Mejor Álbum del año es la categoría más preciada de los Grammy. Para ella había nominados cinco artistas: Childish Gambino, Jay-Z, Kendrick Lamar, Bruno Mars y Lorde. A todos se les ofreció, como establece la tradición, actuar como solistas durante la ceremonia; excepto a la neozelandesa Lorde. El tema propuesto para que cante: American Girl, del fallecido hace unos meses Tom Petty, tiene un estilo musical que poco tiene que ver con el de Lorde, situación a las que no se vieron enfrentados los otros cuatro artistas. En el momento en el que la artista dio a conocer su decisión de no asistir a la gala de entrega, su madre lanzó un tuit para recordarle al mundo que sólo sólo el 9 por ciento de los Grammys entregados en 60 años de historia tuvieron como destino a artistas mujeres. Lorde tiene 21 años y se mostró como una activista del movimiento #MeToo.
Por primera vez en la historia el rap, género de origen negro por excelencia, se convirtió en el género más popular de la música. El fenómeno coincidió con el año en que Spotify se consagró como el soporte predilecto de escuchar música; el formato playlist favoreció ampliamente la popularidad del rap. El premio al mejor disco del año fue para el artista de Rhythm and Blues (R&B) Bruno Mars.
Por primera vez la historia no hubo blancos en las nominaciones a los premios principales del Grammy (sí una blanca: Lorde); la mayoría fueron negros. El ganador de la noche, por cantidad y calidad de premios, fue Bruno Mars, de quien los medios recuerdan su origen étnico filipino, lo que aleja al hawaiano de los negros, y del rap.
El momento para la reivindicación del #MeToo y el Times Up (el movimiento para recaudar fondos para apoyar a las víctimas menos pudientes de los casos de acoso y abuso sexual) estuvo a cargo de Kesha, la cantante que estuvo tres años sin poder grabar debido a un litigio con su ex productor, Dr. Luke. Ella acusó a Dr. Luke de abusos sexuales, físicos, verbales y emocionales. El productor negó las acusaciones, y a cambio le impidió grabar. Kesha recibió un gran apoyo por parte de sus colegas mujeres en la industria musical, pero su caso no ganó la relevancia que ameritaba hasta la llegada del #MeToo. La estadounidense Kesha es blanca.
Por primera vez todos los ganadores son sub 40. Lo más viejo que hubo en los Grammy número 60 fue el premio póstumo a Leonard Cohen (murió en 2016) como mejor intérprete de rock. El veterano vivo de la ceremonia fue Jay-Z: 48 años para el músico al que nadie dudó en indicar como el gran perdedor de la noche.