ‘Como pájaro libre’ que nunca la grabé en un disco, y otros temas que compuse y tengo. Por ejemplo ahora en el show de Bebop voy a hacer un tema que hicimos con Mario Benedetti, que Mario había concebido para que lo hiciera en un espectáculo en la Argentina (te estoy hablando del año 74, 75). Idea que por supuesto quedó abortada porque lo amenazaron las Tres A y después vino el golpe y yo me tuve que ir. Hay una cantidad de temas que compuse que me gustaría meterlos en un disco. Y otro disco por ahí capaz podría ser de repente de dúos: por ejemplo mirá que ambiciosa, con Chico Buarque que lo admiro y lo adoro.”
Y como exiliada que tuvo que ser, entre otras muchas cosas y tal vez menores porque la trataban de “zurda de mierda”, como dijo Javier Milei en su campaña, la pregunta sobre el momento de la Argentina y el de su show, programado hace tiempo pero que llegó justo con Milei como Presidente electo. “El resultado de las elecciones en la Argentina me genera una enorme y angustiosa incertidumbre. Realmente no sé qué decir, por dónde sale la luz. Primero espero que con la música sigamos manteniendo luz, en nuestras almas por lo menos. Pero no sé, le deseo lo mejor a la Argentina. Espero que lo que se veía en algunos mítines, que era gente saltando y gritando cualquier eslogan, que eso no se traslade a las calles. Espero que realmente piensen en los demás, que piensen en el otro y que piensen en construir. Porque me parece que la Argentina vivió demasiadas desazones como para volver a repetir momentos terribles. Que prime la razón. A mí me dolieron mucho los tres años que viví en Argentina: ‘74, ‘75 y ‘76. Porque todos creíamos que podíamos volver a Uruguay, que la dictadura no iba a durar y que en la Argentina no iba a pasar nada más de nuevo, y volvió a pasar y tuvimos que volver a rajar. Y me quedaron como heridas que me costó sacarles el dolor. Y para volver a la Argentina me ayudaron muchos mis buenos amigos porteños que con tanto cariño y buena onda me hicieron volver a amigar con la Argentina. Y hoy por hoy están ahí, y espero que sigamos abrazándonos y mandando buenas energías para que no vuelvan a suceder los horrores que sucedieron.”
Diane Denoir presenta Canciones Urbanas
Junto a Lagarde/Arnicho/Cedréz. Miércoles 6 de diciembre a las 22:45 en Bebop Club, Uriarte 1658.