A Michael Jackson su segunda gira mundial lo trajo al país. El artista estadounidense quería ir a donde nunca había tocado y Sudamérica estaba entre sus pendientes. Recorrió 69 países con este tour para presentar «Dangeorus», su octavo álbum de estudio como artista en solitario, ante un total de casi cuatro millones de personas en todo el mundo. En Argentina, ese año, en 1993 también tocaron Madonna y Paul McCartney, pero Michael era el hombre del momento, el rey, y las entradas se agotaron en pocas horas.
El disco Dangerous era en ese momento un infaltable. Había salido en 1991 y había tenido mucha publicidad porque era lo nuevo de Michael, por supuesto, porque tenía el tema de la película Liberen a Willy, y porque como si fuera poco tenía colaboraciones como la de Slash, guitarrista de de Guns & Roses, otro mega boom del momento. En la carrera de Michael Jackson es un trabajo que marcó un antes y un después, porque si bien la fama ya la tenía, el record de ventas que representó en esa época en la que el CD dominaba el terreno es un capítulo en la vida del cantante en el que revalidaba el titulo de figura absoluta del universo musical. Nadia lo hacía como él. La lisita de temas incluía varias canciones que eran hit y que lideraban todos los rankings radiales a nivel global. Michael era el rey indiscutido y su show algo que era imperdible para fanáticos que deliraban con este personaje que recorría el mundo con su estilo particular.
Todo era una locura por esos días. Imitadores y gritones se agolpaban en la puerta del Hotel Hyatt, actual Four season, en la zona de Retiro. Jackson llegó al país dos días antes del primer show, cuando el escándalo por el supuesto abuso de menores estaba empezando a convertirse en un tema central a su alrededor. Llegó en un avión privado con sus asistentes personales y nadie más (los músicos, asistentes y técnicos arribaron en otro vuelo). Eran tiempos de barbijo cubriéndole parte de la cara. Evitó el contacto con los periodistas y se circunscribió a saludar a sus seguidores que habían llegado hasta el aeropuerto de Ezeiza, pero desde lejos. Muchos recuerdan la sombrilla con los colores de la Argentina que sostenía un asistente para evitar que el sol le diera en la cara. También se recuerda que invitaba a miles chicos a comer y hasta que salió de compras y adquirió, por ejemplo, una campera de cuero en Patio Bullrich. Siempre de incognito y con seguridad reforzada.
Excéntrico y fascinante por partes iguales, Michael era noticia donde fuera y por miles de motivos. Su obsesión con la niñez, con las miles de leyendas y trascendidos que eso conllevaba, sus shows que dejaba atónitos a propios y extraños, y el fanatismo que despertaba era lo que dominaba la agenda en aquel momento.
El primer show fue el 8 de octubre de 1993, luego hubo otro el 10 y otro el 12. Un viernes, un domingo y un martes. El primero de ellos comenzó con más de dos horas de retraso. El rumor dice que la estrella se había entretenido en el lujoso hotel en el que estaba alojado, jugando al flipper y saludando a los fans que lo esperaban, y que por ello se demoró el inicio del recital.
Se apagaron las luces y todo comenzó con unas pantallas gigantes mostrando recitales de Michael en todo el mundo con la música de Carmina Burana. Y luego apareció él: de dorado y negro, en actitud estoica, sin moverse, apenas respirando, dejando circular la adrenalina de los presentes, para arrancar a bailar de golpe el tema Jam. Disparando todos los movimientos de su repertorio coreográfico y su energía, demostraba el porqué de su título nobiliario.
Luego vinieron clásicos como Wanna Be Startin’ Somethin’, Human Nature,Smooth Criminal, I Just Can’t Stop Loving You. Ya la fiesta estaba encendida, fue el turno de She’s Out of My Life, para dar lugar a unos temas de The Jackson 5, el grupo con el que arranco su carrera a los cinco años junto a sus hermanos. Los temas fueron I Want You Back, The Love You Save, I’ll Be There.
Acto seguido volvieron los clásicos Thriller y Billie Jean. La gente deliró. Luego hubo un tema instrumental después de un video de las Panteras negras, para retomar la lista con Will You Be There, Dangerous, Black or White y We Are the World ( el recordado tema de USA for Africa song). Todo terminó con Heal the World con el escenario lleno de niños. Por suerte, sobre todo para los fanáticos, años más tarde se inventaba YouTube, para poder volver a vivir esa fiesta.