Las expectativas son grandes, enormes y alcanzan a buena parte del mundo. Mientras la pandemia ataca y su resolución no está clara ni parece cercana, la industria de la ficción sigue ofreciendo propuestas para pasar el rato y acomodarnos a lo que vendrá. La serie La casa de papel es la producción española más exitosa y su área de influencia es cada vez más imponente. Trasciende los límites de ese conglomerado de naciones heterogéneas que algunos llaman Iberoamérica y convoca a un público de todas las edades. A horas del estreno de su cuarta temporada, la ansiedad crecía y los enigmas no eran pocos. ¿Sobrevivirían Nairobi (Alba Flores) y Lisboa (Itziar Ituño)? ¿Cuál será la próxima movida con la que El Profesor (Álvaro Morte) sorprenderá a propios y ajenos? Pero sobre todo la gran pregunta era ¿cómo mantener la adrenalina y la tensión en una serie sobre robos que llega a su cuarta temporada?
Darko Peric es un actor serbio que se radicó en Barcelona en 2003. Su historia de vida es muy cinematográfica. Salvó su vida luego de mil peripecias para eludir la guerra civil de su país, tuvo un breve paso por Berlín y se instaló definitivamente en Barcelona, donde construyó una ascendente carrera como actor. Pero en estos momentos se encuentra encerrado en su casa, cumpliendo la cuarentena obligatoria: «Trato de tomármelo con tranquilidad. Miro películas, series, leo y juego mucho con mi hijo. Cosas que quizás el tiempo antes no me permitía. Pero lo que está pasando es gravísimo. Tengo amigos de mi edad enfermos y gente conocida que murió. Es tremendo. Al principio no creí que podría ser tan terrible. Pero un pequeño virus puede tener postrado a todo un planeta. Lo de Serbia fue muy duro, sabes, pero teníamos la ilusión de que podíamos ir a otro lado y dejar atrás la guerra. Hoy todo el puto mundo está hundido en la misma puta mierda, chaval!».
Peric habla un perfecto castellano, incluye recurrentes modismos españoles y encuentra cierta dificultad para pronunciar la erre. Se muestra reflexivo y la crisis global no le hace perder ni el buen humor ni la curiosidad. «Tiempo Argentino, sí, de Argentina. Quiero mucho a ese país. Mi compadre Rodrigo (De la Serna) me cuenta cosas maravillosas. Hay un tipo que nació allí y trabaja por aquí, es más o menos conocido, creo que se llama Messi», dice, entre carcajadas. Cuando Peric llegó a Barcelona la ciudad estaba repleta de argentinos. Eran los ecos de la crisis de 2001. Esa situación hizo que el actor serbio se hiciera amigo de unos cuantos compatriotas que lo acercaron a nuestra cultura. «¡Me gusta el fútbol argentino y también el básquet! No por nada son subcampeones del mundo. (Manu) Ginobili y (Luis) Scola ya son leyendas, pero mi favorito es (Nicolás) Laprovittola. ¡Qué jugador! (Facundo) Campazzo y (Gabriel) Deck también son muy buenos», subraya.
Pero la cuarta temporada de La casa de papel es hoy por hoy lo que convoca a Peric y el actor articula con mucho profesionalismo su entusiasmo natural con el sobrevalorado oficio de no spoilear. «Yo no dejo de sorprenderme –confiesa–. A mí me encantan las películas de atracos. Generan suspenso, adrenalina, identificación: son geniales. Pero La casa de papel ha logrado todo eso en una serie y durante cuatro temporadas. No queda otra que quitarse el sombrero, colega. Ese es un gran mérito de Álex Pina, Jesús Colmenar y todos los directores que participan del proyecto. Esta historia es pura magia y seduce a todos los públicos: a mí me escriben desde chicos de 12 años hasta gente de edad avanzada. Todos fascinados con la historia. Creo que esa es la clave: una buena historia e inteligencia para administrarla. No podéis estar todo el tiempo con la adrenalina a tope. Los contrastes y la sorpresa son la clave. No quiero adelantar mucho, pero sepan argentinos que en esta temporada Rodrigo (De la Serna) cantará una canción».
El personaje Helsinki fue creciendo temporada a temporada y eso es algo que Peric disfruta. «Cuando se empezó a rodar la primera temporada era un simple mercenario, cómo los serbios que ayudaron a liberar a Tokio. Casi que ni hablaba. Pero los guionistas encontraron una llave que abrió otro panorama: la sexualidad de Helsinki. La gente suele llevarse por estereotipos. En principio no se imagina un serbio, rudo y gay. Algo parecido pasó después con Palermo. Eso le abrió muchas posibilidades a mi personaje y a la historia. Entonces Helsinki fue avanzando y desde que conoce a Palermo se consolida una relación muy particular. Es muy importante su amistad con Nairobi, el tiempo que pasaron juntos en la Argentina hizo que se abriera más», destaca Peric.
Tanto en la trama como en la vida real el serbio y Rodrigo de la Serna generaron una muy buena relación. «Oye, lo considero un amigo –aclara–. Nos encontramos con nuestras familias en unas vacaciones en Brasil, en diciembre pasado. ¡Hombre, Rodrigo es un actor enorme del que siempre se aprende! Su trabajo tiene muchas capas. Lo vi por primera vez en «Diarios de motocicleta» en el 2004. Y después mis amigos argentinos me llegaron a mostrar capítulos de «Okupas». Hace poco hablé para ver cómo estaba llevando esto de la pandemia. Es puro talento y, como dicen ustedes, un gran tipo.»
La casa de papel 4
Creada por Álex Pina. Elenco: Álvaro Morte, Úrsula Corberó, Pedro Alonso, Alba Flores, Itziar Ituño, Rodrigo de la Serna y DarkoPeric, entre otros. Disponible en Netflix.