El director y productor John Lasseter, hasta ayer director creativo de Pixar Animation Studios y Walt Disney Animation Studios, pidió licencia por seis meses tras varias denuncias anónimas, con las que se suma a la lista de personalidades del mundo del entretenimiento que en menos de dos meses han sido acusadas de haber cometido acoso sexual o abuso de poder.
Si bien anteriormente el tema se había vuelto noticia a partir de situaciones como la del veterano comediante Bill Cosby, acusado por más de 60 mujeres a lo largo de décadas y con mucha repercusión a partir de 2014, fue el caso del poderoso productor Harvey Weinstein, en octubre pasado, el que disparó la ola de acusaciones y la campaña Me too (yo también) con la que mujeres del espectáculo fomentan que las víctimas de todos los ámbitos puedan contar sus historias.
El caso estalló luego de que el New York Times y la revista New Yorker dieran cuenta de las denuncias de más de una docena de mujeres que aseguraban haber sido acosadas, abusadas o directamente violadas por el productor, aunque desde entonces la lista de presuntas víctimas ha crecido hasta cerca de cincuenta.
Como consecuencia de las acusaciones, Weinstein fue expulsado de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense, su mujer lo abandonó y se inició una investigación policial en su contra.
A partir de la gran difusión del caso, con una cobertura diaria en todos los medios del mundo que reportaban cada nueva denuncia, se configuró lo que ya se denomina popularmente como el «efecto Weinstein: el fenómeno hasta ahora nunca antes visto de que las acusaciones de abuso contra celebridades genera respuestas en las compañías e instituciones a las que pertenecen.