No siempre un gran guión es igual a una gran película. Las interpretaciones pueden resultar no del todo sólidas, la trama puede encontrar falencias y/o el ritmo se puede diluir entre escenas que funcionan mejor con palabras que con imágenes. Descuida, yo te cuido, el flamante estreno de Netflix, es una de las películas que más espectadores convocaron en la Argentina durante los últimos días. El film de J. Blakeson ofrece una trama atractiva, una villana carismática (La desaparición de Alice Creed, Ola) y un rival a su altura que logran dejar en segundo plano algún bache en el ritmo de la historia.
El gran faro de Descuida, yo te cuido es el personaje y la actuación de Rosamund Pike, por el cual ganó el Globo de Oro como mejor actriz de comedia. Desde los primeros minutos muestra una personalidad despiadada, capaz de generar atracción y rechazo en el espectador. Marla Grayson (Pike) se aprovecha de hombres y mujeres mayores, a los que roba sus propiedades mientras los envía a geriátricos, instituciones mentales o asilos de acción terapéutica. Su principal cómplice Fran (Eiza González), su pareja, con quien encontró el dispositivo perfecto para elegir víctimas: una médica aliada les pasa el dato de abuelos con dinero en la cuenta bancaria y sin ningún heredero a la vista.
Pero esa industria de la estafa se complicará con la aparición de Peter Dinklage, el pequeño gran talento de Game of Thrones (entre muchas otras), que se mete en la piel del mafioso ruso Roman Lunyov. Se trata de un despiadado y psicópata personaje que emparda la ambición de Marla.
“Hacer las cosas bien es un chiste que inventaron los ricos para mantener en la pobreza al resto. Yo ya fui pobre bastante tiempo”, se justifica en off Marla Grayson durante la secuencia introductoria de Descuida, yo te cuido. Esa misma retórica subraya que para triunfar hay que pisar cabezas y no mirar atrás. Sobre el final de los 118 minutos de película se verá hasta qué punto Marla hace realidad su sueño o termina siendo víctima de su febril ambición.