Con diez discos de estudio, tres en vivo, y hasta una película en su espalda, los Kapanga sintieron que era hora de algo distinto. «Queríamos algo que la gente no haya visto y nunca haya escuchado de nosotros. Algo único e irrepetible» comenta Maikel, el guitarrista. Hace tres meses comenzaron a laburar y este 14 de septiembre lanzan su nuevo espectáculo en La Usina del Arte. Lo titularon «Spectáculum» (un show con respaldo), será la primera vez que la banda le propone a su público verlos desde una butaca.
«Vas a tener a favor y en contra. El más radical va a chillar, al que le gusta transpirar y poguearse la vida no le va a gustar. O no, no sabemos. Nosotros estamos abiertos a mostrarnos en un montón de aspectos. Esto es algo artístico», dice el Mono, la voz del grupo, quien aclara que prepararon este show como si fuera un disco. «Estamos ensayando todos los días. Sigo con la coach vocal con la que trabajé en los últimos dos discos. Es nuestra apuesta fuerte, no es solamente agarrar las canciones y tocarlas. La idea cavernaria era esa, meterla de una en el teatro, pero nos dimos cuenta que estaba interesante poder darle un toque artístico distinto. Voló. Como todo lo que hacemos nosotros: de un granito de arena hacemos una playa. Estamos convencidos que está buenísimo. Eso es importante, si uno titubea, y dice esto no sé, no podés hacerlo. Lanzamos todo, logramos la fecha y la idea pero todavía no teníamos ni las canciones que íbamos a tocar. Ya no había marcha atrás. Empezamos a agitar con el nombre, con el show nuevo, y nos pusimos la presión.» Así les gusta trabajar, no les gusta tener temas como chorizos, sino ponerse metas.
«Al ser independientes no tenemos límites. Con todo lo que nos surge para hacer, vemos la posibilidades y vamos concretando. Nos gustó experimentar. En la relación con el instrumento, con el sonido, buscar tocar en función de la acústica del lugar. Está bueno probar otros paladares, cuidando los detalles. Le damos lugar a temas que nunca le dimos. Son 18 canciones las elegidas, pero son muchas las que podríamos poner», comenta Mafia, el baterista.
Maikel aclara que hubo una búsqueda selectiva: «No queríamos que sea aburrido. Queríamos que funcione, queríamos hacerlo funcionar. Por la energía de nuestros shows, vamos a apelar a ciertos actos y herramientas para ir cambiando de clima. Le fuimos dando forma. Tendremos un rato más melancólico, algo más intimo. Aparecerá un cuarteto de cuerdas, flauta traversa, y un sonido más de orquesta. Después va a haber otro bloque que van a ser versiones freak de nuestros clásicos, con 15 músicos en escena. La idea era armar algo que vaya de a poco hasta explotar, como un in crescendo que nos deje elevados»
Tienen claro que lo que la gente busca en ellos y sus canciones es felicidad, alegría, diversión. Escaparse un rato. Pero en momentos difíciles, no es fácil. «Tratamos de abstraernos de los problemas que tenemos todos, porque no podemos salir a tocar si nos enganchamos en esa. Sí tenemos una visión de la realidad, porque no vivimos adentro de un tupper. El mundo está más violento, con mucha más injusticia y la idea no es aportar nafta al fuego. Estamos para divertirnos, pero los quilombos siguen siendo quilombos», deja en claro el Mono. Maikel Asiente y agrega: «El Mono tiene una frase linda que dice ‘no le vamos a cambiar la vida a nadie, pero por una hora quizá podemos cambiar tu estado de ánimo’. Ese es nuestro aporte. Todos tenemos nuestra manera de pensar. Pero si no nos abstraemos de la economía o de la política, que tanto marcan el humor, es imposible generar arte. Bajamos línea en algunos temas, pero básicamente nos gusta que la gente se distienda y se entretenga».