“Básicamente los discos, en mi caso, aparecen cuando el disco tiene ganas de aparecer. Es decir, aparecen los temas, un tema, después otro, después otro y me doy cuenta de que eso va a ser un disco”, dice Daniel Maza sobre el origen y concreción del bello Mazaleando, su última producción que ya está en plataformas y el sábado 22 de julio a las 20 y 22.45 presentará en Bebop Club.

“Yo no puedo sentarme a componer -completa-, tengo amigos que se sientan a componer y a mí me da una envidia bárbara eso. Yo no puedo, los temas me los encuentro. Y de repente empiezan a pasar situaciones, qué sé yo, estar más tiempo con mis nietos, por ejemplo. En este disco hay dos temas para mis nietos, el del Benja y el del Astor. Y eso son los tiempos.”


Difícil acertar cuál de los dos es más lindo, así que no ha lugar para la pregunta de si tiene un nieto preferido. Aunque una vez más tiene que aclarar que el de Astor no es para Piazzolla, como piensan casi todos. “A mi hijo le gusta Piazzolla y le puso Astor a su hijo por Piazzolla, entonces es como que sí, pero en realidad es para mi nieto Astor (ríe)”. 


Y claro que la aparición sucesiva de temas no quiere decir directamente que hay disco: “Hay un milongón que se llama ‘Kandorina’. Hablé con una amiga que andaba un poco triste y resultó que terminé de hablar con ella y me salió el tema entero, así, de una. Entonces cuando es así me agarra duda. Así que llamé al Hugo Fato (Fattoruso) y le digo: ‘Wscuchá este tema, ¿lo conocés?’ ‘Está buenísimo: no, no lo conozco’. Y lo llamó al (Ricardo) Nolé y le digo: ‘¿Conocés este tema?’ ‘No, no lo conozco’. ‘Entonces es mío’ (carcajadas). A mí me llama mucho la atención cuando el tema sale de una”. 

Foto: Laura Tenenbaum


Nació uruguayo de Montevideo en 1959, y como muchos de sus compatriotas también se hizo argentino. En su caso fue en a principios de los ’80, y pronto cautivó a público y colegas por igual. Compartió con su bajo jam sessions con Ray Barreto, Simon Phillips, Djavan, Steve Lukather (Toto), Jeff Andrews y Richie Morales. Acompañó en distintas giras a Willie Chirino, tiene la gracia recurrente -así lo dice- de tocar con Hugo Fattoruso, y su ternura cala hondo a través de su música. Y de sus palabras.


Desde esa ternura que también es sencillez, explica el título tan peculiar de Melomazeando. “¿Viste que cuando te vas de un concierto de jazz, con tu amigo o tu pareja empezás a hablar del concierto, te vas sabiendo que los músicos se tocaron todo? Pero si en ese momento te pregunto cuál es la melodía que te gustó no te acordás, a menos que haya sido un estándar conocido. Y este disco tiene melodías que se pueden cantar y te las podés aprender. El sueño mío es cruzarme un día con un tipo en la calle y que vaya silbando uno de mis temas. No sé, lo invito al tipo a tomar algo, a desayunar, no sé. Yo me imagino lo que deben sentir esos tipos que le cantan los temas en la cancha, estar en el estadio y que te estén cantando, yo me desmayo. Yo le quería poner Cantando melodías con el Maza, pero es inviable para el título de un disco. Entonces empecé a buscar la forma de poder, en una palabra, meter eso. Y se me ocurrió Melomazeando, o sea cantando melodías con el Maza.”


Una de las grandes novedades musicales del disco es la ausencia de flauta traversa y la presencia de la guitarra. “A mí me encanta la flauta y casi siempre grabó conmigo Gabriel ‘El Corto’ Juncos, pero en este disco pusimos guitarra, que en casi ningún disco mío hay guitarra. Y me encantó la sonoridad de Ramiro Cubilla, que es un chaqueño que se toca todo. Y nosotros le decimos Ramiro Amor, porque es tan buena gente que es un amor. Y así toca también.” Además, por primera vez, la formación que lo acompaña tiene una mujer. «Agostina Bertozzi había entrado como invitada, pero ya se quedó en el grupo. Es una campeona. Y una gran compañera de trabajo. Por ahí antes las mujeres no estaban tan expuestas, pero ahora hay gurisas bateristas y bajistas que se tocan todo. Por suerte. En algunas presentaciones dije que teníamos el cupo femenino cubierto y la Agostina se me enojó. Hay que tener cuidado (rie). Pero importa lo que aporta musicalmente y ella es una capa.”

-¿Te van a escuchar los gurises o sólo gente de tu generación? 

-Hay muchos pibes que nos van a ver. De hecho hace poco tocamos con el Trío Oriental (con Fabián Miodownik y Hugo Fattoruso) e hicimos cuatro funciones a sala llena. Por suerte pasa eso con nosotros: viene gente grande y vienen gurises también. Y cuando terminamos de tocar y salimos a fumar afuera, vienen los gurises y se sacan fotos con nosotros. Te estoy hablando de gurises de 18 y 19 años. Y de repente aparece uno que te dice: ‘¿Sabes que venimos desde el sur para verlos?’ ‘¿Tanto viajaste?, yo no viajo tanto para verme a mí’ (risas). Soy muy respetuoso de eso. Esa persona está pensando todo el día que te va a venir a ver a vo’, que tiene que salir del laburo, ir a la casa, bañarse, buscar a la compañera o el amigo, la plata para comer, después volver a la casa. Tenés que tomar seriamente esa movida que hace. Yo me vuelvo loco cuando termino de tocar, salgo a la puerta y la gente me dice: gracias, la pasamos fenómeno. Eso para mí es increíble, tremendo. 

Melomazeando

Daniel Maza, bajo y voz. Fabian «Sapo» Miodownik, batería. Ramiro Cubilla, guitarras. Leandro «Pitu» Marquesano, piano y teclados. Agostina Bertozzi, percusiones. Presentación: sábado 22 de julio a las 20 y 22.45, Bebop Club (Uriarte 1658).

Foto: Laura Tenenbaum